Take-Two, empresa bajo cuya ala se encuentran estudios como Rockstar o 2K, afirma que los micropagos por parte de los jugadores son el futuro, y su jefa de finanzas Lainie Goldstein ha querido reafirmarse sobre ello.
En este sentido, Goldstein ha afirmado que el gasto regular del consumidor en este tipo de mecánicas sigue creciendo para Take-Two, indicando que eso empuja a la compañía a "centrarse" en todos sus juegos. Afirma que sienten que hay "muchas más oportunidades" en este ámbito. Estas declaraciones son interesantes para relacionarlas con el hecho de que la mitad de los ingresos que recibe Take-Two proviene de los micropagos de juegos como GTA y NBA.
Micropagos, micropagos everywhere
Por su parte, Strauss Zelnick, máximo responsable de Take-Two, declaraba lo siguiente:
"Estamos viendo cómo incluir oportunidades de compra reiteradas para los usuarios dentro de todos los títulos que tenemos en nuestro catálogo.
Esto no quiere decir que siempre estén sujetos al modelo online, y probablemente no siempre tengan una conversión o modelo de moneda virtual, pero siempre estamos buscando la forma de que sea algo básico en todos nuestros juegos", añadía.
Ante la pregunta sobre cómo se esfuerza Take-Two a la hora de atraer nuevos usuarios a títulos como Grand Theft Auto Online - la versión online de Grand Theft Auto V -, Zelnick respondió que la compañía está "centrada en los jugadores, no en los pagadores". En este sentido, afirmaba que si los usuarios reciben el encanto y el compromiso adecuado por parte del juego "todo lo demás vendrá solo". Zelnick se refiere a seguir ofreciendo contenido gratuito, una estrategia que, desde su punto de vista, Rockstar ha llevado a cabo "notablemente bien". Hace unas horas informamos de que el juego ha vendido más de 90 millones de unidades, y que este pasado 2017 ha sido el año en el que más ingresos ha generado desde que se puso a la venta en 2013, gracias a los micropagos.
Mientras tanto, en el ámbito político, países como Suecia están investigando para clasificar las cajas de botín como juegos de azar y, de esta forma, someterlas a una regulación más estricta.