El mes que viene, en concreto el 6 de marzo, se pondrá a la venta Split Fiction, el nuevo juego de Hazelight Studios y Josef Fares, los creadores de A Way Out (2018) e It Takes Two (2021), de nuevo una aventura de acción cooperativa para dos jugadores a pantalla partida, de la que esta semana hemos podido ver un nuevo tráiler.
Con motivo de la promoción del juego, su director, Josef Fares, está dando una serie de entrevistas en las que, como es habitual, no se muerde la lengua, y ahora ha opinado de uno de los temas más polémicos de los últimos tiempos: el uso de la inteligencia artificial generativa en el desarrollo de videojuegos.
"Tenemos que adaptarnos; Habrá aspectos negativos y positivos"
Josef Fares ha expresado su opinión sobre el papel de la inteligencia artificial en la industria de los videojuegos, asegurando que los desarrolladores deberían colaborar con la tecnología en lugar de resistirse a ella. En una entrevista con VGC, Fares describió la IA como algo "a la vez aterrador y emocionante", y cree que su impacto podría ser incluso mayor que el de Internet.
Cuando se le preguntó sobre los riesgos que la inteligencia artificial podría representar en el desarrollo de videojuegos, Fares fue claro: "Tenemos que adaptarnos. Si es parte de la industria, debemos explorar cómo implementarla para mejorar los juegos". También reconoció la preocupación por la posible pérdida de empleos, pero señaló que esto ocurre con cualquier avance tecnológico.
"Habrá aspectos negativos y positivos. No puedes simplemente cerrar los ojos y fingir que no existe. Creo que la IA tendrá un impacto más grande en el mundo que el que tuvo Internet. Aún falta tiempo para que pueda utilizarse en el desarrollo de manera efectiva, al menos en nuestro estudio, pero quizá otros ya lo estén haciendo".
El uso de IA en los videojuegos ha generado debate en la industria, con preocupaciones sobre la automatización del trabajo y el plagio de contenido generado. Sin embargo, el CEO de Take-Two Interactive, Strauss Zelnick, ha declarado que, lejos de provocar despidos masivos, la inteligencia artificial podría aumentar el empleo en el sector y que no ve necesario imponer nuevas regulaciones para proteger a los desarrolladores.