Los juegos retro, bien cuidados y sobre todo cuando son raros, pueden alcanzar precios altos en las subastas. Por ejemplo, el juego que se ha vendido más caro es una copia de Super Mario. Bros con precinto que alcanzó más de 100.000 dólares a principios de año. Sin embargo, a veces estos coleccionistas piden demasiado, y esto es lo que ha sucedido en el popular programa La casa de empeños -temporada 17-, en el que una persona intentó ofrecer una copia en perfectas condiciones de ese mismo juego de Nintendo por 1 millón de dólares, algo que en un primer momento le parece una locura al propietario de Gold & Silver Pawn Shop en Las Vegas, Rick Harrison.
Harrison consulta entonces con Deniz Khan de Wata Games para tasar el artículo. "Los videojuegos empiezan a ser vistos más como arte e historia, no sólo piezas de nostalgia. Este es el que lo empezó todo", dice Kahn, que destaca que cumple tres requisitos para alcanzar un alto valor: es raro, es popular hoy día -todo el mundo conoce a Mario- y tiene significado para los coleccionistas -es la única sellada que se conoce de las 10.000, y en excelentes condiciones-, pero reconoce que es un riesgo alto pagar ese precio; en su lugar estima que vale de 300.000 dólares a un millón dependiendo de la subasta.
Finalmente, cuando el coleccionista no baja el precio, Harrison rechaza la compra porque no conoce bien este mercado de coleccionismo y tiene dudas del tiempo que tarde en venderlo, y si lograría hacerlo a un precio mayor.
Los coleccionistas pagan mucho dinero
Los juegos y productos relacionados con ellos ya alcanzan algunos precios muy altos y hace un mes una carta muy rara de Pokémon, Pikachu Illustrator, se vendió por 195.000 dólares, por lo que no es tan descabellado que un juego de Mario alcance cifras del millón de dólares.
