Ya sabemos que la versión de imagen real de Mulan no será un calco de su contraparte animada: más bien, se basará en la Balada de Hua Mulan, un poema del siglo XI. Eso exige un toque más realista para la producción... aunque también incluye otros cambios que responden a cuestiones diferentes. El productor Jason Reed ha abordado la ausencia del personaje Li Shang en la película, el férreo capitán del ejército chino que acaba convirtiéndose en el interés amoroso de Fa Mulan. Su falta se debe al movimiento #MeToo y a los recientes acontecimientos que han tenido lugar en la industria.
La ausencia de Li Shang
Si bien en la película animada de 1998 Li Shang - interpretado en la versión original por BD Wong - fue el comandante e interés amoroso de Mulan, lo cierto es que en la producción que se estrenará el próximo 27 de marzo no habrá ni rastro de él en la historia. Según una entrevista que el productor Jason Reed ha concedido a Collider, la elección de eliminar a este personaje estuvo motivada por la aparición del movimiento #MeToo.
"Creo que, particularmente en el momento del movimiento #MeToo, tener un oficial al mando que también es el interés sexual amoroso de la protagonista habría sido muy incómodo, pensamos que no sería apropiado", sostiene Reed. En su lugar, hay dos personajes nuevos que sirven para reemplazar a Li Shang: por un lado el comandante Tung (Donnie Yen), que se describe como "el mentor y sustituto del padre de Mulan" durante la película; por otro lado, un personaje llamado Chen Honghui (Yoson An), que es un soldado "igual que Mulan".
Otro personaje que también faltará en la película será Mushu, debido a que la película trata de mantenerse más fiel a la Balada de Hua Mulan más que a la producción animada. Liu Yifei, por otro lado, es la encargada de interpretar a nuestra protagonista en este largometraje dirigido por Niki Caro. Junto a ella encontraremos también a Jason Scott Lee, Gong Li y Jet Li.
¿Qué es el movimiento #MeToo?
Esta iniciativa social se esfuerza en sacar a la luz los casos de abusos y agresión sexual, así como acoso, que sufren las mujeres ya sea en entornos laborales o en su día a día. El concepto #MeToo se usó por primera vez en la plataforma MySpace, por la activista Tarana Burke, en el año 2006. Cuando en octubre del año 2017 salieron a la luz los escándalos y las prácticas abusivas que llevó a cabo el exproductor Harvey Weinstein - declarado culpable de violación -, la actriz Alyssa Milano instó a las mujeres a compartir sus historias bajo este hashtag. Personalidades de la talla de Gwyneth Paltrow, Uma Thurman o Jennifer Lawrence no tardaron en secundarla. Su objetivo es ofrecer a las mujeres apoyo a través de la empatía al compartir y hablar en voz alta sobre este tipo de sucesos.
Sin embargo, este movimiento también ha tenido detractores: entre ellos se incluye la propia Asia Argento, artista italiana que lideró el movimiento contra el Weinstein, tachó el #MeToo de haber sido engullido por los intereses del mundo del cine y los medios de comunicación. "Se ha convertido en un producto de Hollywood, algo tonto, un poco falso y reaccionario. Todo se reduce ahora a llevar un pin, un vestido de noche y nada más", sostenía Argento.
