Esta consola futurista quiso competir con Xbox, pero desapareció en 2001 y nadie ha encontrado su prototipo

L600 era una consola pionera que iba a permitir a los desarrolladores independientes trabajar con kits de desarrollo gratuitos.
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Hubo una época en que no paraban de aparecer consolas, y de todas las marcas. Probablemente os suene el nombre de Pippin, una máquina realizada en colaboración entre Apple y Bandai. También tuvimos N-Gage, la portátil de Nokia que no contó con pocos adeptos. Y luego hay alguna que otra consola que solo estuvo en proyecto, como la SNES-CD. De esto último vamos a hablaros hoy, con un caso de lo más curioso. Se trata de Indrema L600, una consola diseñada por la empresa Indrema y que estaba pensada para competir con plataformas como Xbox o Gamecube.

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L600 era principalmente una consola de videojuegos, pero en realidad podía considerarse un centro multimedia todo-en-uno. Contaba con reproductor de CD, lector de DVD, navegador web, grabación de vídeo y por supuesto reproductor MP3. El plan para su precio de salida no estaba nada mal, unos 300 dólares, y se esperaba que se lanzara con un catálogo de 30 títulos.

Una consola pionera en facilitar el desarrollo indie

En cuanto a especificaciones, no tenía nada que envidiar a la competencia. Habría contado con un procesador AMD de 750 MHz y una RAM de 64 megas (unos números inferiores a los de Gamecube y similares a los de Xbox). El almacenamiento de 10 gigas -ampliable a 50- y la resolución a 1080i hacían el resto, además del poco menor detalle de que habría incluido un kit de desarrollo por cada consola, permitiendo que los jugadores diseñaran sus propios juegos. Esta característica tan llamativa fue ideada por John Taylor Gildred, que basó el sistema en Linux, abriendo la entrada a los desarrolladores independientes.

Indrema L600

Un anuncio promocional en prensa resaltaba, de hecho, la posibilidad de desarrollar juegos en la propia consola: "En la industria multimillonaria de los videojuegos, programar se ha convertido en algo increíblemente difícil. Nintendo, Sega, Sony y Microsoft han expulsado a los creadores mediante kits de desarrollo caros. Pero hay todavía esperanza: una pequeña empresa llamada Indrema tiene planes para dar lugar a una oleada de programadores con una nueva consola de juegos de código abierto".

El diseño de la L600 era punto y aparte. Si lo vieras sin el controlador pensarías que se trata de un reproductor DVD de los que vendían a espuertas hace un par de décadas. Un acabado brillante era su rango tal vez más distintivo, con un mando que parecía sacado de una película de ciencia ficción ochentera. Pero lo que pesó en su fracaso no fue tanto la máquina en sí, sino que el mercado ya estaba plagado de contrincantes (y muy bien asentados comercialmente).

L600 habría aparecido en la primera del año 2001, pero no hubo suficiente dinero para que Indrema pudiera dar luz verde a su producción. Después de todo, hablamos de una compañía de apenas 50 empleados que tuvo la osadía de hacer frente a gigantes de la industria del videojuego. Se sospecha que hubo algún prototipo por ahí, pero no se ha encontrado. Y es una pena, porque era pionera y premonitoria de lo que iba a pasar con los indies pocos años más tarde. Una evolución de la L600 llegaría un poco más tarde (Indrema Portal, en 2002) pero esta vez contó con el apoyo de Samsung y se llegaron a fabricar varias unidades comerciales al menos durante un par de años.

Jesús Bella
Redactor

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