Lo primero que vemos nada más arrancar Tony Hawk's Pro Skater 1+2 es una intro en 4:3 imitando aquellos vídeos caseros de los 90 con skaters haciendo trucos en cualquier escalera, rampa o barandilla que se encontraban. Es una declaración total de intenciones: este vídeo introductorio es prácticamente igual que el que se reproducía al iniciar el primer Tony Hawk's Pro Skater con una música machacona que resonó en prácticamente todas las PlayStation de España.
A mitad del vídeo vemos cómo la grabación comienza a ganar detalle y sus 4:3 pasan a un formato panorámico de 16:9. Así es como Vicarious Visions, estudio encargado de desarrollar este remake, nos deja claro su intención: coger lo clásico, lo que ya conocemos, y reinterpretarlo en un formato actual. Es lo de siempre, sí, pero como si se hubiera hecho ahora; exactamente igual a lo que consiguieron con Crash Bandicoot N. Sane Trilogy. Esa es, a priori, la línea a seguir.
Pero, ¿y si esto no es un remake?
Un momento después de deleitarnos con los trucos de skaters en la vida real, la intro da paso a la siguiente pantalla: dos largos contratos de condiciones de uso que tenemos que leer al completo antes de firmar. Esto, evidentemente, no estaba en el original. Es un peaje que hemos asimilado en el videojuego moderno, una de esas barreras propias del juego como servicio que se ha colado directamente en la adaptación al presente de un clásico del medio y que también aparecía en el remake de la trilogía de Crash Bandicoot.
Más allá del pequeño fastidio de tener que bajar un texto que a todas luces no estás leyendo, la presencia de estos dos contratos sólo molesta porque comienza a dar pistas de que igual Tony Hawk's Pro Skater 1+2 no es el remake que esperábamos. Esta idea se refuerza al comprobar que en la pantalla de inicio de la demo aparece el skater (sólo Tony está disponible por ahora) junto a nuestro nombre de usuario y un nivel. Efectivamente, hay progresión de personaje, puntos de habilidad, atuendos…
A priori, que Tony Hawk's Pro Skater 1+2 cuente con estas funcionalidades no es negativo per se. Cada jugador puede personalizar a su gusto al skater que más disfrute manejando. Si Tony Hawk tiene menos puntos de equilibrio pero nos encanta jugar con él podemos subir de nivel y dedicar puntos de habilidad a mejorar ese aspecto. Los puntos se consiguen haciendo trucos en el escenario, como antiguamente, y a más trucos más dólares, que hacen las veces de puntos de experiencia. Estos puntos llenan una barra que hace que nuestro avatar suba de nivel. Lo típico.
Adiós (de momento) a los míticos objetivos de cada nivel
El problema, quizás, reside en que los retos de cada nivel están mucho menos inspirados que los del juego original. ¿Recordáis esos desafíos de encontrar todas las letras S-K-A-T-E o las cinta VHS escondidas en cada escenario? Pues bien, eso ha desaparecido. A lo mejor es cosa de que esto es una demo, quizás en el juego completo se retoma esa forma de hacer que el jugador explore otras maneras de moverse por el entorno a través de retos integrados en el propio escenario. Pero, por el momento, esto no es así.
Sí se mantiene, por ejemplo, el tiempo límite para conseguir la mayor cantidad de puntos posible. Pero ese es el único desafío. En el Tony Hawk's Pro Skater original cada reinicio de nivel consistía en un nuevo reto autoimpuesto: en este minuto y medio me enfocaré en recoger las letras, en el siguiente intentaré conseguir los puntos que me piden y en el de después voy a llegar sí o sí a aquella cinta VHS que está encima de aquel tejado inaccesible. Aquí cada nueva partida sólo motiva a conseguir más puntos que en la anterior para subir de nivel y así ad infinitum.
