La escasez de tierras raras ha sido un problema creciente en la industria tecnológica global, afectando la producción de dispositivos electrónicos, baterías e incluso energías renovables. Hasta ahora, la falta de estos elementos ha generado preocupación, ya que son esenciales para el avance tecnológico en sectores clave como la fabricación de móviles, ordenadores y coches eléctricos. Sin embargo, una reciente investigación podría ofrecer una solución inesperada a esta problemática, gracias al descubrimiento de que los volcanes extintos albergan grandes reservas de tierras raras.
Este descubrimiento, llevado a cabo por investigadores de la Universidad Nacional Australiana y la Academia China de Ciencias, muestra que algunas erupciones volcánicas de hace millones de años dejaron depósitos importantes de tierras raras en las rocas de volcanes que ya no están activos. Un ejemplo notable es el volcán El Laco en Chile, que tiene una composición que permite extraer estos elementos con una eficiencia 100 veces mayor que en otras formaciones volcánicas.
La demanda de tierras raras se quintuplicará para 2030
La relevancia de este hallazgo es considerable. Según los estudios, se espera que para el año 2030 la demanda de tierras raras se quintuplica debido al crecimiento de las necesidades en las industrias tecnológica y energética. Esto ha llevado a la búsqueda de alternativas que no solo mantengan el ritmo de producción, sino que también ayuden a reducir costes y mejorar la eficiencia en el desarrollo de tecnologías avanzadas. Así, la abundancia de esta materia prima en los volcanes extintos se presenta como una "brisa de esperanza" para este sector.
Los expertos en ciencia han simulado en laboratorio las condiciones de estas antiguas erupciones, calentando las rocas a temperaturas extremadamente elevadas para examinar su contenido. Los hallazgos han sido asombrosos: las rocas volcánicas abundantes en hierro poseían cantidades considerablemente elevadas de elementos fundamentales como el neodimio y el disprosio, esenciales en la producción de imanes y baterías.
Este progreso inaugura un nuevo camino para la explotación de tierras raras, especialmente en zonas geológicas que hasta el momento habían sido ignoradas. El desafío actual es establecer la factibilidad comercial de extraer estos componentes en lugares como El Laco y cómo esta nueva fuente puede mitigar la presión sobre el abastecimiento global de tierras raras, balanceando de esta manera el escenario tecnológico mundial.