Jurassic World Rebirth promete ser uno de los grandes estrenos del 2025. El filme, que llegará este verano con una enorme cantidad de dinosaurios y monstruos prehistóricos, volverá a las raíces de Jurassic Park de Steven Spielberg, apostando por el terror y las novelas de Michael Crichton.
Entre las novedades como su posible duración y la idea de apartarse de Jurassic World Dominion -considerada la peor película de la saga-, destaca la inclusión de una nueva manera de ver a los dinosaurios, como el temible Spinosaurio, que estrena look. Y es que el animal que también parece amenazar a los protagonistas de esta secuela es el mosasaurio.
Ni Spinosaurio ni Velociraptor: el 'dinosaurio' más imponente y temible de 'Jurassic World Rebirth' ofrece un primer vistazo y es la estrella del filme
Uno de los pesos pesados de Jurassic World Rebirth, en todos los sentidos, es el mosasaurus, ese titán marino que ya nos dejó con la mandíbula desencajada en Jurassic World, siendo la gran estrella de la saga, que ahora regresa con ganas de más.

Imaginad un cocodrilo del tamaño de un autobús -aunque la proporción parece una vez más, exagerada en la película de Universal-, con el instinto de un tiburón blanco y la mandíbula de un monstruo sacado directamente de nuestras peores pesadillas. Hablamos de un depredador marino del Cretácico Superior, una criatura que reinaba en los mares mientras los tiranosaurios jugaban a pelear en tierra firme.
No era un dinosaurio, ojo, aunque Hollywood se empeñe en lo contrario. Los mosasaurios eran reptiles marinos emparentados más bien con los lagartos modernos, aunque con una pequeña diferencia: podían medir más de 15 metros y se alimentaban de lo que quisieran. Peces, tortugas, otros reptiles… incluso tiburones.
En esta nueva entrega, el protagonismo recae en Zora Bennett, interpretada por Scarlett Johansson, que junto a su equipo se embarca en una misión desesperada: localizar a los tres dinosaurios más colosales del planeta en una isla remota de InGen. ¿El motivo? Estos fósiles con patas —o aletas— podrían contener la clave para una cura revolucionaria. Ciencia y espectáculo en equilibrio inestable, como siempre. La expedición nos llevará a parajes ecuatoriales donde la vegetación lo devora todo excepto a los dinosaurios.
Para dirigir este nuevo intento de resucitar al monstruo taquillero tenemos a Gareth Edwards, quien ya ha demostrado buen pulso para manejar criaturas colosales en Godzilla (2014), Rogue One y The Creator. Un director que sabe cómo jugar con la escala y la tensión, ideal para sacar partido a bestias de toneladas de músculo y CGI. Universal nos invitará a correr -o nadar- para evitar a estas criaturas el próximo 2 de julio de 2025 como la fecha elegida para liberar a los dinosaurios en pantalla grande.