Los primeros minutos de los Forza Horizon son una imaginativa y espectacular carta de presentación que dejan a cualquier jugador, amante o no de los arcade de velocidad, como si se acabara de lanzar por una montaña rusa. Son secuencias jugables muy cuidadas cinematográficamente que sirven, por encima de todo, para presentar la propuesta (el festival, la diversidad de vehículos, las carreras en terreno firme y off-road…) y el escenario que toque. Según a quién se pregunte, el techo está en Forza Horizon 3 (esos primeros momentos en Australia son dignos de un vídeo de una agencia de viajes) o en Forza Horizon 4 (la transición de una estación a otra sigue dejando boquiabierto), pero ese debate va a estar más que cerrado cuando arranquemos Forza Horizon 5 el próximo 9 de noviembre.
Mike Brown, director creativo del título desarrollado por Playground Games, nos ofreció hace unos días un vistazo comentado de la carrera inicial de la nueva entrega de la saga que llevará a los jugadores de Xbox Series X, Xbox One y PC a México. Un escenario que será no solo el mundo abierto más grande de un Horizon, sino también el más diverso.
En la elección del país de América Latina pesaron su cultura, su música y la escena del motor de allí, pero sobre todo la variedad de sus ecosistemas: un solo país que sirve como representación de los distintos ambientes del mundo. Justo eso es lo que nos mostraron en unos minutos de gameplay, recién emitidos en el Xbox Games Showcase.
Del volcán Gran Caldera al festival
Forza Horizon 5 tendrá el escenario más vertical de la historia de la saga: el punto más alto sobre el nivel del mar será un volcán que corona un territorio repleto de diversidad. Tras una escena cinematográfica que conectará los acontecimientos de la cuarta entrega con la quinta parte (el jugador llega a México siendo la estrella del Festival Horizon de Reino Unido), comienza el gameplay de un título en el que llevan trabajando desde 2018 y que les ha hecho viajar al país americano en numerosas ocasiones, antes y después de la pandemia del COVID.
La escena arranca, o mejor dicho aterriza, dejándonos controlar un Ford Bronco Badlands de 2021 que lanzan desde un avión sobre los laterales del volcán. El objetivo es llegar hasta donde se celebra el Festival, prácticamente al nivel del mar, así que habrá que bajar a toda velocidad desde la montaña, repleta de nieve. Aún incrédulos con la espectacularidad de la escena, es complicado no reparar en los detalles, incluso aún habiéndolo visto en streaming: por supuesto en la recreación de los vehículos (aunque hay mejoras, incluso en los coches que proceden de anteriores entregas, no sorprende tanto porque nos tienen bien acostumbrados desde hace años), pero sobre todo en el terreno, los materiales de las piedras, la vegetación… Es de lo más fotorrealista que hemos visto en un escenario, con permiso de Red Dead Redemption 2.
La carrera continúa haciéndonos pasar por una zona desértica mientras otros vehículos se van sumando al camino, hasta que llega un punto en el que hay que saltar y atravesar una valla. Ahí, con una transición ágil, la acción cambia de protagonista. Pasamos a los mandos de un 2020 Corvette Stingray, recorriendo los pastos mexicanos a toda velocidad. De repente, se desata una tormenta de arena. Apenas se ve lo que hay a diez metros del coche y el ambiente es opresivo. El momento no afecta a la conducción, pero simplemente por lo mostrado en pantalla y por lo escuchado por los auriculares, la situación cambia la carrera. Según Brown, situaciones como esta pueden ocurrir tanto en carreras como explorando el mundo. Hay otros fenómenos atmosféricos que, además de a la visibilidad, también influyen en el coche. Es el caso de las tormentas tropicales, que pueden crear charcos en el asfalto y en el barro.
