Un asteroide podría colisionar contra la Tierra más pronto que tarde y eliminar a casi toda vida sintiente de un plumazo. No es el argumento de ninguna película: ya ha pasado. Mientras las agencias como la NASA y la ESA colaboran desarrollando protocolos de prevención, solución y evacuación en el caso de un impacto, China ha anunciado que está desarrollando un plan parecido al de la agencia especial estadounidense, pero mucho más espectacular: quieren disparar 23 cohetes de 900 toneladas cada uno al asteroide que pueda impactar contra el planeta.
Un estudio financiado por el gobierno chino lo tiene claro: disparar al meteorito
No es ningún proyecto fruto de la imaginación de un científico loco, pues os estamos hablando (vía SCMP) de un estudio consensuado y propuesto por un comité de expertos financiado por el gobierno chino. Tras analizarlo en profundidad, han destacado que China podría lanzar 23 cohetes Long March 5 (CZ-5), el más grande de su arsenal, que intentarían impactar contra el asteroide y podrían desviarlo de su trayectoria.
La idea no es otra que alterar su ruta, no destrozarlo en pedazos, porque en el caso de que el asteroide sea grande, esos pedazos podrían ser potencialmente peligrosos y causar la misma destrucción por todo el planeta. La idea es que, una vez ejecutado el plan, la amenaza pase de largo y continúe su trayectoria por el espacio.
China sabe que el riesgo de que un asteroide de tamaño considerable impacte contra la Tierra es ínfimo, pero las consecuencias en el caso de que ocurra algo así, podrían ser devastadoras. Los daños personales e inmateriales indirectos son incalculables, pero la Tierra tardaría décadas en recuperarse de una colisión. Sabemos que los cuerpos de unos 30 metros más o menos son engullidos y desintegrados por nuestra atmósfera, pero los más grandes, como el caso de Bennu, pueden destruir la civilización humana de un plumazo en el caso de que impacte en la superficie de nuestro planeta. Bennu mide aproximadamente unos 500 metros, más alto que el Empire State Building de Nueva York, y se detectó hace unos años, permitiéndonos a los seres humanos posarnos sobre su superficie en 2018, obteniendo datos vitales sobre su composición que han sido usados en el estudio de China sobre la prevención de impactos con cuerpos estelares.
Gracias a la información recabada, se sabe que para modificar la trayectoria del asteroide se necesitaría mucha energía cinética, y de ahí la idea de lanzar una veintena de cohetes Long March 5, que despegarían desde diferentes puntos de China, para impactar contra el asteroide. Según sus cálculos, tendrían que lanzarse con muchísima previsión, pues tardarían en llegar a Bennu unos tres años. Una vez hayan impactado contra su objetivo, uno tras otro, y suponiendo que los cálculos hayan sido realizados con exactitud, podrían desviar el asteroide y evitar su rumbo de colisión.
La clave de todo está en el impactador cinético ensamblado (AKI), un módulo que permite conseguir a cada cohete una mayor capacidad de impulso, velocidad e impacto, incrementando la masa total del misil y permitiendo una mayor fuerza en el espacio. "Nuestra técnica hace posible desviar grandes asteroides similares a Bennu con una técnica libre de armas nucleares con un tiempo de lanzamiento de 10 años", remarcan desde China. El modelo ha demostrado ser funcional, y aunque no incluye a una misión con Bruce Willis y un nutrido grupo de héroes, la verdad es que parece muy efectivo.