Super Smash Bros. Ultimate es el gran juego de Switch de este año, por lo que no es de extrañar la enorme campaña de marketing y de comunicación que Nintendo ha puesto en marcha, llegando a dedicar casi en exclusiva el E3 2018 en esta nueva entrega del crossover por excelencia del mundo de los videojuegos.
Mucho se ha hablado sobre si se trata de un "refrito" o un "reciclado" de Super Smash Bros.
for Wii U, y aunque el último Nintendo Direct ya debería de haber dejado claro a todo el mundo que se trata de una entrega completamente nueva, no eres del todo consciente de la cantidad de cambios y novedades que trae consigo hasta que te pones a jugar tu primera partida intentando realizar tus combos y triquiñuelas de siempre... y no eres capaz de dar ni una.
Sí, la base jugable sigue siendo la habitual de la saga, con batallas de dos hasta ocho jugadores en escenarios más o menos plataformeros donde nuestro objetivo consiste en echar a nuestros rivales fuera de la pantalla subiéndoles el porcentaje de daño para que cada vez vuelen más lejos con nuestros ataques. Los controles tampoco han sufrido cambios dramáticos, dividiendo nuestras acciones entre el botón de Smash y el de especial, los cuales combinados con las diferentes direcciones nos permitirán ejecutar diversos ataques.
Evidentemente, si venimos de cualquiera de sus predecesores, ya tendremos mucho ganado y sabremos defendernos, aunque eso no quita que volvamos a tener que pasar por un periodo de adaptación para volver a hacernos a nuestros personajes favoritos.
Durante el Gamepolis 2018 celebrado este fin de semana pasado hemos tenido la oportunidad de echarnos unas partidas durante más de media hora, lo que nos ha permitido probar a muchos de los personajes clásicos de la plantilla (una pequeña porción de la misma si tenemos en cuenta que la cifra final será de más de 70 luchadores) y confirmar los cambios que han sufrido.
Por lo general, sabíamos lo que hacían, pero no el cómo, ya que los tiempos de cada movimiento han sido completamente modificados. Además, raro es el que no ha recibido algún tipo de ajuste que cambie por completo su dinámica de juego.
Por ejemplo, Link ahora ha perdido su gancho, algo que le daba cierta ventaja a la hora de agarrar y recuperarse de situaciones difíciles para volver al escenario, y sus bombas tienen que ser detonadas manualmente. Gracias a estos cambios aparentemente pequeños, jugar ahora con el héroe de Hyrule es una experiencia muy distinta, pudiendo realizar combos y estrategias mucho más elaborados con las bombas al poder controlar su explosión y obligándonos a encontrar nuevas formas de aproximación hacia nuestros enemigos para así poder ejecutar agarres de forma segura.
Este es solo un ejemplo de los muchísimos que hay, ya que todos los combatientes han recibido multitud de ajustes que nos obligarán a aprender a jugar nuevamente con ellos, y por lo probado, ahora son todos mucho más interesantes y divertidos de controlar, pues se ha aprovechado para potenciar más todavía si cabe sus características únicas y diferenciadoras.
En cuanto a los nuevos combatientes, Inkling y Ridley, ofrecen estilos de combate completamente diferentes a cualquier cosa que hayamos visto en Super Smash Bros. hasta ahora. Mientras que la primera es una guerrera muy versátil y ágil que requiere que estemos constantemente pintando el escenario y a nuestros contrincantes para así potenciar nuestro daño a la vez que gestionamos nuestras reservas de tinta, el segundo es una auténtica mole (probablemente el personaje de mayor tamaño de la serie) que, a pesar de sus movimientos lentos y pesados, tiene un alcance sorprendentemente amplio al que nos tendremos que acostumbrar si queremos tener algún tipo de oportunidad contra él.
Por lo poco que hemos podido probarlos, nos han resultado dos incorporaciones muy interesantes y técnicas que disfrutarán especialmente los usuarios más expertos, ya que cuentan con diferentes mecánicas y movimientos que requieren cierta habilidad y jugar con mucha cabeza (aprender a impactar con el B abajo de Ridley, procurando no quedarnos vendidos y golpear con la punta de la cola para hacer su daño máximo, no es nada fácil).
Otro detalle que llama mucho la atención es el considerable aumento de la velocidad de juego. Ahora el título se mueve como Super Smash Bros. Melee e incluso puede que más rápido, lo que favorece unos combates mucho más ágiles y espectaculares, donde no tenemos ni un solo segundo de respiro y donde las ofensivas están a la orden del día (algo que también se incentiva al introducir un penalizador por esquivar demasiadas veces seguidas).