La idea de introducir una progresión por niveles en Tony Hawk's puede romper en cierta medida la magia del original, pero también demuestra que este remake no quiere sólo recrear la esencia de aquella fórmula clásica, sino renovarla para que sea un juego competente a día de hoy. Es decir, la nostalgia tiene un claro papel aquí, pero también puede verse como un juego prácticamente nuevo y, por ello, puede permitirse el lujo de separarse así de la línea marcada hace 21 años. Este juego podría llamarse perfectamente Tony Hawk's Pro Skater 6.
.Gráficos y controles propios de una nueva entrega
A nivel técnico desde luego es una nueva entrega. Su apartado artístico no renueva la idea que tenemos de los escenarios de los juegos clásicos, sino que los reinterpreta con un estilo propio. Todo lo que vemos en el Warehouse recuerda al mapa original, pero no es exactamente igual: pequeños detalles han cambiado, como el cristal inicial que ahora es un separador de madera que rompemos nada más empezar, o el paisaje que vemos desde los pequeños huecos que dan hacia el exterior, con una iluminación magnífica que se cuela entre las rendijas y ventanales. Incluso hay una aparición fugaz de un gato que, lamentablemente, no podemos acariciar.
Mientras patinamos en este mítico almacén tratando de recordar cómo era en el juego original descubrimos que los controles del skater han cambiado o, mejor dicho, evolucionado. El esquema de movimientos es mucho más amplio en este Tony Hawk's Pro Skater 1+2 de lo que era en la primera entrega y se ha expandido aprendiendo del resto de títulos de la saga: hay wallplants, se puede cambiar la posición de los pies entre fakie, switch y manual, se pueden hacer manuals y nose manuals con el joystick izquierdo…
Personalización, gamefeel y música
En general, este remake ha aprendido de esta prolífica saga cogiendo aspectos concretos de cada juego para construir un sistema estándar que promueve una experiencia magnífica. Aun así, quien busque una forma de jugar más fidedigna con la tradición puede personalizar los controles activando en el menú de opciones los de Tony Hawk's Pro Skater y Tony Hawk's Pro Skater 2. También se pueden personalizar los trucos de cada comando de botones, asignando movimientos especiales a las combinaciones que deseemos.
Junto con estos cambios técnicos también se han recuperado otros elementos de la saga que mejoran el gamefeel de la experiencia, como la barra de 'ESPECIAL', que se va llenando a medida que hacemos trucos permitiéndonos llevar a cabo movimientos más especiales, o el efecto rebobinado en el skater cada vez que se cae haciendo un truco. Este tipo de adiciones le dan carisma a un juego que sin cosas como estas habría quedado olvidado en un cajón por genérico, como ya le ha ocurrido a alguna que otra entrega de la saga. Se nota que aquí han tratado huir de eso y la jugada, de momento, parece haberles salido bastante bien.
Obviamente, la música hace su labor en lo que a dar carisma se refiere. Sin ese tono gamberro de los primeros juegos, los temas clásicos cargan a sus espaldas con el peso de rememorar las partidas que echábamos a Tony Hawk's Pro Skater en nuestra infancia. Y, para qué engañarnos, con Superman de fondo todo es mejor. Es tan importante la presencia de la música en este juego que incluso hay un botón dedicado a cambiar los temas mientras juegas: en PS4 se hace pulsando R3, así que es súper cómodo pasar de una canción a otra mientras juegas.
Conclusión
Realmente Tony Hawk's Pro Skater 1+2 podría perfectamente pasar como un nuevo juego de la saga. Vicarious Vision ha realizado un magnífico trabajo a la hora de establecer las bases de lo que quizás se convierta en una nueva fórmula de juegos de skate. Más allá del ataque a la nostalgia con skaters, canciones, trucos y escenarios clásicos, lo que jugamos en esta entrega se siente como la mejor experiencia Tony Hawk que podemos disfrutar a día de hoy. Empañan la propuesta la ausencia de objetivos extra que relega la progresión a un sistema más aséptico de la cuenta, aunque quizás esto es algo que se solvente en la versión definitiva del juego, que llegará el próximo 4 de septiembre a PS4, Xbox One y PC a través de Epic Games Store.
Hemos realizado estas impresiones con un código de la demo para PS4 proporcionado por Activision.