Nunca es fácil recuperar una serie de culto después de varios años en el olvido, y saber contentar a sus fieles seguidores y a la vez atraer y satisfacer a nuevos jugadores. Esto es lo que consiguió Eidos Montreal en 2011 con el genial Deus Ex: Human Revolution, y una buena muestra del mérito de aquel juego, es que el mismo estudio intentó hacer algo parecido con Thief en 2014, y la jugada no les salió ni mucho menos tan bien.
Si os gustó Human Revolution podéis estar tranquilos, Eidos Montreal ha entendido perfectamente cómo debía ser su secuela, y por lo que hemos podido jugar ya a Deus Ex: Mankind Divided, no tenemos ninguna duda de que estaremos ante un juegazo, que va a superar sin demasiados problemas a su antecesor. Más y mejor de lo mismo, potenciando los puntos fuertes y arreglando los defectos, que no eran muchos, pero sí evidentes.
Aunque ya lo sospechábamos, al probar Mankind Divided nos ha sorprendido lo continuista que es respecto a Human Revolution, lo que habla muy bien del juego de 2011, ya que su propuesta jugable cuatro años después sigue igual de vigente, y no han necesitado hacer demasiados cambios ni incluir muchas novedades para que siga siendo un gran juego.
Pese a los años transcurridos nos hemos sentido como en casa desde el primer minuto, y todo funciona como poco mejor, desde el sistema de coberturas, más pulido, un control más ágil, pasando por unos menús más intuitivos y de navegación más cómoda, hasta llegar a unos tiroteos notablemente mejorados, aunque en nuestra manera de entender esta saga, y este tipo de aventuras de sigilo en general, liarse a tiros nunca es una opción.
Para quien no sepa qué es Deus Ex, estamos ante una aventura de ambientación cyberpunk con una historia muy elaborada, que se desarrolla en escenarios bastante amplios, que siempre premian la exploración y la curiosidad del jugador, en forma de múltiples rutas, información de la historia, objetos y que como se suele decir en estos casos, permite resolver sus situaciones de diferentes maneras, con acción directa o con sigilo, aunque como más se disfruta sin duda es infiltrándose. Buscando caminos ocultos, pirateando ordenadores y todo tipo de dispositivos, y eliminando poco a poco a los enemigos sin que nos descubran.
Deus Ex: Mankind Divided transcurre en 2029, dos años después de Human Revolution, en un mundo en el que los humanos aumentados han sido dados de lado por la sociedad y viven marginados. Si no jugasteis la anterior entrega u os falla la memoria, al comenzar el juego han incluido un vídeo opcional muy elaborado, que nos resume de manera acertada todo lo que pasó en el juego de 2011, o al menos lo más relevante para poder disfrutar sin problemas de este nuevo episodio. Volvemos a meternos en la piel de Adam Jensen, que por fin ha aceptado su condición, ya no está atormentado por haberse convertido en un aumentado, y se dedica a combatir una serie de organizaciones secretas, en un mundo aterrorizado por el terrorismo global, un tema por desgracia demasiada vigente en nuestros días.
La premisa argumental es más que interesante, y el inicio de la aventura nos lleva hasta Dubái, en una fase que a modo de tutorial nos explica los conceptos básicos del juego de manera muy orgánica. Ya en esta primera misión tenemos mucha libertad para recorrer sus amplios escenarios y acceder a los objetivos de diferentes maneras, y es sin duda un aviso para navegantes para lo que vendrá después, en una aventura que trata al jugador con muchísimo respeto y le ofrece toda una serie de interesantes opciones para jugar como quiera. Aquí no hay un camino correcto, puede haber cinco, ocho, diez posibilidades, y la única limitación es que tengamos las habilidades adecuadas desbloqueadas.
Volvemos a tener objetivos secundarios dentro de las misiones, y el jugador más curioso y paciente, que dedique más tiempo a la exploración, recibirá todo tipo de recompensas. Desde las obvias y tangibles, como puntos de experiencia por encontrar zonas y caminos ocultos, o nuevo equipamiento, a la satisfacción de descubrir más detalles e información de la interesante historia del juego. Nuestras habilidades, los aumentos, son los que delimitan un poco por dónde podemos movernos, y desde el principio os aseguramos que será todo un quebradero de cabeza cómo gastar los puntos de experiencia, ya que el árbol de habilidades es interesantísimo.
Después de la fase de tutorial en Dubái, jugamos un nivel en Praga, donde teníamos que infiltrarnos en un teatro que era una base de operaciones de un grupo terrorista, en un momento ya avanzado en la aventura. Lo interesante es que para jugar esta misión podíamos cargar tres "configuraciones" de Adam Jensen, tres maneras de aumentar sus habilidades que podría haber diseñado cualquier jugador; una centrada totalmente en el combate, otra en la infiltración, y una tercera a medio camino, equilibrada.
