Las freidoras de aire se han vuelto en los últimos tiempos un electrodoméstico muy popular en nuestras cocinas, en parte por su gran utilidad a la hora de cocer o freír alimentos sin necesidad de sumergirlos en aceite o bien por sus competentes precios y ofertas en el mercado. Existen muchos modelos diferentes de las llamadas airfryer y ninguna de ellas requiere una instalación dedicada en el hogar como sí puede ocurrir en el caso de un horno o un microondas. Sin embargo, no son pocos los usuarios que replican un error bastante común a la hora de decidir en qué ubicación de la cocina situar este dispositivo...
Escoger un buen lugar para la freidora de aire es clave, no solo porque te garantizará una mayor vida útil del aparato, sino que, más importante todavía, te evitará posibles sustos y peligrosos accidentes domésticos. Así que ojo al dato con lo que te vamos a contar.
¿Cuál es la mejor ubicación para una freidora de aire y qué lugares de la cocina evitar?
En el propio manual de instrucciones de cualquier freidora de aire se advierte y se aconseja dónde se debería colocar este tipo de electrodoméstico en nuestras cocinas. Si bien su uso es bastante intuitivo y muchos usuarios deciden no ojear en profundidad el manual (y tampoco es que sea muy relevante su ubicación mientras no se use), el problema viene a la hora de ponerla en marcha y preparar comidas.
Por lo general, la mayoría de personas con una freidora de aire cometen el error de situarla en alguna esquina de la cocina o muy cerca de alguna pared, un fallo que está considerado potencialmente un peligro para la seguridad de tu electrodoméstico, de tu hogar y de tu propia salud. ¿Por qué?
Es fácil de entender. Las freidoras de aire funcionan específicamente generando un montón de aire caliente en su interior que, al menos en cierto porcentaje, deben liberar por un panel con rejillas para evitar sobrecalentarse en su interior. El problema viene cuando el aparato no tiene el suficiente margen como para expulsar este exceso de aire caliente, lo que puede darse si, como ya hemos explicado, sitúas tu freidora en una esquina de la cocina o demasiado pegada a las paredes.
Por lo tanto, lo más recomendable a la hora de poner en marcha tu airfryer, es asegurarse de colocar el electrodoméstico en un espacio sin paredes cercanas ni otros obstáculos que puedan impedir la salida del exceso de aire. A partir de los 15 centímetros de distancia, se asegura un buen uso del dispositivo y se garantiza que no se dañarán sus materiales o sus primeras capas superficiales. Una buena ventilación es fundamental, incluso para que no se acumulen olores en la cocina.
Igualmente, recuerda colocar la freidora sobre una superficie plana. Cualquier inclinación puede desencadenar en una mala distribución del aire dentro del recipiente. Además, esta superficie debe ser resistente al calor. Ten cuidado con maderas, plásticos o granito (este último puede agrietarse). Favorablemente, es buena idea colocar debajo de la freidora almohadillas o alfombrillas de silicona que resistan sus altas temperaturas.
Y por supuesto, no olvides prestar en todo momento atención a los alimentos que vayas a cocinar en la freidora, así como mantenerla alejada de fuentes de agua que puedan estropearla. Al fin y al cabo, es un aparato eléctrico más. Siguiendo todos estos consejos (y estudiando su manual en profundidad para sacarle el mayor provecho), alargarás la vida útil de la freidora para que no se estropee rápidamente. Y mejor aún, evitarás que pueda producirse un incendio en el hogar, uno de los peores escenarios posibles con el que nadie quiere tener que lidiar.