Tesla acaba de anunciar que otorgará a su CEO, Elon Musk, un paquete de 96 millones de acciones restringidas, cuyo valor ronda los 29.000 millones de dólares —es decir, cerca de 25.000 millones de euros—. Esta noticia llega apenas medio año después de que una jueza ordenara a la compañía anular el polémico y gigantesco plan salarial concedido al magnate. El magnate sudafricano tiene un plan para reconducir la empresa y convertirla en un gigante tecnológico superior a Apple y a las big tech actuales.
Elon Musk reafirma su control en Tesla y presenta un ambicioso plan frente a un mercado cada vez más competitivo
Según un documento oficial presentado el lunes, Musk tendrá que pagar a Tesla 23,34 dólares por cada acción restringida que finalmente pueda consolidar, un precio que coincide con el ejercicio establecido en el paquete original de 2018, cuando fue nombrado director ejecutivo. Para ponerlo en perspectiva, al cierre del 1 de agosto, las acciones de Tesla en la Bolsa de Nueva York rondaban los 302,63 dólares por unidad.
Cabe recordar que en diciembre pasado, Kathaleen St. Jude McCormick, canciller del estado de Delaware, reafirmó una decisión previa que obligaba a Tesla a retirar aquel multimillonario paquete salarial. La magistrada concluyó que Musk diseñó esta compensación en negociaciones que, en realidad, fueron ficticias, pues involucraron a directores que no gozaban de verdadera independencia.
De hecho, esta no es la primera vez que un accionista de Tesla lleva a juicio un plan similar: ya en 2018 se cuestionó judicialmente una compensación parecida. En aquella ocasión, la jueza también desestimó la petición masiva de honorarios por parte de los abogados que representaban a los demandantes, quienes reclamaban más de 5.000 millones de dólares en acciones. Finalmente, el tribunal fijó sus honorarios en 345 millones.
Estos fallos surgieron a raíz de una demanda presentada por un inversor que cuestionaba el paquete salarial de Musk de 2018, cuyo valor máximo potencial superaba los 56.000 millones de dólares, aunque esta cifra ha ido fluctuando según la evolución de las acciones de Tesla. El propio Musk apeló la orden en marzo, y apenas un mes después Tesla informó mediante otro documento que estaba formando un comité especial para revisar y evaluar la remuneración de su director ejecutivo.
El mercado ha reaccionado positivamente al anuncio, reflejándose en un alza significativa de las acciones de Tesla en las operaciones fuera del horario habitual. Sin embargo, la compañía sigue arrastrando pérdidas acumuladas importantes durante el año. A estos retos financieros se suman dificultades internas, como la desaceleración en la venta de vehículos eléctricos y el cambio de rumbo hacia iniciativas más ambiciosas, como los robotaxis o la robótica humanoide.
Este giro estratégico está transformando la imagen de Tesla, que ya no se ve únicamente como un fabricante de coches, sino como una empresa tecnológica enfocada en inteligencia artificial, automatización y soluciones energéticas.















