Lo que pudo ser

Cada semana te contamos cómo eran juegos cancelados que nunca vieron la luz, o juegos conocidos que podrían haber sido de otra manera.

SimRoad, el extraño origen de Ridge Racer

Esta recreativa perdida, además de ser el primer juego en utilizar varias tecnologías gráficas actuales, fue la base que sirvió para crear una de las sagas más populares de conducción.
SimRoad, el extraño origen de Ridge Racer
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Actualizado: 21:31 17/8/2020

Algo que siempre hemos encontrado muy interesante (y esperamos que vosotros también, que si llevamos más de ocho años con esta sección es porque la seguís leyendo) es desenterrar el origen de juegos que todos conocemos. Más interesante todavía es cuando podemos desenterrar el origen de una saga y, hoy (casi), coincidiendo con el aniversario de Ridge Racer 64, el de Ridge Racer 3D y la entrega de PlayStation Vita, queremos recordar su particular origen desaparecido antes de llegar a los salones recreativos.

Versión original de este simulador, llamado ‘SimRoad’.
Versión original de este simulador, llamado ‘SimRoad’.

Nos vamos hasta 1992. Namco acaba de anunciar su Namco System 22, el nuevo hardware para máquinas recreativas que sustituiría al Namco System 21 y que demostraba por vigésimo segunda vez que en la compañía nipona tenían otras prioridades antes que pensar en nombres. El System 22 tenía una particularidad, y es que era el primer sistema de videojuegos en tres dimensiones que era capaz de ofrecer mapeado de texturas y sombreado Gouraud, dos tecnologías básicas y presentes en la inmensa mayoría de juegos actuales, además de antialiasing, efectos de transparencias e incluso un arcaico efecto de profundidad.

Básicamente, era como una primera mirada a las puertas del realismo gráfico en los juegos, y Namco sabía que podía aprovecharlo para crear un simulador de conducción. Así nacía SimRoad, juego destinado a llevar una experiencia tan cercana a la realidad como fuese posible a los salones recreativos con más presupuesto. En este mismo año, los padres de Pac-Man mostraron esta cabina (por llamarla de alguna manera) compuesta de un Mazda MX-5 real con un enorme proyector a modo de pantalla.

Namco muestra este prototipo en una feria.
Namco muestra este prototipo en una feria.

El nombre pareció no convencer y, poco después, Namco lo reanunció oficialmente como SimDrive en el trigésimo JAMMA Amusement Machine, celebrado también en 1992. El concepto era prácticamente idéntico, y parece que tan sólo se revisó el nombre, aunque no hay mucha información al respecto y se desconoce si a nivel de contenido o características podría haber habido algún cambio. Ya sea con un nombre o con otro, este desconocido título tiene el honor de ser el primer juego en usar sombreado Gouraud que, de manera muy simplificada, suaviza la transición de las sombras entre polígonos para evitar que cada polígono se sombree de manera plana a lo Virtua Fighter.

Entre la tecnología de última generación y que llevaba un Mazda MX-5, esta recreativa tenía un precio prohibitivo para la mayoría de salones y no llegó demasiado lejos. SimDrive se llegó a probar en diciembre de mencionado año en Japón, si bien, como decimos, de manera muy limitada. Estamos hablando de que la experiencia completa estaría se iría a los cientos de miles de euros al cambio. A esto había que añadirle que la idea de ser un simulador no terminaba de atraer al público nipón, y esto fue la razón por la que suponemos que Namco decidió darle una vuelta a la fórmula.

Estos gráficos eran la panacea en 1992.
Estos gráficos eran la panacea en 1992.

Para aprovechar el trabajo que ya habían hecho, originalmente pensaron en convertir esta recreativa en un juego de Fórmula 1, pero poco después Namco decidió adaptarla al interés de los jugadores japoneses de la época, cambiando así el tipo de vehículo y, siguiendo los gustos de Yozo Sakagami, director general de la compañía, introduciendo un sistema de derrape porque a Sakagami no le gustaba tener que reducir de velocidad en las curvas. Nacía así Ridge Racer.

Tras realizar eventos de prueba, este acercamiento más arcade resultó ser mucho más atractivo, y su fórmula jugable gustó mucho más. También era más económica, pudiendo adquirir dos cabinas conectadas por unos 20.000 euros de ahora, un coste (y un tamaño) mucho más razonable para cualquier salón recreativo. Aun así, no sabemos si porque Namco quería aprovechar los Mazda, los proyectores y demás parte de SimDrive que ya tenía, también lanzó una versión llamada Full Scale de Ridge Racer, que imitaba la configuración del simulador. La versión de lujo costaba unas 150.000 libras de la época, que hoy en día equivaldrían a casi medio millón de euros, y venía con su coche, tres proyectores y un sistema de sonido Bose. A día de hoy, todavía quedan algunos vivos en diferentes salones recreativos de mundo, por si queréis probar este trocito de historia.

Juan Rubio
Colaborador
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