La historia de Assassin's Creed Origins nos cuenta las peripecias del medjay Bayek en busca de venganza. Está distribuida en cuatro actos diferentes en los cuales recorreremos todo el antiguo Egipto.
Prólogo
Comienza el juego y, tras las secuencias introductorias, te tocará combatir contra tu primero enemigo: Hypatos, el guardaespaldas de Rudiek. Al ser esto una introducción a las mecánicas de juego básicas, es prácticamente imposible que seas derrotado.
Tienes el golpe ligero (R1 en PS4) para enemigos desprotegidos, el golpe fuerte (R2 en PS4) cuando se cubran con escudos, puedes cubrirte de los golpes ligeros (L1 en PS4), pero cuidado, tendrás que esquivar los ataques fuertes (Cuadrado en PS4).
Después de las secuencias y acabar con tu primer enemigo, tendrás que explorar la tumba. El Pulso del Ánimus (Arriba en el Pad en PS4) te permitirá localizar la salida, una pared cubierta de escarabajos.
En la siguiente sala, aprende a sacar la antorcha (Derecha en el Pad en PS4). Tras ello podrás explorar la tumba. No hay ningún objeto especialmente llamativo, único ni coleccionable en esta zona, salvo que tengas suerte, pero asegúrate de usar el Pulso del Ánimus para localizar todos los cofres y vasijas en las dos salas laterales para llevarte todo lo que puedas.
Cuando quieras seguir adelante, escala por la columna en medio de la sala, salta por las plataformas superiores y escala las dos estatuas, para dar con una pared que debes romper. Tras esto, y otro combate con unos enemigos normales, darás por completado el Prólogo y comenzará la misión El oasis.