De las muchas alternativas que ha tenido la saga Diablo con el paso de los años, Titan Quest fue uno de los más recordados. Sí, en lo jugable no era tan satisfactorio ni estaba tan pulido como los juegos de Blizzard, pero fue un título que nos hizo pasar muy buenos momentos haciendo clics, masacrando montones de criaturas mitológicas y amasando jugosos botines con los que fortalecer a nuestro personaje.
Desde su lanzamiento en 2006, la única obra de Iron Lore Entertainment ha tenido un recorrido de lo más curioso hasta convertirse en saga, ya que gran parte del equipo fundó Crate Entertainment tras el cierre del estudio en 2008 (lo que dio como resultado el fantástico Grim Dawn), mientras que la licencia quedó en manos de THQ hasta que Nordic Games (ahora THQ Nordic) se hizo con sus derechos, compañía que nos trajo Titan Quest: Anniversary Edition, una remasterización que es, a día de hoy, la mejor versión que podemos encontrar para jugar a esta obra.
La sorpresa llegó en 2023 cuando se anunció de manera oficial Titan Quest II, una secuela largamente esperada cuyo desarrollo corre a cargo de Grimlore Games, los autores de Spellforce 3. Si bien parece que todavía vamos a tener que esperar un tiempo hasta que estrene su versión final, este año se lanzará como un juego de Acceso Anticipado en Steam y en Vandal ya hemos tenido la ocasión de disfrutar de una versión de prueba de dos horas que ya os vamos adelantando que nos ha transmitido unas buenas impresiones iniciales.
La corrupción del destino
Así pues, lo primero que debéis saber es que Titan Quest II nos lleva de regreso a la mitología griega para narrarnos una historia en la que Némesis, la diosa de la venganza, ha comenzado a corromper los Hilos del Destino, sumiendo así al mundo en el más absoluto caos, algo que nosotros deberemos evitar a toda costa.

La demo que hemos podido jugar solo cubre el prólogo de la aventura, aunque ha sido más que suficiente para comprobar que es un título que da importancia a su narrativa para guiar nuestros pasos y llevarnos rápidamente de una situación a otra, aunque a su vez es lo suficientemente liviana como para no entorpecer el ritmo de la acción, por lo que todo apunta a que el estudio ha encontrado un buen equilibrio.
Ahora bien, de momento la historia nos ha parecido muy sencilla y bastante tópica, así que tendremos que esperar a poder ver más para descubrir si realmente tiene algo interesante que contarnos o no.
En lo puramente jugable, estamos ante un juego de rol y acción que sigue de cerca los pasos de su predecesor, por lo que no os van a faltar montones de monstruos mitológicos a los que hacer frente, piezas de equipo de diferente rareza para equiparos, cofres repletos de recompensas, misiones de toda índole y, por supuesto, niveles que subir para mejorar vuestros atributos y desbloquear nuevas habilidades,
Lo primero que nos ha llamado la atención es lo satisfactorios que resultan los combates gracias a unas animaciones bien trabajadas y a una sensación de impacto muy conseguida. No se puede comparar con lo visto en Diablo IV o Path of Exile 2, pero la experiencia a los mandos es realmente buena y nos ha convencido, algo que nos parece imprescindible en un título de estas características.

Otro aspecto interesante es su apuesta por hacernos luchar contra un número de enemigos relativamente pequeño en vez de contra hordas de ellos, lo que parece propiciar encuentros un poco más tácticos y menos caóticos que en otros juegos del género, dando algo más de importancia a las esquivas y el reposicionamiento que al abuso indiscriminado de habilidades para arrasar con todo. Si decimos que lo "parece" es porque al tratarse del inicio la dificultad es bajísima, así que tampoco nos han obligado a esforzarnos demasiado como para poder juzgar adecuadamente este enfoque que se le ha dado a las contiendas.
Lo que sí que nos ha gustado mucho ha sido el combate contra el jefe de esta demo, un malvado grifo parlante con unos patrones muy claros y definidos que nos ha obligado a estar constantemente en movimiento para esquivar sus numerosos y variados ataques mientras buscábamos los huecos para pasar a la ofensiva, dando como resultado una batalla muy intensa en la que hemos tenido que estar bastante atentos a todo lo que ocurría en pantalla para reaccionar en consecuencia.
En cuanto a la progresión de nuestro héroe, al igual que ocurría en la primera entrega, aquí no escogeremos nuestra clase cuando lo creemos. En vez de eso, al encontrar una serie de santuarios nos permitirán escoger entre varias maestrías distintas con sus propios árboles de talentos, permitiéndonos así acceder a una serie de habilidades activas y pasivas exclusivas con los puntos que obtengamos al subir de nivel.

