Sam Lake, de Remedy Entertainment, ha desvelado que Max Payne 2 estuvo planificado desde siempre para ser el último juego de la saga creado por ellos mismos.
Y es que Lake ha hablado ahora sobre cómo fue el acuerdo de edición del título que dio lugar a esta saga de acción y que cualquier opción de regreso de la serie, en cualquier caso, está en manos de Take-Two.
Según ha explicado Lake, cuando firmaron el acuerdo con la editora tras crear el primer Max Payne ya se acordó que sería Take-Two quien retendría los derechos sobre la propiedad intelectual y que Remedy Entertainment crearía una continuación, Max Payne 2. Y nada más.
Las partes habían firmado desde el primer momento que el estudio solo haría una continuación y que luego se ponía fin al acuerdo entre editora y desarrolladora en relación con esta saga. Así, cuando Max Payne 3 llegó en 2012, lo hizo de mano de Rockstar.
"Después de lanzar el primer juego, los derechos sobre la propiedad intelectual fueron vendidos a Take-Two y Rockstar, y como parte del acuerdo se fijó que haríamos una continuación", explica Lake.
"Fue una buena situación. Sentimos mucha pasión por Max Payne. Fue maravilloso crear el juego, y tomar ideas del primer juego para crear la continuación fue muy divertido. Pero al mismo tiempo, eso fue todo y lo hicimos sabiendo que ahí terminaba Max Payne para nosotros".
Pese a ello, en 2016 desde el estudio consideraban que todavía podrían hacer un buen juego de la saga si volvieran a tener la oportunidad de recuperar al personaje.