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La maldición de los juegos que aplaudimos pero luego no venden lo suficiente: ¿Tiene explicación?

El fracaso en ventas de Prince of Persia: The Lost Crown es solo la punta del iceberg de un problema que nos ha acompañado durante años

Los videojuegos que más queremos y aplaudimos no son siempre los que más venden. El caso de Prince of Persia: The Lost Crown ha sido doloroso y también paradigmático de una industria donde los títulos que más gustan a crítica y usuarios no son necesariamente los más vendidos. En el caso del juego de Ubisoft, obtuvo una puntuación media de 86 en Metacritic, y de hecho en Vandal lo consideramos como "un metroidvania imprescindible". Los usuarios han quedado encantados, pero los ejecutivos del gigante galo… no tanto.

PoP: The Lost Crown llegó en sus primeras semanas a poco más de 300.000 jugadores, y es de prever que las ventas (aún no publicadas) fueron desoladoras, sobre todo tratándose de una saga de tanto renombre. La mejor demostración es que, a pesar de que en Ubisoft Montpellier planeaban ya una secuela, los ejecutivos de la compañía han echado para atrás el proyecto, reubicando en otros desarrollos al equipo de trabajo original.

Juegos aplaudidos pero que no alcanzan el éxito

Por desgracia, no es la primera vez que sucede. Rayman Origins y Rayman Legends también fueron dos videojuegos de enorme calidad, pero no cumplieron las expectativas iniciales. Tuvieron que pasar años para que empezaran a ser rentables, después de pasar por dos generaciones de consolas, incluyendo sistemas tan exitosos como Nintendo Switch. Con la aventura metroidvania de Prince of Persia puede que ocurra algo similar en el largo plazo, pero nadie niega que ahora mismo supone una auténtica decepción.

¿Es esto algo exclusivo de Ubisoft? Para nada. Multitud de compañías han pasado por ello. Platinum Games, por ejemplo, es una de las empresas que más cuida sus lanzamientos, pensando en los jugadores más dedicados. A cualquiera que preguntas sobre The Wonderful 101, te cuenta maravillas, pero sus ventas fueron absolutamente irrisorias, con cerca de 100.000 unidades. Tanto es así que el estudio decidió autopublicar años después un remaster (y por Kickstarter), posiblemente porque nadie más quería hacerlo.

Fue también una auténtica lástima lo que sucedió hace años con The Last Guardian, el esperadísimo videojuego de Fumito Ueda. Fue una obra de autor maravillosa y enormemente esperada que se quedó muy lejos de lo que suelen vender las grandes superproducciones de PlayStation. En sus primeras semanas, los resultados fueron dantescos, y para nada representaban el trabajo y dinero invertido en la creación del título. Y no fue por falta de publicidad precisamente…

Y hablando de juegos esperadísimos, ¿qué nos decís de Shenmue 3? Fue otro de los títulos que se anunciaron en aquel inolvidable E3 2015, con cantidad de seguidores en pie y aplaudiendo que no se creían lo que estaban viendo. Pues bien, el juego financiado mediante crowdfunding se estima que vendió unas 400.000 copias como mucho, resultando otro batacazo que no representa la enorme expectación que había generado su anuncio.

Si no nos vamos tan lejos, también tenemos casos recientes como el de Marvel's Avengers, el esperadísimo título de acción creado por Crystal Dynamics y Eidos Montreal. El juego no vendió mal, pero se quedó muy por debajo de las expectativas. Se vendieron cerca de 3 millones de unidades en sus primeros meses, las cuales se tradujeron en pérdidas multimillonarias para Square Enix, que había confiado plenamente en su éxito.

¿Por qué estos videojuegos no llegan a triunfar?

Ahora bien, todo esto tiene una explicación, o más bien varias, dependiendo del caso del que hablemos. Se trata de una situación compleja en que no se puede generalizar, ni tampoco simplificar la cuestión afirmando que somos los jugadores los que tenemos la culpa por no apoyar todos estos proyectos. En el caso de PoP: The Lost Crown, por ejemplo, podemos encontrarnos varias cuestiones. Por un lado, ya existen muchos metroidvania, con lo cual la competencia es intensa, y más ahora que el género sigue en auge. Y, por otro lado, tal vez más importante, Prince of Persia no ha sido una saga con continuidad, que ha ido perdiendo fieles con el paso de los años.

A Rayman le ocurre algo similar, porque pertenece a un género, el de las plataformas, que posee una audiencia limitada. Las preferencias de mercado cambian, y lo que era un género puntero en los noventa, ahora mismo sigue gozando de una base de fans, pero es más contenida. Son los llamados "juegos de nicho", siendo un caso más extremo el comentado sobre The Wonderful 101, que responde al patrón de obra de autor, mucho más difícil de llevar a un amplio abanico de usuarios (aunque los que los descubren se enamoran y generan afición).

The Last Guardian también responde a este patrón, que además se agrava porque fue un juego muy particular, y posiblemente incomprendido, aunque eso no quitaba que tuviera inconsistencias en el control y un acabado un tanto mejorable (sobre todo en cuanto a fluidez). Todo cuenta, como el hecho de que Shenmue 3 pareciera obsoleto jugable y gráficamente en el momento de su lanzamiento, o que Marvel's Avengers saliera con tantos problemas, incluyendo errores de programación, jugabilidad repetitiva y un concepto de juego como servicio que no estuvo exento de polémica.

Y luego hay otro factor importantísimo: las expectativas irrealistas por parte de las compañías de videojuegos, aparte de una pregunta clave: ¿debería el éxito de un videojuego únicamente medirse por sus ventas? Y aquí os dejamos una reflexión. Puede que juegos como Prince of Persia: The Lost Crown no hayan llegado a los objetivos, pero se ha conseguido un videojuego de gran calidad que ha avivado la llama de una licencia prácticamente olvidada. Puede que no haya sido un éxito comercial, pero sí de marca, y hay veces en que correr estos riesgos es necesario para que en el futuro lleguen las ventas.

Redactor

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