Si la semana pasada publicamos unas impresiones presentándoos el título y centrándonos en hablar del modo Combates de la escuadra, esta vez le toca el turno al que hasta hace unos años era el apartado estrella de cualquier juego de acción en primera persona, el modo Campaña. En los últimos tiempos y con la gran popularidad que ha conseguido el multijugador en línea, cada vez las campañas para un jugador están siendo más cortas y teniendo un menor peso dentro del conjunto general, algo que nunca ha sido así en la serie Operation Flashpoint, y que parece en esta ocasión tampoco va a ocurrir.
Operation Flashpoint: Red River es la tercera entrega de la serie, tras Operation Flashpoint: Cold War Crisis en 2001 para PC (y en 2005 para Xbox), y Operation Flashpoint: Dragon Rising de 2009, para Xbox 360, PlayStation 3 y PC.
Un nuevo título de la franquicia que llega tan solo dos años después de su antecesor, lo que puede hacer pensar a muchos que no cuenta con suficientes novedades o innovaciones, y la verdad es que más o menos si es cierto, ya que en lo que se ha hecho especial hincapié, más que en revolucionar la serie –algo que no necesitaba- ha sido en pulir, mejorar y retocar todos esos aspectos terminaban de funcionar del todo bien en Dragon Rising.
Aquí a diferencia de aquél la acción transcurre en un país real, Tayikistán, situado en Asia central, limitando con Afganistán al sur, con la República Popular China al este, con Kirguistán al norte y con Uzbekistán al oeste. Aunque estaréis pensando qué interés tiene su situación geográfica, esta dictamina el conflicto de la historia, y el por qué sus creadores han elegido esta nación para el desarrollo del juego y no otra.
La misión norteamericana en Tayikistán viene dada porque una fuerza insurgente está poniendo en peligro la estabilidad de la zona, por lo que Estados Unidos y China deciden intervenir, en lo que puede convertir en un conflicto de enormes dimensiones, ya que aunque en las primera misiones nos enfrentaremos a los "Tayis", más adelante tendremos algún que otro problema con los propios soldados chinos. Para ponernos en contexto y saber cómo hemos llegado a esta situación, una intro con mucho humor y dinamismo nos cuenta los hechos ocurridos desde la caída de la Unión Soviética -cómo Estados Unidos armó y formó a los rebeldes afganos en plena Guerra Fría para que lucharán contra la URRS, que luego acabarían convirtiéndose en Al Qaeda con su líder Bin Laden al frente- hasta llegar a la Guerra del Golfo y el 11-S.
Al comienzo de cada misión de la campaña un completo informe en forma de vídeo nos explica nuestro cometido, de manera que antes de pisar el campo de batalla ya tendremos bastante claro lo que deberemos hacer, aunque casi siempre surgirán complicaciones e imprevistos a los que tendremos que dar una improvisada solución. Nosotros encarnamos al jefe de una escuadra de cuatro soldados, que tanto pueden ser manejados por la máquina como por otros jugadores, al parecer y de momento en esta versión solo por internet o system link (varias consolas conectadas), sin opción de jugar más de uno desde la misma consola, y que pueden ser de una de las cuatro clases disponibles, sin importar que estas se repitan. Algo que deberíamos evitar, ya que nunca sabremos cuando vamos a necesitar la habilidad concreta de una de ellas. Fusilero –versátil aunque no destaca ni a corta ni a larga distancia por lo que necesita del apoyo de sus compañeros-, granadero –experto en explosivos y también en combate cuerpo a cuerpo-, batidor –tirador de larga distancia, o para entendernos, francotirador- y ametrallador –armas pesadas-, contando cada una de las clases con distintas armas y accesorios.
