Cuanto más avanza la tecnología, más ideas revolucionarias aparecen en distintos campos. Esto lo estamos viendo claramente en el terreno de la automoción, con coches impulsados por hidrógenos o coches autonómicos que solo podríamos imaginar hace unos años en la ciencia ficción. Por este motivo, parece que los vehículos tradicionales con motores de combustión interna tienen los días contados, aunque no tanto si las alternativas a estos no venden...
Toyota es una de las grandes marcas que se niegan a verlos desaparecer y se mantienen férreas en su intención por prolongarlos tanto como sea posible, siempre que las normativas actuales se lo permitan (sin olvidarse de apostar también por los coches con pilas de combustible de hidrógeno). A este respecto, la conocida empresa japonesa ha presentado una nueva idea que podría innovar el mercado de coches diésel y gasolina, para hacer que sigan siendo viables en las carreteras y medioambientalmente favorables.
Toyota quiere crear un sistema de doble filtro para convertir a los coches en agentes limpiadores
Toyota tiene en mente demostrar que los motores diésel y gasolina no necesariamente tienen que ser más contaminantes que los coches eléctricos y, para ello, la compañía va a invertir en desarrollar una tecnología novedosa de filtros que logren que los motores de combustión interna puedan limpiar el aire a su alrededor para reducir su impacto de emisiones contaminantes, tal y como informan desde el medio Automotive News.
La teoría presentada por Toyota es fácil de entender, no tanto de de aplicar. Como sabemos, todos los coches de motores de combustión interna generan durante su uso contaminantes en forma de gases dañinos para nuestra salud y la atmósfera, como por ejemplo los gases de efecto invernadero (C0 y C02). Pues bien, lo que quiere hacer Toyota es conseguir que estos motores limpien contaminantes. Es decir, crear un sistema por el cual el automóvil sea capaz de convertirse en un agente limpiador que reduzca su impacto contaminante y sus emisiones netas aportadas a la atmósfera sean menores o, incluso, teóricamente inferiores a las captadas, de tal modo que su contaminación final sea neutra.
¿Cómo pueden alcanzar este objetivo? La propuesta de Toyota pasa por crear un sistema de doble filtro en los motores de combustión. Uno de los filtros iría situado en la admisión, y el otro en el frontal del vehículo, inmediatamente por delante del motor. El sistema buscaría filtrar una gran cantidad de aire mientras el vehículo permanece en movimiento, retener el dióxido de carbono con un filtro catalítico cerámico de Kawasaki Heavy Industries (parecido a los catalizadores que emplean los automóviles en su sistema de escape) y sin necesidad de un aporte extra de energía, y gracias al calor del motor, conseguir que ese dióxido de carbono se retenga en un líquido desechable.
Las primeras pruebas ya están en marcha, aunque con resultados desfavorables
Según se sabe, la marca ya está probando estos sistemas en sus coches que participan en carreras, siguiendo otras iniciativas recientes como el empleo de combustibles sintéticos e hidrógeno como combustible en sus programas de competición, en los bancos de pruebas para aplicaciones "civiles". Los japoneses desean abogar por una competición que siga gozando del encanto de la combustión interna, pero descarbonizando todas sus actividades de ser posible para respetar las normativas vigentes a medida que estas vayan evolucionando.
Sea como sea, al parecer las primeras pruebas tienen problemas para alcanzar los hitos esperados, ya que la captura de dióxido de carbono estaría siendo demasiado pequeña, del entorno de 20 gramos de dióxido de carbono por cada cuatro vueltas de circuito. Cabe recordar que los vehículos de gasolina estándares emiten miles de gramos en unas pocas decenas de kilómetros. Por no olvidarnos que este sistema tendrá un coste elevado para Toyota, un mantenimiento periódico y una recarga del aditivo que absorbe el dióxido de carbono y su posterior tratamiento.
El responsable del proyecto GR de Toyota, Naoaki Ito, declaraba al medio mencionado anteriormente que esta tecnología tiene suficiente potencial como para seguir desarrollándola. Seguramente se seguirá con interés por los amantes de los motores de combustión de cara al año 2050, fecha en la que se ha señalado la posible desaparición total de esta clase de vehículos si continúan contaminando como hasta ahora.