De las tres maestrías que hay disponibles en esta demo, nosotros hemos podido llegar a combinar dos de ellas, convirtiéndonos en una especie de bárbaro que arrasaba con todo girando sobre sí mismo que también podía lanzar devastadoras bolas de magma para incendiar las zonas en las que queríamos combatir.
Lo interesante de este sistema es que a medida que invertimos puntos en una habilidad, desbloqueamos ranuras para añadirles modificadores que alteran su comportamiento y sus propiedades. Por ejemplo, con la habilidad del torbellino teníamos un modificador que nos permitía mantener pulsado el botón para girar indefinidamente hasta quedarnos sin energía, algo que también tenía sus respectivas sinergias con otros modificadores que podíamos aplicar.
Si a esto le sumamos que tenemos que repartir puntos entre nuestros cuatro atributos principales, los cuales afectan también a otros tres secundarios, nos queda un sistema de progresión muy interesante y que parece esconder bastantes posibilidades sin llegar a abrumar, especialmente si tenemos en cuenta que en la versión final habrá un mayor número de maestrías que combinar y con las que experimentar para crear personajes que sean completamente únicos. Además, si nos equivocamos o queremos cambiar la forma en la que tenemos repartidos los puntos por nuestras habilidades, podemos cambiarlos cuando queramos con el dinero que consigamos jugando.

En lo que respecta al mapa como tal, cabe destacar que esta secuela también huye por completo de los escenarios generados procedimentalmente, por lo que todos ellos han sido diseñados a mano. Gracias a esto, Grimlore Games ha podido plagarlos de secretos y misiones secundarias ocultas en lugares muy estratégicos y bien pensados que solo encontraremos si decidimos explorar, pues su localización no se nos marcará en el mapa. Esto es algo que nos ha gustado bastante y que nos ha animado a investigar hasta el último palmo del mapa, ya sea para buscar la forma de llegar a sitios aparentemente inaccesibles donde aguardan recompensas o por el simple placer de toparnos con nuevas e inesperadas aventuras que, por lo que hemos visto, son muy entretenidas de realizar y van más allá de ser simples encargos de recadero.
A nivel gráfico también nos ha gustado. Los modelados son competentes, hay buenas texturas, los efectos están logrados y hay un buen trabajo de animación, aunque la dirección de arte nos ha dejado un tanto indiferentes y no hemos visto nada en ella realmente destacable o diferenciador. Evidentemente, se trata de una versión muy temprana y hemos detectado algunos ligeros problemas de rendimiento, nada demasiado grave que el equipo no pueda solucionar durante los próximos meses.

Lo que sí que nos ha sorprendido muy positivamente es la banda sonora, la cual nos ha parecido preciosa y con un tema principal realmente bueno que evoca grandes aventuras y ambienta de maravilla nuestras peripecias. Los efectos cumplen sin grandes alardes y, de momento, tanto las voces como los textos están en inglés.
Una secuela prometedora de la que todavía nos queda mucho por ver
Como habéis podido comprobar, lo poco que hemos podido jugar a Titan Quest II nos ha gustado y nos ha dejado con ganas de ver más de un juego que todavía tiene muchísimo que demostrar si quiere codearse con los grandes del género y hacerse un hueco en un mercado en el que Diablo y Path of Exile parecen negarse a ceder terreno ante nadie. Lo mejor que podemos decir es que todo apunta a que la base que hay ya es muy sólida, lo que nos hace mostrarnos optimistas con su futuro. Evidentemente, queda por saber si sus contenidos estarán a la altura, si sus combates evolucionarán lo suficiente y cómo de variado será su bestiario, si los sistemas de progresión y de botín estarán bien afinados, si su multijugador funcionará adecuadamente y si su endgame será lo bastante potente como para mantenernos pegados a la pantalla durante muchas horas más tras llegar al final de la historia, pero ahora mismo creemos que es un juego al que merece la pena seguirle la pista a poco que os guste el género y la mitología griega.
Hemos escrito estas impresiones gracias a un código de descarga para Steam que nos ha facilitado Dead Good Media.