Esto provoca que si se nos ocurriera la locura de formar una escuadra sin un batidor -francotirador-, podrías encontrarnos, cosa que sucede, con una situación en la que tengamos que acabar con un tirador de una posición lejana o elevada, y sin esta clase no podríamos. O hacer una escuadra en la que no hubiera nadie que contará con minas u otro tipo de explosivo similar, y tener que detener a un convoy y no poder hacerlo adecuadamente. Al principio de comenzar a jugar no se es consciente de la importancia y diferencia de las clases, pero según avanzamos en la campaña vamos apreciando y dándonos cuenta de las peculiaridades de cada una. Como ya es habitual en los títulos de acción en primera persona, sobre todo en los modos multijugador, existe el progreso del jugador mediante puntos de experiencia y habilidad, en Red River integrado en todos los modos de juego. Mejorar la capacidad de correr, resistencia, disposición de combate, mejor manejo de armas concretas, poder detectar enemigos más lejanos, etcétera, teniendo cierta libertad para evolucionar nuestro personaje según consideremos oportuno.
Hemos podido disfrutar aproximadamente de la mitad del modo campaña, cinco misiones, y teniendo en cuenta la longitud de estas y que la dificultad va aumentando considerablemente según avanzamos, la campaña durará fácilmente más allá de las diez o doce horas, aunque no podemos aventurar nada, ya que no conocemos la longitud y dificultad de las misiones que no hemos podido disfrutar. En la primera misión, titulada Bienvenidos a Tayikistán, como su nombre indica sirve de introducción, tanto para familiarizarnos con el control, el sistema de órdenes, la acción y por supuesto el conflicto y sus característica particulares. Unos insurgentes muy dispersos y en pequeños grupos, que se esconden y acechan en cualquier parte, teniendo que, para empezar, "limpiar" un pequeño pueblo en el que se encuentran unos cuantos de ellos.
Nuestra misión además de controlar a estos insurgentes para que el país no se convierta en un nuevo Afganistán, es recuperar la estructura político-social, y que China no aproveche las circunstancias para aumentar su cinturón rojo, con los que no se desea entrar en conflicto, algo que en la última de las misiones que hemos disfrutado en esta beta ocurre, y que deja con ganas de más. En las misiones, además de invadir y tomar distintas posiciones, también tendremos que defender lugares de diferentes ataques, siendo momentos de lo más interesante, así como algún que otro imprevisto. En la primera, tras haber limpiado el pueblo de "Tayis", volvemos a nuestra base de operaciones, pero en el camino una mina en la carretera se interpone en nuestro convoy, y somos víctimas de una emboscada, perdiendo todo el sosiego y posibilidades estratégicas de otras situaciones, teniendo que reaccionar con gran agilidad mental y nervios de acero.
En la segunda misión tenemos que defender un pueblo de varios ataques, y en la tercera –muy interesante por cierto- tenemos que escoltar a nuestro convoy hasta una central hidroeléctrica, limpiando los aledaños de la carretera de francotiradores y RPGs (lanzamisiles), así como detener un convoy "Tayi" que viene a detenernos. En la cuarta misión nos dirigimos a un "avispero", un refugio en las montañas lleno de insurgentes, que deberemos agitar para acabar con ellos y dejar limpia la zona, siendo muy tensa esta internada en territorio tan hostil. Y en la quinta y última para nosotros de momento, tendremos un pequeño gran roce con las fuerzas chinas, y un mal cálculo de la situación degenera en una desesperada y al límite pero muy divertida huida.
La jugabilidad en sí, como ya dijimos en las anteriores impresiones, es muy realista, notándose el peso del equipo que lleva nuestro personaje, en acciones tan pequeñas como levantarse del suelo o saltar pequeños muros. Los disparos enemigos pueden ser letales, ya que dependiendo de dónde impacten en nuestro cuerpo sus consecuencias serán distintas, si nos dan en el brazo no podremos apuntar bien, si es en la piernas no podremos correr, y si es en la cabeza… mejor que nos os disparen ahí. Cuando nos hieren, debemos curarnos y vendarnos, y aunque esto parezca realista, y claro que lo es respecto a otros shooters en los que te recuperas mágicamente, a efectos prácticos sobre la jugabilidad no tiene mucha peso, ya que te limitas a cuando te hieren salir huyendo, esconderte y curarte. Si tendrá su aquel cuando juguemos con otras personas, ya que hay heridas que nos dejarán tendidos en el suelo desangrándonos, y nuestros compañeros tendrán que decidir si se juegan el pellejo por nosotros para salvarnos.
