La conducción autónoma de Tesla ha comenzado a dar sus primeros pasos oficiales en España. A comienzos de julio, la compañía de Elon Musk desplegó en las calles de Madrid su sistema de Full Self-Driving (FSD), en una serie de pruebas supervisadas que marcaron un antes y un después para la tecnología de asistencia al volante en nuestro país. Un Tesla Model 3, circulando por zonas emblemáticas como la Puerta de Alcalá, el Parque del Retiro o la Fuente de Cibeles, recorrió con precisión quirúrgica el trazado urbano, respetando semáforos, cedas y límites, sin que el conductor tocara en ningún momento el volante.
Así lo confirmó la propia compañía a través de su cuenta oficial en X (la red social anteriormente conocida como Twitter), dejando clara la dirección hacia la que apuntan tanto la marca como la industria del motor. Hubo grandes críticas en lo referente a la seguridad vial y no fueron pocos los expertos que señalaron que Tesla no estaba preparada para este tipo de pruebas de campo. Ahora hacen los deberes y anuncian una gran mejora. Pero esto es solo el principio.
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Mientras estas pruebas se llevaban a cabo en la capital española, Elon Musk aprovechaba para anunciar en X que Tesla ya está trabajando en una nueva generación de su modelo de conducción autónoma, una de sus promesas en la hoja de ruta de la empresa. Y no se trata de una simple actualización: el nuevo sistema, según el propio Musk, incluye mejoras drásticas en el tratamiento del vídeo comprimido —uno de los talones de Aquiles de la visión por computadora—, además de un salto de escala con lo que ha bautizado como "parámetros 10X".
En términos técnicos, esto significa que el modelo es ahora diez veces más grande, ha sido alimentado con muchos más datos y tiene una capacidad de aprendizaje exponencialmente superior.
Tesla is training a new FSD model with ~10X params and a big improvement to video compression loss.
— Elon Musk (@elonmusk) August 6, 2025
Probably ready for public release end of next month if testing goes well.
Para quienes aún no estén familiarizados, el FSD de Tesla es un sistema de asistencia avanzada que permite a sus vehículos tomar decisiones de conducción con un grado mínimo de intervención humana. Aunque, legalmente, todavía se requiere que el conductor mantenga las manos en el volante y esté preparado para asumir el control en cualquier momento, el objetivo a medio plazo es claro: eliminar por completo la necesidad de un piloto humano.
De hecho, Tesla ya ha mostrado en acción lo que llama el Robotaxi, un vehículo autónomo que es capaz de acudir por sí solo a recoger a su propietario, sin nadie al volante y sin intervención remota. Todo esto, gracias a un modelo de inteligencia artificial entrenado con millones de horas de conducción real y simulada, que interpreta el entorno a través de cámaras, sensores y un sistema neuronal profundamente integrado.
En Madrid, el Model 3 no solo cumplió con las expectativas, sino que se movió como si conociera la ciudad de toda la vida. Cambios de carril precisos, cedas ejecutados con naturalidad, respeto absoluto por las normas de tráfico. A falta del visto bueno definitivo de los organismos reguladores europeos, Tesla ya ha dejado claro que su tecnología está preparada para salir del laboratorio y conquistar el asfalto europeo.
La pregunta ya no es si veremos coches sin conductor circulando en nuestras ciudades. La pregunta, como ya plantea Tesla, es si estamos preparados para convivir con ellos. Porque el futuro, al menos según Elon Musk, ya no es una promesa: es una ruta trazada por una IA que no necesita manos para conducir.















