Baz Luhrmann ha confirmado que su próximo proyecto cinematográfico será una épica adaptación de la historia de Juana de Arco, titulada provisionalmente Jehanne o Jehanne d'Arc. Esta película, en colaboración con Warner Bros., marcará el regreso del director tras el éxito de Elvis, que recibió ocho nominaciones a los Premios Oscar y recaudó 288 millones de dólares a nivel mundial. La vida de Juana de Arco, una joven campesina que lideró el ejército francés en la Guerra de los Cien Años bajo lo que ella creía ser la guía divina, será el centro de esta ambiciosa producción.
Buscan la versión adolescente de Juana
La búsqueda de la actriz que interpretará a Juana ya ha comenzado, según ha informado Deadline. El casting busca a una joven que encarne "la historia definitiva de la adolescencia", en un contexto marcado por el caos de la guerra. Esta visión promete alejarse de las representaciones convencionales de la heroína francesa, optando por un enfoque estilizado y novedoso, como suele caracterizar el trabajo de Luhrmann. El director ya ha demostrado en películas como Romeo + Julieta su capacidad para reinterpretar historias clásicas con un giro moderno y audaz.
Aunque aún no se ha confirmado quién será la protagonista, la actriz Jenna Ortega ha expresado su interés en interpretar a Juana de Arco. Ortega, conocida por su papel en la nueva película de Beetlejuice, mencionó en una entrevista reciente que este sería uno de sus roles soñados, además de destacar la película muda La pasión de Juana de Arco como una de sus favoritas. Esto ha generado especulaciones sobre si podría unirse al proyecto, aunque por ahora no hay confirmaciones oficiales.
Quién fue Juana de Arco y por qué fue canonizada
Juana de Arco, conocida como la Doncella de Orleans, fue una figura clave en la historia de Francia durante la Guerra de los Cien Años. Nacida en 1412 en Domrémy, una pequeña aldea del noreste de Francia, era una joven campesina profundamente religiosa que, a los 13 años, comenzó a tener visiones que ella atribuyó a la intervención divina. En estas visiones, aseguraba que los santos Miguel, Catalina y Margarita le ordenaron liderar el ejército francés para liberar al país del dominio inglés. Convencida de su misión divina, en 1429, a los 17 años, Juana convenció al delfín Carlos VII de permitirle comandar un ejército, con el que lideró una exitosa campaña para liberar la ciudad de Orleans, lo que consolidó su estatus como heroína nacional.
Esta guerrera jugó un papel crucial en la victoria francesa durante la Guerra de los Cien Años ya que terminó liderando el ejército en la liberación de Orleans en 1429. Bajo su liderazgo, los franceses rompieron el asedio inglés de Orleans, un punto de inflexión en la guerra que revitalizó la moral de Francia. Su éxito permitió que Carlos VII fuera coronado rey en Reims, consolidando su legitimidad en el trono y cambiando el rumbo del conflicto a favor de los franceses.
Fue capturada y vendida a los ingleses, acusada de brujería y de llevar vestimenta masculina
El apresamiento de Juana de Arco ocurrió en mayo de 1430 durante el asedio de Compiègne. Tras una emboscada de los borgoñones, aliados de los ingleses, fue capturada y vendida a los ingleses, quienes la llevaron a la ciudad de Ruan. Allí, fue encarcelada y sometida a juicio bajo la acusación de herejía, brujería y llevar vestimenta masculina, lo cual fue considerado una afrenta tanto a las normas sociales como religiosas de la época. Su juicio, que duró varios meses, estuvo lleno de irregularidades, con un tribunal controlado por los ingleses que buscaba desacreditarla y debilitar el creciente apoyo a Carlos VII.
Finalmente, el 30 de mayo de 1431, Juana fue declarada culpable de herejía y condenada a morir en la hoguera. Fue quemada viva en la plaza del Mercado Viejo de Ruan, con apenas 19 años. Su muerte tuvo un impacto profundo tanto en el pueblo francés como en sus enemigos ingleses. Tras la muerte de Juana, sus restos fueron quemados dos veces más para evitar que se convirtieran en reliquias, y las cenizas fueron arrojadas al río Sena. Hace relativamente poco, en 1920 por el Papa Benedicto XV, casi cinco siglos después de su muerte, fue canonizada. Esto fue el resultado de una larga campaña de reivindicación que comenzó en 1456, cuando la Iglesia Católica anuló el juicio que la había condenado por herejía.