El sistema de ordenes tácticas aunque mejorado respecto a la anterior entrega, siendo más intuitivo sin haberse vuelto por ello simple, no nos termina de parecer del todo y no es fácil de manejar, ya que cuando estamos en el fragor de la batalla es complicado ponerse a dar órdenes o reaccionar de manera serena, y se acaba dejando a los compañeros a su libre albedrío en las situaciones más difíciles. Eso sí, cuando tenemos tiempo y paciencia, y la situación lo permite, sí que podemos hacer estrategias y dar órdenes a nuestros compañeros de equipo, que parece obedecen adecuadamente.
Y en cuanto a la acción, en lo que respecta a cómo acabamos con los enemigos, al menos el que ha jugado y firma estas líneas ve casi dos juegos diferentes dependiendo de si somos la clase batidor –francotirador- o no. Si somos lo primero, y nos gusta "campear", el juego es muy disfrutable, ya que los enormes espacios abiertos, las situaciones de montaña y naturaleza, hacen que el ir acabando con enemigos lejanos sea divertido y nos sintamos poderosos dentro de la dificultad y realismo que caracterizan al título.
Pero con el resto de las clases, en las que tenemos que jugar con un simple rifle, al producirse constantemente enfrentamientos a larga distancia, es bastante frustrante el estar disparando a ciegas, a pequeños puntos que creemos que son enemigos, y aunque contamos con un radar en la parte superior de la pantalla que nos indica la dirección en la que se encuentran, y que nuestros propios compañeros nos lo dicen a viva voz, es muy complicado disparar desde tan lejos y acertar, aunque claro no hemos estamos en una guerra, pero suponemos que es algo bastante realista. Lo que sí nos encanta, y nos parece genial, es que se tenga en cuenta la caída de las balas en disparos a larga distancia y tengamos que calcularlo a cada momento. Esta y otras lecciones sobre el mundo de la guerra se nos van dando, desde las pantallas de carga a dentro del propio juego, con consejos constantes de nuestro comandante, que luego deberemos aplicar, convirtiendo el título en casi un simulador y tutorial de guerra, lo que hará las delicias de algunos.
Una pena que las voces estén –y estarán- en inglés, ya que aunque tenemos subtítulos en castellano, cuando estamos combatiendo y pendientes de acertar a algún enemigo no es momento de ponerse a leer, algo que es más común de lo que podría parecer, ya que nuestros compañeros de batalla - en especial el comandante- sufren de incontinencia verbal, y nos perderemos muchas de las frases y consejos si no entendemos el idioma.
Los gráficos, aunque en las últimas impresiones le dimos un pequeño palo en el apartado de las animaciones, sobre todo la manera en la que reaccionan los enemigos a nuestros disparos, y lo poco que nos convence la forma que tienen de morir, ahora después de haber avanzado en la campaña tenemos que escribir un halago. Nos gustan los escenarios, la diferencia entre las distintas zonas de Tayikistán, ya que aunque parece que todo va a ser desierto, para nada es así, y más adelante visitamos interesantes zonas de montaña muy bien recreadas, con peligrosos acantilados en los que temes adentrarte por lo que pueda venir.
Para ello ayuda la correcta recreación de la naturaleza, tanto visualmente como en los sonidos que escuchamos, aunque la civilización no esté tan conseguida, con unos poblados no demasiado convincentes ya que las casas siempre se encuentran casi vacías. Red River no parece que vaya a contar con unos gráficos excepcionales, pero sí parecen bastante acordes con su jugabilidad realista, a la espera de ver si se solucionan los problemas de las animaciones.
Con una fecha de lanzamiento prevista para el 29 de este mes, en Xbox 360, PlayStation 3 y PC, Operation Flashpoint: Red River promete ser un notable simulador de guerra, que tiene en su punto fuerte el poder jugar cualquiera de sus modos para cuatro jugadores por internet, sin dejar de estar cuidado el modo para uno solo, ya que la correcta IA de nuestros compañeros y la posibilidad de darles ordenes funciona. Creemos que conseguirá satisfacer a los que busquen una experiencia más realista dentro de los juegos de acción en primera persona de guerra, pero veremos hasta qué punto da un salto de calidad y mejora a la anterior entrega.