Ahora estamos ante una entrega mucho más divertida tanto de jugar como de ver, y que a su vez permite un control más satisfactorio y exigente. Como podéis intuir, que todo se mueva tan rápido, también tiene un impacto considerable en los personajes, por lo que tendremos que acostumbrarnos al hecho de que ahora todos ellos se mueven y reaccionan a mayor velocidad. En nuestro caso concreto, sufrimos más de lo esperado para adaptarnos nuevamente a Sonic, ya que ahora alcanza tales velocidades que no conseguíamos atinar mucho de nuestros golpes y acabábamos pasándonos de largo la mayoría de las veces (y eso que se trata de uno de los luchadores principales de Super Smash Bros. for Wii U del que suscribe este artículo).
Otra novedad que nos ha parecido importantísima y clave en el desarrollo de los enfrentamientos la tenemos en la posibilidad de realizar esquivas aéreas direccionales. Gracias a esto ahora seremos mucho menos vulnerables cuando estemos en el aire, pudiendo fintar hacia los lados para así engañar a nuestro enemigo y controlar mejor el aterrizaje, dándonos un punto de "impredecibilidad" que da mucho juego durante las batallas.
Con todo esto, lo que se ha conseguido es crear un sistema mucho más divertido y menos frustrante en el que siempre tendremos una oportunidad para darle la vuelta a la tortilla si sabemos jugar adecuadamente nuestras cartas (a menos que nos enfrentemos a Bayonetta, quien necesita cambios con urgencia ante lo extremadamente fuerte y abusiva que resulta).
También hay una nueva mecánica avanzada que no hemos tenido la oportunidad probar demasiado: el bloqueo perfecto. Si tenemos el escudo levantado y lo bajamos justo cuando vamos a recibir un golpe, aturdiremos durante unos instantes al enemigo para dejarlo a nuestra merced. Considerando la nueva velocidad de juego y la precisión extrema que requiere para ejecutarlo adecuadamente (por no hablar de los riesgos que implica), no hemos sido capaces de ponerlo en práctica más allá de un par de veces, dejando claro que su dominio es algo que nos requerirá muchísima práctica.
A nivel gráfico parte de la misma base vista en Wii U, pero no os dejéis engañar, ya que este aspecto también ha sido remozado con mejores texturas, un sistema de iluminación mucho más conseguido y espectacular, modelados y escenarios más detallados y se le ha aplicado un leve toque cel shading a todos los personajes que les sienta de escándalo y le da una mayor cohesión visual a sus diferentes estilos artísticos. Por supuesto, los efectos también han sufrido una gran mejora, algo que se nota especialmente en las explosiones y en el momento en el que los Smash finales entran en juego.
Todo lo que acabamos de decir es hablando de su modo sobremesa, ya que no nos han dado la oportunidad de probarlo en portátil, por lo que tenemos mucha curiosidad por comprobar si será capaz de mantener el excelente rendimiento mostrado en televisión cuando nos llevemos la consola fuera de casa.
Por supuesto, a nivel sonoro sigue siendo un juego de once sobre diez, con una banda sonora apabullante y extensa como ella sola que no para de deleitarnos los oídos con espectaculares remezclas de algunos de los temas más clásicos e icónicos del mundo de los videojuegos. Los efectos mantienen el mismo nivel, siendo variadísimos y de mucha calidad, y el doblaje mantiene a los mismos actores de cada uno de los luchadores, incluyendo a David Hayter en el papel de Solid Snake.
Como veis, las sensaciones que nos ha dejado Super Smash Bros. Ultimate son inmejorables. Todo apunta a que nos encontramos ante la entrega definitiva de la saga, y no solo a nivel de contenidos y plantilla, sino también en lo que a jugabilidad se refiere. Refina la fórmula hasta niveles insospechados, introduciendo todas las mecánicas y características que más han apasionado a los fans para hacer de la experiencia de combate algo fresco y simplemente perfecto.
Si os gustan los videojuegos, estáis de enhorabuena, pues todo apunta (a falta de saber sus modos) a que el próximo 7 de diciembre vamos a tener muchísimo que celebrar con el que podríamos considerar, desde ya, como el juego de lucha más ambicioso jamás realizado. Mientras tanto, a nosotros ya nos faltan las uñas esperando a tener una nueva oportunidad de echarle el guante.
Hemos realizado estas impresiones tras haber sido invitados por Nintendo a su evento para prensa celebrado en Gamepolis 2018.