No podemos enfatizar lo suficiente la suerte que tenemos los amantes de los puzles, con multitud de opciones para todos los gustos. La mayoría son proyectos independientes, pero hemos visto incluso relanzamientos de clásicos de Valve como la saga Portal, tanto «intacta» para Nintendo Switch, como rehecha con trazado de rayos para ordenadores. Entre nuevas ideas e ideas conocidas, Enhanced, el estudio de Tetsuya Mizuguchi, nos trajo una mezcla de ambos: Humanity.
Un lugar nuevo, pero como en casa
Humanity resultó ser un título de puzles increíblemente inteligente, perfectamente diseñado con una fórmula muy fácil de entender, pero con la suficiente profundidad como para hacernos pensar muchísimo, sobre todo según avanzábamos. La mecánica básica era similar a la de la saga Lemmings, combinada en cierto modo con Chu Chu Rocket, con un grupo de personajes que avanzaban en línea recta sin contemplaciones, mientras que nuestro trabajo era guiarlos hacia la salida. En lugar de darles habilidades y herramientas, tendríamos que utilizar diferentes casillas para modificar su dirección, hacerlos saltar y otras acciones. Ah… ¿y hemos dicho que teníamos que hacer esto controlando a un perrete?
Con nuestro etéreo perro como protagonista, nos enfrentábamos a una extensa selección de puzles que iban superándose constantemente con nuevas ideas, jugando con las habilidades a nuestra disposición para obligarnos a probar nuevas soluciones.
Además, cada prueba contaba con desafíos adicionales que desbloqueaban ciertas recompensas, algunas estéticas, otras más funcionales. Todo esto nos animaba a no conformarnos con la solución más sencilla, sino buscar también la más compleja.
Humanity no venía escaso de contenido, pero, además, nos ofrecía un editor de puzles y la posibilidad de compartirlos a través de internet, haciéndolo virtualmente infinito. Por último, no podemos olvidarnos de la posibilidad de jugarlo en realidad virtual. Aun con su diseño simplista, este modo aumentaba notablemente la inmersión y nos trasladaba al centro de la acción, algo que, gracias a la sensación de profundidad, ayudaba con una de las pocas pegas que podíamos ponerle a este título: la falta de precisión en los saltos.
La nostalgia de los 128 bits
Otro de los aspectos que más nos gustaron de Humanity fue su presentación. Rezuma esa esencia de los juegos de Dreamcast que tanto nos gustaba, con relativa baja carga poligonal, pero con mucho carisma, que lo hace más diferente y memorable que otros juegos técnicamente mucho más punteros. Y, dejando lo visual aparte, ese concepto tan único y difícil de explicar nos recuerda a esa época de Sega que tanto echamos de menos. De hecho, la historia tiene bastante más profundidad de lo que podría parecer en un primer momento, y va poco a poco volviéndose un tanto metafísica, algo que no nos esperábamos cuando lo vimos anunciando por primera vez.
Como buen juego en el que Mizuguchi ha estado involucrado, la música jugaba un papel importantísimo. Compuesta por JEMAPUR, es una sensacional combinación de géneros que nos acompañaban a la perfección durante las partidas, e incluso después de ella, ya que la hemos seguido escuchando tras terminar el juego. Está disponible prácticamente en todas las principales plataformas de distribución de música digital.
Así, nos quedamos con un juego memorable y diferente, que nos recordaba a la Sega que probaba las ideas más locas en la época de Dreamcast, y que conseguía mantenernos pegados a la pantalla mientras completábamos sus puzles. Además, se lanzó como parte de PlayStation Plus Extra y Premium, así que, si no lo probasteis en su momento y habéis estado suscritos a estos servicios, es posible que lo tengáis en vuestra biblioteca. En cualquier caso, nos parece un auténtico imprescindible si os gustan este tipo de puzles (Lemmings o Chu Chu Rocket, como decíamos antes), con el aliciente de, por si fuera poco, presentarse en el siempre atractivo envoltorio al que nos tiene acostumbrados Enhanced.