Si separas Towerborne en partes, lo cierto es que no reinventa nada, pero cuando lo ves en conjunto se aprecia como algo novedoso y hasta único. La desarrolladora estadounidense Stoic, autores de The Banner Saga, se sale por la tangente para crear algo muy diferente a sus anteriores producciones. Aquí estamos básicamente ante un beat ‘em up que en su acción recuerda a otros exponentes del clásico "yo contra el barrio", aniquilando a oleadas de enemigos que se van presentando en un avance lateral.
El juego está actualmente en acceso anticipado y se puede jugar en Game Pass tanto para PC como Xbox Series a través de Game Preview, algo que está ayudando a los desarrolladores a ir mejorando el videojuego (y se nota a través de las actualizaciones que están lanzando).
Previsiblemente, el juego será free-to-play en algún momento, y en ciertos aspectos se nota ese carácter, con una estructura de juego muy apoyada en la sensación de progresión, en conseguir puntos de experiencia para subir de nivel y hacerte con toneladas de equipamiento (así como la opción de comprar cosméticos en una plataforma interna).
Towerborne, un "yo contra el barrio" con mucha esencia RPG
Towerborne se define a sí mismo como "un nuevo tipo de juego de lucha y saqueo" que combina desplazamiento lateral con una progresión, personalización y obtención de recompensas muy al estilo RPG. Es una definición bastante buena, porque es como combinar la acción de un Castle Crashers con las opciones de clases, habilidades y equipamiento de cualquier buen juego de rol.
Esto es algo que se nota mucho desde el mismo momento en que empiezas a jugar, con un editor de personajes muy detallado, que desde luego no es la norma en los beat ‘em up. Las opciones de personalización son elevadas y puede que te tires más de un par de minutos definiendo la estética de tu protagonista. Porque sí, esto va de tener tu propio avatar y convertirte en el protagonista de una peculiar aventura que puedes vivir (si quieres) junto a otros jugadores.
La premisa narrativa del juego es simple pero potente. El mundo está asediado por monstruos y los jugadores de Towerborne somos la última esperanza para la humanidad. Campanario es nuestro refugio, y el primer lugar que conocemos nada más ponernos a jugar. Allí descubres que hay otros usuarios, que puedes formar equipo o también ir en solitario. Uno de los grandes aciertos del juego es precisamente su esquema multijugador, que admite hasta 4 jugadores, tanto si juegan online como en cooperativo local compartiendo la misma pantalla.
Pero esto no vale de nada si la profundidad no acompaña, y en este sentido también hemos de decir que nos hemos llevado una grata sorpresa. Tenemos cuatro clases diferentes, y podemos alternar entre ellas en cualquier momento de la partida. Cada una posee su propia progresión, basada en desbloquear nuevos movimientos y habilidades especiales. Así que cuanto más juegas, más variedad combativa vas a experimentar, haciendo que ir subiendo de niveles sea una satisfacción en sí misma.
Disponemos del clásico guerrero con espada y escudo, pero también de una clase que equipa una especie de lanza que escupe fuego y calcina a los enemigos. Luego hay una especializada en los ataques melee con unos impresionantes puños, y por último una clase muy ágil que ataca con dagas a gran dinamismo. Todo esto permite distintos estilos de juego, y acabarás teniendo predilección por alguna de las clases, aunque las misiones te invitan a que al menos pruebes un rato cada una de ellas.
Porque esa es otra de las facetas de Towerborne: la presencia de un conjunto de misiones o quests que te plantean los personajes presentes en Campanario. También puedes explorar libremente el mapamundi, con casillas hexagonales que suponen cada una de ellas lo que sería un nivel en cualquier beat ‘em up, es decir, recorridos de breves minutos en los que ir acabando con todo lo que te encuentres a tu paso. Esto te hace ganar experiencia, así como botines al final de cada fase con que ir perfeccionando las estadísticas de tu héroe.
Lo curioso de la estructura de juego es que, a medida que pasan las horas, puedes ir desbloqueando nuevos niveles de peligro, que amplían las regiones a explorar con desafíos cada vez más retantes (y también con mayores recompensas). Así que puede que al principio te valga ir por ahí tú solito superando los retos que se van presentando, pero más pronto que tarde aprenderás que es mejor colaborar, aunque sea abriendo una sala para que cualquiera pueda unirse a la partida.
En estas pruebas no hemos tenido la mejor experiencia en este sentido, porque el matchmaking no funcionaba muy bien que digamos y los grupos no solían durar mucho una vez formados. Todavía falta esa sensación de comunidad, de tener siempre alguien disponible para jugar. Estando aún el juego en fase de prueba, le daremos un voto de confianza, pero desde luego es uno de los aspectos que van a determinar su éxito. Por otro lado, también puede volverse repetitivo, especialmente si no estás acostumbrado a este tipo de planteamientos tan basados en la progresión.
Este no es un juego que vas a superar en un par de tardes, como podría ocurrirte con un beat ‘em up tradicional. Está hecho para probar todas las clases, llevarlas hasta el máximo nivel y descubrir sus secretos. En definitiva, está pensado para jugar muchas horas. Por ello, la sensación de repetición puede aparecer bastante rápido. El juego contiene cierta variedad de enemigos, jefes, misiones especiales y otras sorpresas. Sin embargo, no es un juego de acción tradicional, y resulta inevitable repetir niveles para progresar.
Quitando esto, que puede no ser un inconveniente si te gustan este tipo de planteamientos, lo cierto es que nos alegramos de que un título como Towerborne exista, porque demuestra que un género tan tradicional como el de los beat ‘em up puede reinventarse y ofrecer algo original. Es un juego además que abraza a una nueva generación repleta de experiencias multijugador, pero que también lanza un guiño a los que crecimos jugando en local compartiendo sofá.
Todo eso, unido a que puede ofrecer cantidad de diversión a medio-largo plazo nos hace pensar en que puede ser un videojuego muy a tener en cuenta. Todo dependerá de cómo de implicados se muestren en el estudio estadounidense Stoic, aunque por lo que hemos comprobado están muy volcados, con la intención de ir añadiendo ajustes y contenidos a su valiente juego de acción RPG. De momento, lo tenéis disponible en Xbox Series y PC mediante Game Pass (además de ser un título Play Anywhere y con juego cruzado) por si queréis darle una oportunidad.
Hemos realizado estas impresiones con un código de descarga que nos ha ofrecido Stoic y Xbox.