Un equipo de astrónomos ha descubierto un agujero negro de tamaño relativamente pequeño acechando junto a la constelación de Ofiuco, a unos 1600 años luz de distancia. Se trata del agujero negro conocido más cercano a la Tierra jamás hallado. Los agujeros negros uno de los grandes misterios del universo siguen fascinando y desconcertando a los científicos, que descubren nuevas características cada poco tiempo y presentando maravillosos hallazgos sobre su condición y naturaleza. Pero, ¿corre algún peligro la Tierra al estar tan cerca de uno de estos cuerpos celestes? No, que no cunda el pánico (vía NOIRLab).
El agujero negro más cercano a la Tierra
Los agujeros negros son los objetos más densos de nuestro universo, enormes cuerpos capaces de generar campos gravitatorios tan intensos y poderosos que ni siquiera los fotones de luz logran escapar de sus horizontes de eventos, tragándoselo absolutamente todo.
El nuevo descubrimiento, bautizado como Gaia BH1, está tres veces más cerca de la Tierra que el poseedor del récord anterior, y se encuentra alrededor de una estrella de la constelación de Ofiuco. Gaia BH1 se ha descubierto usando el moderno telescopio Gemini North en Hawái, que forma parte del Observatorio Internacional Gemini, cotejando datos la nave espacial Gaia de la ESA, enviada en misión hace unos meses.
Como explican desde medios como Gizmodo, los datos de Gaia sugieren que el movimiento de la citada estrella era especialmente raro y errático para ser un solo objeto, destacándose como si la gravedad de algún tipo de cuerpo celeste masivo estuviera afectando de forma evidente su desplazamiento teórico. Y así era, había un agujero negro de tamaño pequeño modificando su trayectoria y órbita. "Si bien ha habido muchas detecciones de sistemas como este, casi todos estos descubrimientos han sido refutados posteriormente" ha explicado Kareem El-Badry, astrofísico del Centro de Astrofísica | Harvard y Smithsonian, y autor principal del artículo.
"Esta es la primera detección inequívoca de una estrella similar al Sol en una amplia órbita alrededor de un agujero negro de masa estelar en nuestra galaxia", matizaba. Eso sí, aunque esté cerca de la Tierra, hay que hacer algún que otro matiz. Para empezar, tener en cuenta que las distancias astronómicas suelen ser enormes. Más de lo que somos capaces de entender de primeras. Un año luz equivale a aproximadamente 9,5 billones de kilómetros, por lo que a 1600 años luz de distancia no es tan cerca como lo que podemos pensar en un principio. Por ejemplo, y para servir de comparativa clara, la Voyager, la misión espacial que más distancia ha recorrido y que se considera el objeto enviado al espacio más remoto de la humanidad, se ha estado alejando de la Tierra durante casi 50 años y está a menos de 24.000 millones de kilómetros de distancia. El sistema solar más cercano a la Tierra, bautizado como Alpha Centauri, está a unos 4,24 años luz de distancia.
Este hallazgo es importante por varias razones. Una de ellas es porque, hasta la fecha, este gigantesco cuerpo permanecía casi invisible. Los agujeros negros son complicados de detectar cuando no se están alimentando ni absorbiendo materia o generando rayos X en el proceso, por lo que el descubrimiento de Kareem El-Badry y su equipo de astrofísicos es fascinante. Se cree que gracias a sus descubrimientos y pesquisas, los astrofísicos podrán refinar la manera en la que se detectan estos objetos en el espacio, creando mejores modelos de sistemas de detección y aprendiendo la forma de localizarlos en base a las atracciones gravitacionales que estos generan en los cuerpos celestes presentes en el firmamento.
