El mapa de las grandes fortunas acaba de sufrir un terremoto difícil de ignorar. Según el Bloomberg Billionaires Index, Elon Musk se ha convertido en la primera persona de la historia en superar la barrera de los 600.000 millones de dólares de patrimonio estimado, un hito que hasta hace poco parecía más propio de la ciencia ficción que de la economía real.
Bloomberg sitúa actualmente la fortuna del empresario en torno a los 638.000 millones de dólares, una cifra sin precedentes que lo coloca en una categoría completamente nueva dentro del capitalismo tecnológico. El salto no ha sido progresivo ni fruto de una larga escalada: en apenas unas semanas, la estimación de su patrimonio se ha incrementado en más de 205.000 millones de dólares, impulsada casi en exclusiva por un factor clave: SpaceX.
Elon Musk rompe la barrera de los 630.000 millones: su fortuna despega con el éxito de SpaceX
Mientras Tesla sigue tratando de redefinir su papel -entre fabricante de coches eléctricos, empresa de robótica y compañía de software-, el verdadero motor de la riqueza de Musk se ha desplazado hacia la industria aeroespacial. SpaceX, controlada mayoritariamente por el propio Musk, lleva años figurando entre las empresas privadas más valiosas del mundo. Las informaciones sobre una posible salida a bolsa han reactivado el interés de los inversores y han disparado las valoraciones internas de la compañía hasta cifras que rondan los 800.000 millones de dólares.
Ese ajuste contable tiene un efecto directo sobre la fortuna personal de Musk. Bloomberg estima que el empresario posee alrededor del 42% del capital de SpaceX, además de derechos de voto reforzados, lo que convierte cualquier movimiento en la valoración de la compañía en un multiplicador inmediato de su patrimonio.
Aunque SpaceX acapare ahora los focos, no es el único pilar del ecosistema Musk. Tesla sigue siendo una pieza clave, incluso en un contexto complicado para el coche eléctrico y bajo la presión creciente de los fabricantes chinos. La compañía trata de recuperarse del desgaste reputacional sufrido tras la implicación pública de su CEO en los recortes impulsados por DOGE a comienzos de año, mientras su capitalización bursátil busca estabilizarse.
A esto se suman otros activos relevantes, como xAI, la firma de inteligencia artificial con la que Musk refuerza un entramado empresarial altamente concentrado en su figura. Un modelo que amplifica tanto las subidas como las caídas del mercado.
Conviene recordar que estas cifras no son dinero en una cuenta corriente, sino estimaciones basadas en participaciones y activos. De hecho, Forbes sitúa la fortuna de Musk en torno a los 509.000 millones de dólares, una diferencia explicada, sobre todo, por la valoración de SpaceX. Más allá del número exacto, el mensaje es claro: Musk se perfila como el principal candidato a convertirse en el primer billonario de la historia.















