La historia comienza movidita, pues según empieza, vemos como el protagonista, Layle, está protegiendo un barco volador que es atacado por unos dragones que parecen haber salido de la nada. Sin demasiados problemas conseguimos acabar con ellos y al hacerlo descubrimos que hay una extraña mujer yuko (una de las razas de este mundo) que ha absorbido el cristal que alimentaba el motor del barco. El protagonista se enfrenta a ella, pero lo único que consigue es apoderarse de un extraño cristal verde antes de que la ladrona huya. Así, se propondrá perseguir a la yuko y averiguar que se trae entre manos, pues parece muy interesada en los cristales que dan poder y prosperidad al mundo, algo que puede traer problemas. Afortunadamente no estará solo en su aventura, pues le ayudarán amigos como Keiss y Cid el inventor, así como una extraña chica selkie (otra de las razas), que parece darle más problemas que alegrías. En general la historia está bien, narrada por una serie de escenas muy bien realizadas y muy espectaculares que nos saltarán cada cierto tiempo y que te dejan con ganas de saber que pasa a continuación, aunque en el tiempo que hemos jugado nosotros tampoco nos hemos encontrado con nada rompedor en el argumento.
Apunta, coge y lanza
Uno de los aspectos más importantes del juego y en el que se basa la jugabilidad son los poderes de Layle, que le permiten coger y mover objetos y seres que estén a su alcance. Esto se usará para interactuar con los elementos del escenario, como cofres o palancas, pero su aplicación más importante será en los combates. Estos sucederán en zonas más o menos amplias en las que encontraremos unos cuantos enemigos y elementos del escenario con los que podemos interactuar, como piedras, bancos o troncos. Nuestro personaje no podrá enfrentarse directamente a los enemigos cuerpo a cuerpo, sino que tendrá que usar sus poderes (apuntando con el puntero en la pantalla) para elevarlos por los aires y lanzarlos al suelo o contra otros (produciendo daño a los dos monstruos). También podremos decidir coger una piedra, por ejemplo, y tirarla contra ellos, produciéndoles también daño. La idea del sistema del combate es buena, aunque se echa de menos una mayor precisión en ocasiones, pues coger y golpear a los monstruos no es tan intuitivo como debería, aunque sin duda la mayor pega de los combates (y del juego en general) es la cámara.

Ambientación preciosa
Artísticamente el juego es precioso, con un diseño de escenarios y, especialmente, de personajes muy bonito. Esto es especialmente evidente cuando entramos en la primera ciudad, de un tamaño más que respetable (aunque iremos descubriendo las distintas zonas poco a poco) y con mucha gente pululando por ahí. Es una lástima que no podamos hablar con la mayoría de las personas que encontremos por ahí (salvo unas pocas que tendrán un bocadillo encima suya, pero son muy escasas, y suele tener que ver con personajes importantes para avanzar en la trama o que nos dirán por donde ir), lo que hace la sensación de vida de la ciudad se vea mermada. Sí es cierto que podremos interactuar de ellos de alguna forma, ya que veremos encima suya ciertos iconos que indicarán su estado de ánimo y que cambiarán si nos chocamos o los lanzamos por los aires, por ejemplo. Algo curioso es que los personajes también interactuarán entre sí chocando unos con otros, aunque a veces queda algo ridículo cuando un ciudadano choca contra otro que está parado y encima se enfada. Gráficamente el juego se ve bien, con bastante detalle en escenarios y especialmente, en personajes, que cuentan con un estupendo modelado. Además, nos encontramos una gran variedad en ciudadanos y monstruos, lo que se agradece. Hay bastantes elementos en pantalla, aunque a costa de cierta aparición repentina de elementos (algo especialmente evidente en las ciudades) y con un tembleque de la imagen por la resolución. Las animaciones están bien y cumplen sin problemas, aunque tampoco destacan especialmente. Las escenas con las que el juego nos cuenta la historia son de gran calidad y muy bien realizadas. El sonido destaca por tener una mezcla de estilos bastante curioso. Nos encontramos con melodías que recuerdan a las de Final Fantasy anteriores mezcladas con otras celtas y country. Al principio esta mezcla choca, pero la verdad es que no le termina de quedar mal al juego y resulta algo original. En cuanto a las voces (en inglés), tienen buena calidad y están muy bien interpretadas, aunque se limitan a las escenas de video (durante el juego apenas oiremos algún gritito y poco más).