Lab Zero, el estudio encargado del desarrollo de Skullgirls 2nd Encore e Indivisible, se ha disuelto definitivamente llevándose a su paso todo el contenido de este último juego que tenían previsto publicar a lo largo de los próximos meses. 505 Games, editora de Indivisible, ha lanzado un comunicado explicando el futuro del juego.
Para empezar, Indivisible no recibirá algunos de los contenidos prometidos en la campaña de crowdfunding con la que se financió. Esto afecta a los personajes invitados de otras franquicias y a los que fueron diseñados por algunos mecenas que pagaron más para tener ese privilegio. Dado que Lab Zero se ha disuelto no habrá contenido adicional para el juego ni hay planes de futuro para diseñar e implementar nuevos elementos y funcionalidades. Además, algunos de los propietarios de las franquicias a las que pertenecen los personajes invitados al juego se han echado para atrás y ya no ceden sus licencias.
No habrá más contenido, pero el juego no desaparecerá
Lo que sí se lanzará es una actualización para la versión de Nintendo Switch: llegará el próximo 13 de octubre e incluirá los Retos de Razmi, una Nueva Partida+ y modo cooperativo local. Con este nuevo parche se igualarán todas las versiones de todas las plataformas en las que está disponible Indivisible. También es importante apuntar que el juego no desaparecerá de ninguna de las tiendas digitales en las que se puede adquirir a día de hoy.
Indivisible seguirá estando disponible en formato digital, pero también en físico: su edición física tampoco se retirará del mercado, aunque la de Nintendo Switch está por llegar a Norte América con una pequeña tirada durante el mes de noviembre; la editora informa de que aquellos que ya la tuvieran pagada o adquirida en el crowdfunding tendrán que pedir un reembolso en el caso de no recibirla. 505 Games también se hará cargo de la única recompensa física del crowdfunding del juego, las figuras de Ajna y Heruka, que ya han entrado en producción.
La disolución de este estudio no viene de la nada: todo comenzó cuando varias personas que trabajaban en Lab Zero acusaron a Mike Zaimont, propietario del estudio, de comportamiento inapropiado, entre lo que se incluye chistes fuera de lugar, abuso de poder y acoso sexual en el entorno laboral. Estos empleados solicitaron a Zaimont que se retirase del estudio y este no sólo se negó a hacerlo, sino que acabó despidiendo sin indemnización a todos los que todavía no se habían marchado voluntariamente.
