En el fondo del mar Adriático, frente a la isla de Korčula, arqueólogos de la Universidad de Zadar han descubierto una carretera de piedra que, según los análisis, tiene unos 7.000 años de antigüedad. Esta sorprendente estructura, atribuida a la cultura de Hvar del Neolítico, conecta lo que fue un asentamiento humano artificial con la costa.
La vía, compuesta por losas de piedra cuidadosamente alineadas, mide unos cuatro metros de ancho y permanecía oculta bajo varios metros de agua y sedimento, consecuencia de la subida del nivel del mar tras el último periodo glacial.
Estaba oculta bajo varios metros de agua
El hallazgo, liderado por el arqueólogo Mate Parica, reabre interrogantes sobre el nivel de sofisticación tecnológica y organizativa de las sociedades neolíticas en el Mediterráneo. Aunque carecían de vehículos, la existencia de una vía estructurada sugiere una necesidad concreta de movilidad, transporte o comunicación fluida entre el enclave insular y tierra firme. Las evidencias encontradas junto a la carretera, como hachas de piedra y hojas de sílex, refuerzan la hipótesis de que se trataba de una comunidad activa en el intercambio y en la construcción de infraestructuras.
La zona sumergida se considera ahora uno de los asentamientos neolíticos más interesantes del Adriático. Según la Universidad de Zadar, el descubrimiento es similar al yacimiento de Soline, localizado en la misma región, lo que apunta a un patrón de ocupación y desarrollo cultural compartido. La repetición de estos modelos urbanos acuáticos también invita a pensar en la planificación deliberada de los asentamientos, con estructuras que podrían haber funcionado como rutas comerciales o defensivas, más que simples pasos utilitarios.

El análisis del sitio se ha realizado utilizando tecnologías de sonar de barrido lateral, fotogrametría subacuática y datación por carbono-14 de restos orgánicos encontrados en las inmediaciones. Estas técnicas han permitido establecer con precisión la cronología del yacimiento y reconstruir su estructura sin necesidad de una excavación invasiva. El uso de medios digitales no solo garantiza una mejor conservación del patrimonio, sino que también permite compartir visualizaciones en 3D del hallazgo con la comunidad científica y el público general.