Final Fantasy XIII -y sus secuelas, Final Fantasy XIII-2 y Lightning Returns: Final Fantasy XIII- ya son compatibles con Xbox One. Además también aprovechan la potencia de Xbox One X para mejorar varios aspectos, y no únicamente de resolución. Digital Foundry señala que "originalmente eran las versiones menos recomendables para estos juegos pero ahora son la mejor opción para jugarlos".
Obviamente lo primero que salta a la vista es el aumento de resolución, que se multiplica por nueve. Final Fantasy XIII corría a 1024x576 en Xbox 360 con 2x MSAA, mientras que en Xbox One X ahora alcanza los 3072x1728 con el mismo antialiasing. Las secuelas también son 4K nativas -originalmente su resolución era de 720p-.
Mejoras en otros aspectos
Square Enix ha hecho más cambios -en especial FF XIII- de los que se consiguen por la emulación, que normalmente sólo afectan a resolución y rendimiento -es más estable en los 30fps-. Por ejemplo, hay aspectos 2D como la interfaz que se reescalan sin quedar desenfocados.
La versión de Xbox 360 sufría problemas de espacio por el formato elegido -DVD-, algo que afectaba a la calidad y resolución de las secuencias de vídeo -576p con compresión Bink- frente a la versión de PS3 -Blu-Ray-. La solución ha sido reemplazar estos vídeos por versiones a 720p, algo que también se beneficia la versión de Xbox One y One S.
Esta mejora de los vídeos parece que sólo se ha hecho con Final Fanasy XIII, ya que sus secuelas utilizan principalmente cinemáticas en tiempo real.