Otro giro brusco al volante. De la impresionante tormenta de arena nos transportan, a lomos de un Porsche 911 Desert Flyer, a plena selva mexicana. En esta sección, el narrador, Ramiro (con la voz de Abraham Vega), tiene más presencia: mezclando el inglés y el español nos habla sobre el país, los puntos de referencia, y en esta zona, de los templos y construcciones ancestrales por los que pasaremos montados en distintos vehículos. El buen trabajo en la ambientación se refleja a la perfección en esta zona. Los animales, en este caso flamencos, salen volando al pasar cerca de ellos: en otras áreas habrá perros salvajes, cabras de montaña y otra fauna. Además, el leve filtro utilizado da la sensación de estar en un entorno húmedo, caluroso y alejado de la influencia del hombre (hasta que pasas con tu Porsche a 200 por hora, claro).
La secuencia de gameplay pasa a su última etapa. A bordo del espectacular Mercedes AMG One, llegamos a la zona costera. Una carretera arenosa rodeada de cactus que recorremos a una velocidad de infarto mientras más bólidos se van sumando a la carrera. Unos segundos de relativa calma (hay muchas menos curvas y saltos en esta sección) antes de llegar al Festival que nos permite reparar en la música: todos los temas que suenan en esta primera fase con composiciones originales para las que han contado con algunos músicos mexicanos. A este respecto, Brown lanza una afirmación que quienes hayan jugado a anteriores entregas sabrán que pone las expectativas muy altas: "La mejor banda sonora de un Forza Horizon". Ojo cuidado.
Una campaña más accesible que continúa el modelo de temporadas
Si el arranque de la campaña tiene que ser espectacular para dejar a los jugadores con ganas de más (y si algo nos ha enseñado Horizon es que suelen ir a más en lo que a situaciones casi absurdas se refiere), la campaña en sí misma también tiene que tener un buen ritmo para que el jugador se quede. Es por eso que han decidido hacer varios cambios respecto a la entrega anterior. En Forza Horizon 4 abrir el mapa para elegir el próximo evento en el que participar era algo agobiante. Sí, es positivo que haya muchas opciones, pero también puede abrumar. Por eso aquí, sin restar opciones, recomendarán al jugador qué evento elegir a continuación.
También han hecho hincapié en hacer la experiencia accesible para más jugadores aún; la saga nunca ha sido precisamente difícil, y tiene sistemas inteligentes que recomiendan aumentar la dificultad si ve que se gana con mucha holgura. Por un lado, han mejorado los sistemas de asistencia a la conducción. Por otro, han añadido el modo de dificultad Turista para quienes quieran disfrutar de los paisajes y de la acción de controlar bólidos en pequeñas villas mexicanas sin preocuparse de la puntuación. Hacia este sentido de hacer un juego apetecible para todos también apunta el modo EventLab, presentado hace unos meses.
Se trata de un editor de circuitos y modos complejo. El director creativo nos dejó clara la ambición y maleabilidad de EventLab: se pueden replicar las carreras, pero también crear modos en los que el objetivo sea coleccionar ítems en un recorrido e incluso hacer un juego de plataformas con coches. Sin duda, dará mucha vida al título tras el lanzamiento, pero ellos no se van a olvidar de él, ni mucho menos. Las temporadas de la cuarta entrega vuelven, pero de manera distinta. Si todo Reino Unido acababa bajo la nieve y la lluvia en invierno, la variedad de ecosistemas de México les ha permitido otra aproximación. En una misma estación, la montaña puede estar nevada y la costa ser calurosa, pero dependiendo de si es primavera, verano, otoño o invierno, puede afectar a la sequedad de los ambientes, a la abundancia de fenómenos meteorológicos, etc.
Queda mucho por saber de Forza Horizon 5, pero no tanto para que lo podamos jugar. El 9 de noviembre, en apenas tres meses, quien tenga una Xbox One, una Xbox Series X/S o un PC de hace unos años podrá lanzarse al Festival Horizon de México. Mientras tanto, nos quedan varias semanas en las que iremos conociendo la lista de canciones que llegarán al juego, las funciones que aún se guardan bajo la manga, y por supuesto, el catálogo de coches que podremos manejar.
Hemos realizado estas impresiones tras asistir a un evento digital invitados por Xbox España.
