Nintendo emprendió el pasado verano una serie de litigios y procesos judiciales contra un buen número de webs que alojaban archivos digitales y ROMs de sus principales sagas y videojuegos. La firma, a través de su división Nintendo of America, afirmaba que estos portales se estaban lucrando de una gran afluencia de visitantes, generando mucho dinero con la publicidad y el tráfico. Ahora se ha comunicado el resultado: los responsables deberán pagarle a Nintendo 12 millones de dólares como compensación.
Nintendo gana contra la piratería y la distribución ilegal
Jacob y Christian Mathias, pareja de Arizona (Estados Unidos), llevaban los sitios web LoveROMS.com y LoveRetro.co, dos conocidos portales en los que se alojaban cientos de archivos ilegales de juegos originales de Nintendo. En ellos podíamos encontrar desde títulos clásicos como Mario Kart 64, Donkey Kong Country o diversas entregas de la saga Pokémon a otros más recientes, ofreciendo una librería en constante actualización para los más de 17 millones de visitantes al mes. Ambos sitios han sido retirados, y muestran un mensaje de disculpa.
"Pedimos disculpas a Nintendo. Nuestro sitio web, LoveROMS.com/LoveRetro.co ofreció previamente y distribuyó copias no autorizadas de los juegos de Nintendo, violando los derechos de autor y de licencia.
LoveROMS.com/LoveRetro.co ha sabido que esto ha causado daño a Nintendo, a sus socios y a los consumidores al ofrecer copias infractoras de los juegos de Nintendo y ha acordado cesar todas esas actividades. Para acceder a los juegos legítimos de Nintendo en línea, por favor visita www.nintendo.com para acceder a más información sobre la Nintendo Game Store", relataba el mensaje de información.
La sentencia, a la que podéis acceder aquí, se trata de un acuerdo amistoso entre ambas partes, pues la empresa les ofreció a ambos una solución antes de continuar con un litigio más costoso, largo y prolongado en el tiempo. De esta forma, Nintendo exige 12.230.00 dólares, la cesión del material ilegal en forma de emuladores y ROMs que tuvieran en posesión y la promesa de no volver a infringir los derechos de autor.
