Sepas mucho o poco sobre el universo de El Señor de los Anillos, sabrás que el mago Gandalf es una entidad con una larga vida a sus espaldas que ha ayudado a distintos pueblos de la Tierra Media en numerosas ocasiones. Sin embargo, de todas las razas con las que Gandalf ha entablado contacto, la relación más icónica y entrañable del mago ha sido la que ha tenido con los hobbits, algo que queda más que patente no solo en el relato de El Señor de los Anillos, sino también en la historia que le precede, protagonizada por Bilbo Bolsón.
Por algún motivo, Gandalf parece sentir predilección por los afables y bondadosos hobbits, pero incluso antes de ayudar a Frodo en su misión del Anillo Único o antes siquiera de embarcarse con Bilbo en una aventura en compañía de los enanos, Gandalf ya era querido y respetado por esta raza. ¿Sabes en realidad por qué?
Gandalf era querido y respetado por los hobbits porque los salvó mil años antes de los eventos de 'El Señor de los Anillos'
Aunque en las películas de 'El Señor de los Anillos' y 'El Hobbit' de Peter Jackson podemos entender mejor por qué Gandalf se lleva bien con los hobbits, es por medio de varias breves menciones en los textos de Tolkien que se puede atisbar desde qué momento exacto el mago empezó a tener relación con esta raza.
Ya en el propio prólogo de El Señor de los Anillos el escritor británico nos explica que Gandalf tiene una larga relación con la Comarca de los hobbits y que desde siempre ha sabido reconocer el valor de estos personajes. No obstante, debemos dirigirnos a los apéndices de este mismo libro para encontrar una sección en la que se entra en mayor detalle sobre ello.
En concreto, Gandalf conoció a los hobbits unos 1.000 años antes de los sucesos de El Señor de los Anillos, durante mediados de la Tercera Edad de la Tierra Media. En este período de tiempo el mundo disfrutaba de una breve era de paz, Sauron había sido derrotado y se escondía en las sombras recuperando fuerzas, por lo que Gandalf decidió vagar por los reinos para conocer a tanta gente como le fuera posible.
Durante sus viajes, el mago acabó hallando la apacible Comarca, y allí se hizo amigo rápidamente de los hobbits antes de continuar su camino. Entonces, entre los años 2758-2759 T.E., la Tierra Media sufrió un invierno realmente crudo que afectó a muchas regiones. Este suceso se conocería como el Largo Invierno, y provocaría que grandes nevadas cubriesen la tierra por más de medio año.
La Comarca fue una de las zonas afectadas por este invierno, y los hobbits sufrieron especialmente por estar más aislados de otras civilizaciones, enfrentándose al frío en soledad y muriendo de hambre. Muchos fueron los que perecieron. Por suerte, como también Tolkien narra en un relato de los Cuentos Inconclusos de Númenor y la Tierra Media, Gandalf apareció en un momento decisivo para salvar a los hobbits y proporcionarles ayuda.
El mago organizó el suministro de alimentos y probablemente mantuvo a los más enfermos bajo cuidados y calor con sus aptitudes mágicas. A partir de este punto, tanto Gandalf como los hobbits comenzaron a desarrollar una relación más estrecha, y el mago siguió visitándolos a menudo a lo largo del tiempo tras superar el invierno, lo que eventualmente le llevaría a conocer a Bilbo y a su sobrino Frodo.
De hecho, a Gandalf le encantaba visitar la Comarca regularmente para los festivales de la víspera del solsticio de verano celebrados por la familia Tuk, una fiesta en la que siempre aprovechaba para animar el ambiente con sus clásicos fuegos artificiales y contaba historias sobre otras zonas de la Tierra Media. Algo que, según Bilbo, provocaba que muchos muchachos jóvenes quisieran ir a vivir locas y atrevidas aventuras por el mundo. Aunque la más atrevida de todas terminaría siendo la de Frodo, por supuesto.















