La reentrada descontrolada del cohete chino Long March 5B se ha encontrado con la reprimenda de la NASA. El pasado domingo caían sobre la Tierra los restos de esta nave, después de que se produjera su lanzamiento el pasado 29 de abril en el Centro de Lanzamiento Espacial Wenchang en China. Su misión era poner en órbita un módulo que contenía viviendas para una futura estación espacial china. Pero, después de completar esa tarea, el cuerpo del cohete quedó dando vueltas alrededor de la Tierra hasta su regreso a la atmósfera terrestre de manera descontrolada.
La NASA responde a la caída descontrolada del Long March 5B
El Comando Espacial de Estados Unidos señaló en un comunicado que el Long March 5B había caído sobre la península Arábiga. "Se desconoce si los escombros impactaron en la tierra o en el agua", señalaban. Poco después, Roscosmos, la agencia espacial de Rusia, informaba de que los restos habían caído en el océano Índico. Hablamos del cuerpo del cohete, con 30 metros de largo, 5 metros de ancho y un peso de 23 toneladas.
Después de que los restos del Long March 5B volvieran a la Tierra, el administrador de la NASA, Bill Nelson, emitía un comunicado el mismo domingo haciéndose eco de la cuestión. "Las naciones que realicen viajes espaciales deben minimizar los riesgos para las personas y los bienes de la Tierra, con la reentrada de objetos espaciales, y maximizar la transparencia con respecto a esas operaciones. Está claro que China no está cumpliendo con los estándares de responsabilidad con respecto a sus desechos espaciales".
En este sentido, Nelson agregaba también lo siguiente: "Es fundamental que China y todas las naciones y entidades comerciales con viajes espaciales actúen de manera responsable y transparente en el espacio para garantizar la seguridad, la estabilidad y la sostenibilidad a largo plazo de las actividades en el espacio exterior".
Los expertos habían estado vigilando de cerca la trayectoria de este cohete de regreso a la Tierra, temiendo la posibilidad de que cayera sobre zonas habitadas. Por su parte, el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Wang Wenbin, restaba importancia al asunto sosteniendo que la etapa superior del cohete iba a quedar desintegrada al volver a la atmósfera. "Lo que hace que la probabilidad de daños a la aviación o las instalaciones y actividades terrestres sea extremadamente baja", apuntaban.