Actualización: Sony ha informado que finalmente sí estará disponible en formato físico en Europa y no únicamente en distribución digital como se había anunciado inicialmente, tal y como se recogía en este avance.
Que PS Vita no cuente con el apoyo de Monster Hunter sin duda se ha convertido en una obsesión para Japan Studio. La parte positiva, no tanto para Sony que no cuenta con esta saga superventas, es que eso está permitiendo crear nuevos juegos de acción cooperativa de diversa temática y con algún tipo de diferencias en la jugabilidad; no está todo inventado. De la ausencia de Capcom en la portátil de Sony se están aprovechando otras desarrolladoras que buscan dar ese giro de tuerca que sea el próximo fenómeno portátil.
De hecho, parte de las últimas grandes producciones japonesas de los últimos meses que nos han llegado de PS Vita pertenecen a este género: Toukiden y Soul Sacrifice Delta, por no mencionar: Phantasy Star Online 2, Ragnarok Odyssey Ace, God Eater 2 o Lord of Apocalypse. Son el Call of Duty del país nipón y Vita no se pueden olvidar de ellos.
El último lanzamiento de este tipo desde tierras japonesas es Freedom Wars, colaboración entre Sony, Shift –con experiencia en el género tras God Eater- y Dimps, revelado hace poco más de un año bajo el nombre de Panopticon, y cómo no, también cae en el saco de la acción multijugador, grandes oponentes y alta personalización. En su salida nipona ha sido un éxito importante, más teniendo en cuenta el parque de consolas existente, convirtiéndose en uno de los mejores debuts de una nueva saga de Sony en Japón, y el segundo mejor comienzo para un juego de Vita detrás de God Eater 2. Su salida en Occidente está confirmada, pero no todo podía ser perfecto, pues en una de esas extrañas decisiones a las que por desgracia estamos un poco acostumbrados, en Europa queda relegado únicamente a formato digital, mientras en Estados Unidos lo hace también en físico. Como ya sucediese con Soul Sacrifice Delta, incomprensible para ser uno de los lanzamientos fuertes del sistema.
Una condena casi perpetua
La historia de Freedom Wars es muy prometedora, se decanta por la ambientación postapocalíptica en el año 102013. En este lejano futuro la superficie es inhabitable, así que la numerosa población vive bajo tierra, en las llamadas Panopticons. Estas urbanizaciones, que aún buscan la manera de recuperar el terreno superior, son enormes, equivalen a la distribución de nuevos países y proporcionan seguridad a los habitantes mediante vigilancia permanente -de ahí el nombre-, pero a cambio, cada ciudadano es obligado a ayudar a su sociedad. Con el tiempo, las Panopticon se convierte en áreas independiente que luchan por los escasos recursos del planeta, y por tanto aparecen las inevitables guerras. En los conflictos participan de manera "voluntaria" los criminales, que de esta manera pueden obtener restar condena y conseguir su libertad.
Resulta que en esta distopía si algo sobran son los criminales, cualquiera arrestado por un crimen es considerado culpable, lo sea o no. Los recién nacidos lo son por el mero hecho de suponer un gasto para la comunidad, se podría decir que la vida es un crimen, así que hay más de 100 millones de ciudadanos destinados a luchar contra los Abductors, los monstruos de Freedom Wars. Derrotar a estas criaturas con la ayuda de unos androides llamados Accesorios –que también se dedican a vigilar al criminal- reduce la sentencia que para nuestro editable protagonista –hombre o mujer- en este momento está fijada en un millón de años. Más vale empezar a trabajar en serio si quieres gozar de libertad algún día.
El género que conoces, más rápido y ágil
El argumento a priori es bastante interesante y las misiones "de caza" más clásicas utilizan el desarrollo habitual de este género de acción, pero en lugar de dinosaurios, demonios folclóricos o similares, los Abductors son criaturas mecánicas que secuestran a gente –les llevan en su interior- y si se da el caso, a nuestros androides de ayuda, obligando a su rescate. Los personajes pueden equiparse con dos armas de una selección que incluye dos tipos de espada –pequeñas y grandes-, lanzas y tres tipos de armas de fuego, mientras que los accesorios sólo llevan una. El modo historia en solitario nos permite conocer a otros personajes controlados por la inteligencia artificial, y por lo que parece, hay un amplio elenco de secundarios.
Además de la derrota de Abductors y el rescate de personajes o accesorios, los desarrolladores se las han ingeniado para hacer el tipo de misiones variadas y que no caigan todas en el bucle de caza, mejora de equipamiento y vuelta a la caza, que suele ser uno de los problemas más achacables a los "hunter games". Habrá misiones tipo captura de bandera y dominio de zonas, de escolta –evitar que los abductores secuestren civiles-, de localizar un punto en el mapa, eliminar un enemigo concreto y de recolección de una cierta cantidad de recursos –partes de abductores-. Lo curioso es que queda a nuestra elección disponer del botín: se puede ceder a nuestra Panopticon reduciendo la sentencia –lo que nos acerca más al objetivo principal- y mejorando los puntos de la región en el tablón de récords –las mejores colonias reciben premios y extras en los eventos competitivos- o guardarlos egoístamente para uso propio, que en casos de materiales muy valiosos acabarán añadiendo años a nuestra condena.
La principal novedad de Freedom Wars en la jugabilidad es el uso de una especie de látigo de espinas, el Thorn. Existen varios tipos de Thorn con diferentes características, por ejemplo el de captura fabrica trampas que detienen el movimiento de los rivales, se enganchan a puntos del escenario como zonas superiores del postapocalíptico entorno y nos hace llegar a ellos –estilo garfio de Lost Planet-. Esto da una verticalidad y agilidad que no suele verse en otros juegos de caza más orientados a la exploración plana, y facilita el acceso a lugares inaccesibles a pie para atajar en el recorrido, huir o buscar mejores puntos de tiro. Aplicado a los monstruos de gran tamaño vale para asaltar sobre su cuerpo y seccionar extremidades. El tipo de látigo defensivo puede fabricar muros de espinos y el curativo mejorar la salud de compañeros directamente o plantar zonas de recuperación, de ahí que un grupo bien equilibrado en habilidades sea la clave del éxito.
Freedom Wars incluye juego en red cooperativo –cuatro jugadores más sus acompañantes, en total ocho personajes en pantalla- y competitivo -ocho usuarios- y hace uso de las funciones de la aplicación Near. En la versión japonesa el modo City-State War distribuye a los jugadores entre las 47 prefecturas del país, simbolizando las Panopticon con las luchas entre criminales por recursos y someter a otras ciudades. Está por ver cómo se resolverá esto en Occidente, quizás en Europa cada región se asocie a un país y en Estados Unidos a cada estado.
Las guerras de la libertad
Gráficos vistosos, al menos en lo que respecta al diseño de personajes y monstruos, ritmo más rápido que la media y un par de mecánicas originales. No rompe esquemas, pero Freedom Wars está gustando mucho y no es por casualidad.
En Japón sigue actualizándose con novedades que es de esperar que estén disponibles el primer día del lanzamiento Occidental, aún sin fecha concreta. Se han añadido marcadores para jugadores, más desafíos, ajustes en la dificultad y control o un evento con un nuevo Abductor. El apoyo a Soul Sacrifice fue encomiable, con misiones y jefes gratuitos durante semanas tras su salida. Si Japan Studio repite con Freedom Wars, sin duda la diversión durará para muchos meses.