Splinter Cell: Chaos Theory está considerado como uno de los mejores videojuegos de la reputada saga de sigilo de Ubisoft. Se trata de la tercera entrega dentro de la franquicia y se caracteriza por hacer de la oscuridad una mecánica de juego fundamental. A diferencia de otros títulos de la época, como Metal Gear Solid, aquí camuflarte entre las sombras era parte central de la experiencia, con el uso de alta tecnología como nuestro mayor aliado.
Esta entrega destacaba por poner esta dinámica aún más de relieve, con un indicador de ruido que daba mayor realismo a la infiltración. La IA no estaba nada mal para la época, y valoraba precisamente cómo de ocultos nos encontrábamos dentro del escenario, sin despertar sospechas. El juego evaluaba bastante bien las situaciones para que el sigilo resultara verosímil, con un incremento en el número de oportunidades de infiltración, así como de la libertad para recorrer los entornos, con incluso la presencia de objetivos secundarios.
Chaos Theory, un Splinter Cell muy añorado
En general, era más satisfactorio practicar la infiltración, porque el juego tenía en cuenta aspectos como abrir una puerta con más o menos cuidado. Adicionalmente, consideraba los restos que dejábamos en cada decorado, no solo a través de cuerpos mal escondidos, sino de las consecuencias de nuestras acciones.

Otro aspecto que hizo memorable a Chaos Theory es que las misiones estaban muy bien diseñadas, con un carácter menos lineal y una mayor cantidad de movimientos para nuestro protagonista. Esto hacía del videojuego uno más variado y también divertido, además de inmersivo. Podías escuchar las conversaciones de los enemigos e intuir qué iban a hacer, y además en completo español, con unas actuaciones de doblaje muy competentes (especialmente para un juego de hace 20 años).
Así que sentirte como un espía es algo completamente conseguido, especialmente si hablamos de todo el equipamiento de que disponemos. Aparte del cuchillo y armas con silenciador, disponemos de visión nocturna, de temperatura y otra muy especial que permite escanear dispositivos electrónicos para manipularlos a distancia. Otro aspecto muy recordado es el de poder interrogar a los enemigos una vez sorprendidos, así como generar distracciones, demostrándonos la variedad de acciones que había a nuestra disposición.

La forma en que está construida la narrativa es interesante, con un briefing detallado antes de cada misión para meterte de lleno en los acontecimientos. Nos encontramos en medio de la guerra de la información, dentro de un entorno geopolítico a punto de estallar, con China y Corea del Norte en una alianza que incorpora como actor importante a Japón. Debemos ayudar a estabilizar la zona, y nada mejor para ello que enviar al agente Sam Fisher, un experto en operaciones encubiertas que tiene el objetivo de evitar que unos complejos algoritmos caigan en las manos equivocadas.
La campaña para un jugador daba para algo más de 12 horas, lo cual no estaba mal para un título de estas características. Aparte contaba con multijugador en línea, "espías contra mercenarios", que ampliaba la experiencia. Y eso por no hablar de la opción de jugar a varias misiones en cooperativo online o a pantalla dividida, poniendo en práctica una serie de movimientos coop que suponen un punto y aparte con respecto a la campaña individual. Todo un acierto.

Splinter Cell: Chaos Theory tuvo un desarrollo ambicioso, con un presupuesto bastante abultado para la época. Ubisoft se esforzó en crear un gran juego de infiltración cuando no existían demasiados exponentes, logrando vender millones de copias en las múltiples versiones que tuvo para PC, PS2, Xbox, Gamecube e incluso N-Gage, Nintendo DS y Nintendo 3DS. Pero lo mejor es la comunidad de entusiastas del título, que aún lo recuerdan como uno de los mejores de la saga Splinter Cell. ¿Eres tú uno de ellos? Cuéntanoslo en los comentarios.