Las remasterizaciones son el pan nuestro de cada día en esta generación, y aunque mucha gente está en contra de ellas, realmente no hay nada malo en ofrecer una segunda –o tercera– oportunidad para ciertos juegos. Nadie deja de hacer un juego nuevo para hacer una remasterización, pero si una remasterización vende bien, quizás esa saga acaba con una nueva entrega. Ya sabéis cómo funcionan estas cosas.
Mucho más raro es ver un remake, en el que lejos de aumentar la resolución y, si acaso, meter alguna textura a mayor resolución, se rehace el juego gráficamente, manteniendo su jugabilidad casi intacta. Esta generación hemos visto algunas de bastante calidad, como Crash Bandicoot: N-Sane Trilogy, Gears of War: Ultimate Edition o el mitad remake, mitad reimaginación de Insomniac, Ratchet & Clank. Ahora, Bluepoint Games hace lo propio con Shadow of the Colossus.
Aguardan los colosos
Shadow of the Colossus, que nos llega sin ningún añadido en su título, es un remake del original de PlayStation 2, que recupera esta aventura atemporal para ofrecérnosla con gráficos de 2018. Su esencia se mantiene intacta y la aventura permanece inalterada: sólo vemos un espectacular lavado de cara y nuevas opciones para redescubrirlo o jugarlo por primera vez.
El primer y más notable cambio es la introducción del modo Difícil desde el principio, por lo que no tenemos que completar el juego en normal para desbloquearlo. En él se añade un punto débil adicional en algunos colosos. Este tercer punto débil normalmente está en algún sitio más difícil de acceder, y nos animan encontrar nuevos caminos en los cuerpos de los colosos si ya nos lo sabemos de memoria. También hay un modo fácil, donde la situación es la opuesta.
Estos tres modos de dificultad nos permitirán desbloquear ilustraciones y comparativas con el juego de PlayStation 2, aunque para conseguirlas todas tendremos que completar el juego en fácil, normal, difícil y algún que otro modo oculto que los fans del original seguro que conocerán. Esto quiere decir que completarlo en difícil no desbloqueará las ilustraciones de los modos fácil y difícil, algo que aumenta la duración de la experiencia, pero que no nos ha parecido muy justo.
También tenemos tres esquemas de control, que van del clásico a uno más moderno, pasando por uno intermedio. El juego se sigue controlando bien, manteniendo esas físicas un tanto extrañas del original, y un caballo que a veces parece que tiene voluntad propia, algo que para nosotros no es un problema en absoluto. Por lo demás, no hemos notado muchos más cambios, aunque todavía no hemos terminado el juego, y de encontrarlos los comentaremos en el análisis.
Los colosos de las adaptaciones
En muchos casos, los estudios detrás de las remasterizaciones o las adaptaciones pasan desapercibidos, pero creemos que Bluepoint Games se merecen más reconocimiento. El estudio tejano ya ha realizado algunas conversiones impresionantes, como la de Titanfall para Xbox 360, o las versiones de ICO y el juego que nos ocupa para PlayStation 3. Ahora, la tarea era mucho más compleja, y han salido airosos de ella.
Shadow of the Colossus en PlayStation 4 es precioso. Verlo en movimiento hoy en día nos transmite las mismas sensaciones que nos transmitió en su momento en PlayStation 2. Es increíble redescubrir con la tecnología actual el mundo que creó el Team ICO, tan variado y con tan exquisita dirección artística, y por el que parece que no pasan los años. Todo está recreado con mucho respeto, aunque obviamente el salto tecnológico hace inevitable algunos cambios.
A nosotros nos ha encantado cómo se ve todo. Desde los paisajes hasta donde alcanza la vista, pasando por los interiores, hasta los pequeños nuevos detalles en los colosos. Los efectos de postprocesado, el pelaje de los colosos al moverse, o cómo se rompen sus ídolos al derrotarlos. Todo está recreado con mucho acierto, y –desde nuestro punto de vista– es justo lo que cabía esperar.
Finalmente, queremos destacar la posibilidad de jugar en PlayStation 4 Pro a 4K dinámicos y a 30 imágenes por segundo (que ya es casi un sueño para los que jugamos en PS2) o a 1080p –creemos– y a 60 imágenes por segundo, ambos con HDR. En cualquier caso, el juego luce genial, y siempre se agradece que nos ofrezcan estas opciones. No nos olvidamos del modo foto, con el que hemos realizado las instantáneas que acompañan este artículo.
¡Que llegue el 7 de febrero!
Durante estas primeras horas que hemos pasado jugando a Shadow of the Colossus nos hemos sentido casi como la primera vez que lo jugamos. Se ve increíble, se sigue jugando genial, sigue siendo inteligente, bien diseñado y espectacular, y no se nos ocurre ninguna razón por la que de aquí a que lo analicemos –el próximo martes– vayamos a cambiar de opinión. Por ahora sólo podemos deciros que la obra del Team ICO demuestra una vez más que es atemporal, y con este apartado gráfico destruye esa barrera visual que muchos jugadores podrían encontrar en 2018.
Hemos realizado estas impresiones con una copia promocional que nos ha proporcionado Sony.