Entre los intentos recientes por parte de Microsoft para adentrarse en el mercado japonés siempre se ha destacado su colaboración con Mistwalker, la compañía de Hironobu Sakaguchi, padre de la serie Final Fantasy, para llevar a cabo distintos RPGs que potencien la imagen de su videoconsola en el archipiélago nipón. Pero no han sido los únicos movimientos tomados, Infinite Undiscovery es fruto de un acuerdo similar con tri-Ace, un estudio que no cuenta con el reconocimiento generalizado de Sakaguchi pero sí con un gran aprecio por parte de los más aficionados al género.
El año pasado se desvelaba que la compañía encargada de publicar el título sería finalmente Square Enix, la colaboradora habitual de tri-Ace, pero Microsoft sigue participando en el proyecto, principalmente en lo referente a aspectos técnicos concernientes al hardware de su videoconsola. Y afortunadamente este cambio no evitará que el juego salga en Europa como ha ocurrido con otros de los proyectos conjuntos entre Square Enix y tri-Ace, tal es el caso de Radiata Stories. El 5 de septiembre hará su aparición en todos los mercados PAL.
Infinite Undiscovery nos sitúa en un mundo donde sus habitantes se nutren de la luz y el poder que irradia la luna, para ello después de nacer a cada persona se le asigna un lunagrama. Una organización conocida como La Orden de las Cadenas liderada por un villano autoproclamado "el caballero del temor" ata dicha luna al suelo y a través de enormes y mágicos eslabones comienza a substraerle todo su poder. Como consecuencia el mundo se deteriora y siniestras criaturas lo invaden, ante lo cual un guerrero llamado Sigmund el liberador luchará para cortar las cadenas y restaurar el poder de la luna y el bienestar del planeta. El juego nos pondrá en el rol de Capell, un joven trovador de aspecto idéntico a Sigmund que de forma equivocada termina prisionero en una cárcel situada en las profundidades de un bosque y dirigida por La Orden de las Cadenas. A pesar de no querer verse envuelto en el conflicto tendrá que tomar cartas en él cuando Aya, una de las seguidoras de Sigmund, vaya a rescatarle. El impacto que supondrá su encuentro con Sigmund hará que se plantee su origen y se una a los libertadores en su lucha.
Los combates en tiempo real favorecerán uno de los aspectos en los que se pretende que Infinite Undiscovery destaque: el dinamismo. En mitad de cada lucha podrán ocurrir todo tipo de inesperados eventos, desde que alguien caiga en una trampa hasta ver cómo se acerca un Tsunami u otros fenómenos naturales, el enemigo podría incluso recibir refuerzos, lo que nos obligará a permanecer atentos en todo momento al entorno. El campo de batalla estará en constante cambio y esto afectará a nuestras ayudas en el juego, si una zona pasa de estar iluminada a caer en al oscuridad perderemos percepción y nuestro mini-mapa no nos dará tantos detalles ni veremos a los enemigos en la distancia, de forma que no podremos atacarles con proyectiles, pero esto también les afectará a ellos y por tanto las noches serán los momentos adecuados para llevar a cabo misiones de infiltración. El resto de sentidos se verán igualmente afectados, si nos persigue un perro mediante su olfato podremos tirar unas manzanas para confundir el olor y distraerle, pero eso podría atraer a los guardias que hayan oído la caída de las frutas sobre el suelo. En estos cambios también intervendrán nuestras acciones y huir de un enemigo importante o acabar con él tendrán consecuencias distintas.
Además de alcanzar varios enemigos de un mismo golpe o de fijar puntos débiles podremos tomar ventaja del entorno y si, por ejemplo, nos persigue un ogro mientras bajamos unas escaleras en mal estado podremos derrumbarlas a nuestro paso y hacerle caer en vez de enfrentarnos a él. Por otra parte la destrucción de los escenarios podría jugar en nuestra contra si estamos cubriéndonos tras un pilar que puede ser derribado por el ataque de un dragón, pero de la misma forma podríamos intentar mediante amagos que ese dragón destruyese a enemigos más pequeños o determinados elementos del entorno que obstaculicen nuestro avance. Y tampoco faltará el típico caso en el que disparando flechas a un barril explosivo hagamos volar por los aires a quien se encuentre cerca del mismo. Estos aspectos se presuponen tan relevantes que tri-Ace y Square Enix han bautizado a Infinite Undiscovery como un "RPG situacional". El juego girará en general sobre la idea de ir descubriendo sucesos ocultos que tendrán un importante sobre el resto del mundo.
Durante los combates únicamente manejaremos de forma directa a Capell, el resto de personajes serán controlados por la I.A., y aunque podremos darles órdenes lo más interesante será comprobar que además de comportarse según su clase (mago, arquero, etc.) se ayudarán unos a otros dependiendo de que relación tengan a lo largo de la historia. Podremos llevar tres compañeros en nuestro equipo que tendremos que elegir entre dieciocho personajes en total. Algunos de ellos son los ya mencionados Sigmund, líder de los liberadores, o Aya, la arquera que rescata a Capell. Pero también nos encontraremos con Edward, armado con una gran espada y al que no le gustará nuestra presencia en el grupo; con Lucca y Locca, una ingeniosa pareja de mellizos donde el primero será un personaje preparado para el cuerpo a cuerpo y la segunda una hechicera; o con un tal Rok del que por el momento se desconocen los detalles.
La banda sonora correrá a cargo del compositor de Star Ocean 3, pero contará con menos piezas sintetizadas y más orquestaciones para acompañar el carácter fantástico de Infinite Undiscovery. Y como es habitual en el género la historia será relatada en gran parte mediante secuencias prerenderizadas.
A pesar de que el juego saldrá en poco más de tres meses no es mucho lo que conocemos de él, ya que tanto tri-Ace como Square Enix han procurado no desvelar demasiados detalles sobre su misteriosa trama argumental o su interesante sistema de combate basado en batallas situacionales. Pero solo hay que esperar hasta el final del verano para comprobar si Infinite Undiscovery resulta tan emocionante como parece.