Esta semanas hemos visto que Donkey Kong va a volver con la que, hasta el momento, es fácilmente una de sus mejores aventuras. Hablamos, por supuesto, de Donkey Kong Country: Tropical Freeze, el juego lanzado originalmente para Wii U que ahora se relanzará con algunas adiciones en Switch. Éste es uno de los juegos que podemos considerar principales del simio de Nintendo, siempre vinculado con las plataformas, aunque si hay algo que siempre podemos esperar de los personajes de la Gran N son spin-offs.
Donkey Kong ha estado siempre vinculado a Rare por motivos obvios, y precisamente, el último spin-off de la saga iba a pasar por las manos del estudio británico. Nintendo no es una compañía que cierre sus puertas a ningún género, y ha permitido que Pokémon se convierta en un pinball, o que los personajes del Reino Champiñón se enfrenten en cualquier tipo de deporte.
Hoy hablamos de cómo Donkey Kong se iba a pasar al terreno de los puzles con Donkey Kong: Coconut Crackers, el último juego del simio que Rare desarrolló. El desarrollo comenzó, como muy tarde, durante el primer trimestre de 2001, y estaba siendo diseñado para la entonces nueva Game Boy Advance. La idea era experimentar con bases conocidas, pero darles un giro para sorprender.
Así, Donkey Kong: Coconut Crackers iba a partir de la base de Tetris –es decir, unir tetraminos–, combinando estas piezas en rectángulos de 2x3 bloques o más, algo que podéis ver y entender claramente en el vídeo sobre estas líneas. La idea era sencilla, y todo el mundo podía entenderla y empezar a jugar rápidamente. Desde una perspectiva isométrica, este título iba a ofrecernos diferentes modos de juego.
Por una parte, tendríamos el modo puzle, en el que unir estas piezas para resolver ciertas situaciones; el modo "Wipeout", en el que tocaba limpiar el tablero en dos minutos; el modo resistencia, donde teníamos que sobrevivir durante cinco minutos; y un cuarto en el que nos tocaba crear las formas que nos pidiesen. Como veis, la presencia de Donkey Kong era anecdótica, y simplemente se aprovechaba la licencia para hacer un juego más atractivo al público.
El desarrollo de Donkey Kong: Coconut Crackers avanzó sin problemas como un título no prioritario dentro de Rare, hasta que Microsoft compró el estudio. La compañía de Bill Gates adquirió todas las licencias propias de Rare, pero Donkey Kong era propiedad de Nintendo. El juego, al menos en su estado actual, ya no podía comercializarse sin permiso de la empresa japonesa.
Microsoft no se ha adentrado todavía en el terreno de las consolas portátiles, así que lanzar juegos para plataformas rivales no era problema siempre que no fuesen de sobremesa. Rare tenía un equipo especializado en Game Boy, y tras la compra por parte de Microsoft, esto no cambió. Siguieron trabajando y lanzando juegos para consolas de Nintendo, ya que esto no entraba en conflicto con los intereses de sus nuevos dueños.
Donkey Kong: Coconut Crackers tuvo así una segunda oportunidad; el único problema es que habría que rehacerlo para eliminar todas las referencias a su protagonista. Rare estudió multitud de opciones, que iban desde usar otros de sus personajes a crear alguno nuevo. Al final, apostaron por convertir a su mascota –un tanto desconocida– en el personaje principal. Se convertía así en It’s Mr. Pants.
Con el cambio de protagonista, también cambiaron algunas cosas. La cámara ahora pasaba a ser cenital en lugar de isométrica, y el modo multijugador para hasta cuatro jugadores que iba a tener Donkey Kong: Coconut Crackers desaparecía, convirtiéndose en un título para un solo jugador. Microsoft no estaba interesada en el proyecto, pero aun así permitió que Rare buscase otras editoras que se hicieran cargo de él, y así es como THQ acabó publicando el juego en Game Boy Advance en 2005.
Pero ¿de dónde sale Mr. Pants? Los mayores fans de Rare sabrán que, en efecto, es la mascota del estudio. Mr. Pants (el Señor Calzoncillos) había estado haciendo apariciones en diferentes juegos del estudio desde Banjo-Tooie, pasando por Grabbed by the Ghoulies, hasta el más reciente Banjo-Kazooie: Nuts & Bolts, y acompañaba a los usuarios en la web del estudio hace ya bastantes años.
Así, Rare decidió darle mayor protagonismo a esta mascota, un tanto cómica, y dedicarle su propio juego. De todos modos, la primera aventura en solitario de Mr. Pants pasó un tanto desapercibida, y no mucha gente la recuerda. ¿Habría ayudado la popularidad de Donkey Kong a hacerlo más memorable?