La escasez de componentes se ha cobrado una nueva víctima: el dock de Steam Deck. Cuando Valve anunció su portátil presentó también una estación de acoplamiento (ese es su nombre oficial en español) que ayudaría a conectar el aparato a una pantalla de forma oficial y optimizada, ya que a efectos prácticos vale cualquier dock. Este complemento se anunció sin fecha de lanzamiento, pero ahora la compañía ha actualizado su situación confirmando un retraso indefinido por culpa de la mencionada escasez de componentes.
"Debido a la escasez de componentes y a los cierres en nuestras fábricas a causa de la COVID, el lanzamiento de la estación de acoplamiento oficial de Steam Deck se ha retrasado", podemos leer en un artículo publicado en el blog oficial de la compañía. "Estamos trabajando para mejorar la situación y compartiremos más información en cuanto dispongamos de ella", continúan diciendo.
Además, para solventar este imprevisto de la mejor forma posible, Valve asegura estar mejorando la conectividad de su portátil con cualquier otra estación disponible en el mercado: "Mientras tanto, el equipo sigue trabajando para mejorar la experiencia de conexión de Steam Deck con todo tipo de hubs USB-C y pantallas externas". La compañía no ha parado de actualizar su nuevo dispositivo, añadiendo nuevas características como compatibilidad con Remote Play Together o la posibilidad de instalar Windows 11.
¿Afecta este retraso a Steam Deck?
Con la escasa disponibilidad de Steam Deck y su peculiar sistema de compra es fácil preguntarse si el retraso del dock no afectará también a la producción de la portátil.
Valve sabía que nos iba a surgir esa duda, así que ha respondido en la misma publicación para aclarar que no tiene nada que ver: "Esto no afecta al calendario de producción ni a las ventanas de reserva de Steam Deck (se trata de componentes y fábricas distintos)", podemos leer en el artículo.
Steam Deck, que ya cuenta con más de 3000 juegos compatibles, está disponible para su compra a un precio que en España oscila entre los 419 € de su edición más básica hasta los 679 € de la más cara. Si queréis saber si vale la pena, en Vandal la hemos probado a fondo para contaros nuestra opinión en nuestro análisis.