Os ponemos en antecedentes: en 2014 ZeniMax denunció a Oculus Rift por supuesto robo de propiedad intelectual y tecnología, alegando que John Carmack - creador de DOOM - "robó cientos de archivos" de la compañía para desarrollar Oculus Rift.
Finalmente, Oculus pagará 250 millones de dólares a ZeniMax
En febrero de 2017, se dictaminaba que Oculus Rift tendría que pagar a ZeniMax la cifra de 500 millones de dólares. Sin embargo, el juez Ed Kinkeade de Dallas (Texas), ha dictaminado que ZeniMax sólo recibirá 250 millones de dólares (200 millones por el incumplimiento de contrato, y 50 millones por infracción de derechos de autor).
Oculus ha argumentado que esta infracción de derechos de autor no era lo suficientemente "sustancial" como para imponer una multa de 500 millones de dólares, alegando que "sólo 7 líneas de código" habían sido copiadas de ZeniMax, de las "aproximadamente 42.000 millones de líneas".
El juez Kinkeade parece estar de acuerdo, y ha retirado los otros 250 millones de dólares, así como los daños contra Luckey Palmer - acusado de haber vulnerado el acuerdo de no divulgación que firmó con ZeniMax - y el co-fundador de Oculus, Brendan Iribe - acusado de designación falsa -.
En un comunicado, ZeniMax expresó su satisfacción por su victoria por valor de 250 millones de dólares, pero también constató la decepción de que esta cifra fuera la mitad de la original. Según leemos en Games Industry, la compañía estaría considerando su próximo paso.