La playa, ese destino de vacaciones tan popular, puede esconder peligros insospechados para aquellos que disfrutan de actividades aparentemente inofensivas. Cuando pensamos en los peligros de la playa, es normal imaginar tiburones y otras criaturas marinas nada amistosas, sin embargo el mayor peligro se encuentra en tierra firme y además, lo provocan las propias personas.
Causan varias muertes al año en EEUU
En febrero de 2024, un trágico incidente en Estados Unidos resaltó los riesgos de esta actividad cuando una niña de 7 años falleció tras quedar sepultada en un hoyo de aproximadamente 1,5 metros de profundidad. Este tipo de accidentes, aunque no son tan conocidos, pueden ser mortales, especialmente cuando la arena se derrumba y entierra a las personas vivas. De hecho, hay investigaciones sobre este tipo de accidentes que ya sugieren que mueren más personas por asfixia en la arena que por ataques de tiburones. Entre tres y cinco niños morían al año en este país mientras cavaban un hoyo, destaca la investigación.
La gravedad del problema radica en la dificultad de escapar una vez que la arena se derrumba. A diferencia de la nieve en una avalancha, donde las víctimas pueden crear pequeñas bolsas de aire, la arena es densa y se compacta rápidamente, eliminando cualquier espacio de respiración. La composición de la arena también juega un papel crucial en su comportamiento.
Esta puede estar compuesta de cuarzo o carbonato de calcio, tiene un tamaño de grano que varía de 0,06 a 2 milímetros. La estabilidad de la arena depende de su humedad: mientras está húmeda, los granos se mantienen juntos por la tensión superficial del agua, pero una vez seca, la pila de arena pierde esta cohesión y se derrumba fácilmente. Esto explica por qué los hoyos en la playa, que pueden parecer seguros mientras la arena está húmeda, se vuelven trampas mortales cuando se secan.
Un rescate complicado
El proceso de rescate en casos de derrumbes de arena es extremadamente complicado. La arena es inestable y pesada, lo que significa que cualquier intento de retirar arena para liberar a una víctima puede causar que más arena caiga en el hoyo, empeorando la situación. Los rescatistas tienen una ventana muy limitada de tiempo, entre tres y cinco minutos, para salvar a una persona antes de que se asfixie. Esto destaca la importancia de tomar medidas preventivas y de estar preparados para actuar rápidamente en caso de un accidente.
0,6 metros como límite máximo
Para evitar tragedias, los expertos recomiendan no cavar hoyos más profundos que la altura de las rodillas de la persona más baja del grupo, es decir, alrededor de 0,6 metros. Además, es crucial rellenar todos los hoyos antes de abandonar la playa para prevenir accidentes futuros. La supervisión constante de los niños es esencial, ya que son los más vulnerables a este tipo de incidentes. En caso de un derrumbe, es vital concentrarse en liberar la boca y el pecho de la víctima para proporcionar respiración artificial mientras otros continúan excavando.
Estadísticas de Estados Unidos indican que entre 1997 y 2007, los derrumbes de pozos de arena causaron 31 muertes, en su mayoría niños y hombres jóvenes. Estos incidentes, aunque relativamente raros, demuestran que los hoyos en la arena representan un peligro real y significativo. La mayoría de los derrumbes fueron provocados por excavaciones, túneles, saltos y caídas en los hoyos, resaltando la necesidad de concienciar sobre los riesgos de estas actividades.
