Jaguar ha dado un salto al vacío. El fabricante de coches de lujo, que atraviesa una de las peores rachas empresariales de toda su historia, ha comenzado presentando un giro radical a su marca e identidad visual, lo que se conoce como rebranding, un profundo proceso de transformación en el que ha estado trabajando durante los últimos años en secreto y que busca apostar por la total electrificación de sus vehículos, causar impacto en nuevas generaciones de usuarios y clientes y mirar al futuro. Las críticas han sido tan grandes que la marca ha intentado justificar su cambio ante el enfado de clientes clásicos, de muchos usuarios y de grandes expertos en publicidad y diseño artístico.
Jaguar busca reinventarse en el peor año de su historia: el cambio es tan radical que muchos no lo asimilan
En su camino hacia una revolución eléctrica que verá la luz a finales de 2025 o comienzos de 2026 -todavía hay dudas al respecto-, Jaguar ha decidido dar un paso al frente y redefinir su esencia como marca. El icónico fabricante británico de automóviles, uno de los más importantes de la industria del automóvil, ha presentado un ambicioso relanzamiento que abarca nuevos conceptos, un logotipo renovado y una paleta cromática que pretende capturar la atención de una nueva generación de consumidores. Lo de captar la atención lo cierto es que lo ha logrado, pero hay dudas de si este salto al vacío a nivel corporativo tendrá su rédito comercial.
Siguiendo la filosofía "Copy nothing", evocando las célebres palabras del fundador Sir William Lyons, Jaguar busca romper moldes y recuperar su posición como pionera en diseño y creatividad, y ha acompañado el anuncio de spots -como el que tenéis arriba-, nuevos logos -con la ausencia del popular Jaguar- y cambios de filosofía comercial. Este enfoque, definido como "modernismo exuberante", se traduce en diseños atrevidos y en un pensamiento innovador que aspira a desafiar las convenciones y marcar la diferencia en un mercado saturado.
"Para devolver a Jaguar al lugar que le corresponde, teníamos que ser intrépidos. Jaguar siempre ha brillado más cuando rompía las reglas", afirmó Rawdon Glover, Director Ejecutivo de Jaguar, subrayando la magnitud del proyecto. "Este es un reinicio completo. Jaguar se transforma para recuperar su originalidad e inspirar a una nueva generación". Como explica el fabricante, la renovación no se limita a palabras: el nuevo lenguaje visual de la marca busca reflejar esta identidad renovada a través de símbolos clave que representan la esencia de Jaguar en esta nueva era, y en el que la paleta de colores juega un papel fundamental, destacando los colores primarios (amarillo, rojo y azul) y sus derivados.
Según los responsables de este cambio, Jaguar no solo quiere liderar la movilidad eléctrica del futuro, sino también convertirse en un referente cultural con una identidad única. Pero las críticas han sido enormes, y la compañía se ha visto siendo trending topic en redes sociales durante horas.
Las críticas no han tardado en llegar: Elon Musk se mofa de Jaguar
Las reacciones del cambio del fabricante, propiedad del gigante indio Tata Motors, con una nueva tipografía y el vídeo en que anuncia la nueva marca ha provocado críticas y burlas en redes sociales. La principal queja es que no es capaz de mostrar ni un sólo automóvil, mostrando a muchas personas de sexualidad no definida y vestimenta colorida, alejada del estilo clásico de Jaguar y su aura de lujo. Elon Musk, competidor por medio de su empresa Tesla -que recordemos, fabrica coches eléctricos-, ha estado entre los críticos preguntándose en redes si el fabricante no se dedicaba a vender coches.
Do you sell cars?
— Elon Musk (@elonmusk) November 19, 2024
En redes sociales, Isaac Botkin, experto en tecnología y parte de la industria armamentística en EE.UU, ha compartido un análisis contundente sobre el relanzamiento de la marca Jaguar, que según él, podría pasar a la historia como uno de los movimientos de marketing más autodestructivos jamás vistos. Según él, la marca nunca había estado tan atrás en comparación con sus competidores, dañando su visión en el consumidor, pues ya no se percibe como una marca de lujo, y tampoco ofrece características premium destacables. Afirma que llegar al mercado de los coches eléctricos, ahora muy saturado, es un error, y la victoria de Donald Trump en las elecciones, el mensaje "woke" ha alcanzado un mínimo histórico en términos de aceptación.
Según Botkin, incluso quienes comparten esas ideas lo consideran fuera de lugar y desalentador en el contexto actual. Piensa que no existe autenticidad, y el ser tan rupturista, cuando ahora los jóvenes conservadores están abrazando símbolos de estilo clásico, como las chaquetas Barbour y la moda retro está en auge, así como hay un creciente interés por la fabricación local en los países occidentales, una apuesta así está fuera de lugar. Veremos en qué queda todo, pero parece que Jaguar ha dado un salto al vacío.