Jugamos este nivel varias veces, probando las distintas configuraciones del personaje, y no dejamos de sorprendernos del genial diseño de escenarios, de cómo un único edificio puede esconder una gran cantidad de caminos e información interesante en su interior, habiendo múltiples maneras de alcanzar nuestro objetivo. Si nos centramos totalmente en mejorar las habilidades de sigilo, podemos hacer cosas tan chulas como volvernos invisibles durante unos segundos, piratear cámaras de seguridad y drones a distancia, ver a los enemigos en el mapa, incluso su cono de visión y el ruido que estamos realizando al caminar, y ver nuestras amenazas a través de las paredes.
Si hemos centrado las mejoras de Adam Jensen en el combate, lo convertiremos en una máquina letal de matar, pudiendo utilizar una habilidad que convierte su cuerpo en una armadura que inmune a las balas, o realizar un letal ataque giratorio lanzando explosivos. Si queremos algo más equilibrado, podremos tener algunas de las ventajas del sigilo, y otras del combate. Por ejemplo con la habilidad de romper los muros de un puñetazo ahora encontramos multitud de rutas, y parece una acción mucho más importante que en el anterior juego. De los nuevos aumentos el que más nos llamó la atención es el Icarus Dash, un desplazamiento rápido a un punto del escenario, que nos recordó al genial Guiño de Dishonored, dos juegos que en su espíritu se parecen bastante.
El minijuego de piratear ordenadores es prácticamente el mismo que el de Human Revolution, y nos ha gustado uno nuevo a la hora de hackear las cámaras de vigilancia a distancia, en el punto justo de ser desafiante y tener que estar concentrado, pero tampoco demasiado difícil como para no querer usarlo. Es una aventura que da tanta libertad al jugador, tenemos tantas posibilidades para evolucionar al personaje, que imaginamos tiene que ser un infierno equilibrar todos sus elementos para ofrecer siempre un reto, y que nunca sea ni demasiado difícil ni fácil, independientemente de las opciones de mejora que hayamos elegido.
Hablando durante el evento con Olivier Proulx de Eidos Montreal, productor del juego, nos admitió que este ha sido uno de los motivos del retraso de Deus Ex: Mankind Divided, que iba a salir en un principio en el mes de febrero y se ha ido hasta agosto. La base del juego está terminada, pero quieren sacar un producto muy pulido y que deje satisfechos a los exigentes fan de la saga, y se han dado cuenta que iban a necesitar un tiempo extra para arreglar errores, pulir detalles, y sobre todo equilibrar todos los elementos del juego, algo realmente complejo.
Una de las novedades que más destacan en el estudio es que ahora como shooter sus escenas de acción se juegan mucho mejor. Experimentamos con esta opción y sí, ahora como juego de tiros funciona razonablemente bien, pero nos sigue sin convencer en esta vertiente, y no entendemos Deus Ex jugado de otra manera que no sea con sigilo, donde es sobresaliente. Apoyando esta parte mejorada del producto, han incluido un nuevo sistema de personalización de las armas, que nos ha recordado al de juegos como Crysis, pudiendo al vuelo, sin tener que entrar a ningún menú, cambiar distintos accesorios.
Sobre los mayores errores de Deus Ex: Human Revolution, como sus enfrentamientos contra jefes, o unos finales que no se basaban en la acumulación de nuestras decisiones a lo largo de todo el juego, es evidente que no podemos saber si están arreglados jugando un par de misiones. Pero hablando con el equipo de Eidos Montreal te dejan bastante claro que son conscientes de estos defectos, y no tenemos ninguna duda de que los habrán solventado.
Jugamos a la versión de PC, y su apartado gráfico sin ser espectacular, no se puede decir que sea puntero, nos pareció más que suficiente, ofreciendo unos escenarios repletos de detalles y con una dirección artística muy acertada, mejor que la del anterior juego, que tenía mucha personalidad pero estaba demasiado centrada en esos tonos de color anaranjados o dorados. Sin poder considerarse una aventura de mundo abierto, es muy satisfactorio poder moverse por escenarios tan amplios y complejos sin ningún tiempo de carga, y se nota un trabajo enorme en el diseño de niveles, que nos parecen sobresalientes, tanto por su estructura como visualmente. De la versión de consolas sabemos que se moverá a 30fps, esperamos que muy estables, ya que no hemos visto unos gráficos tan complejos como para que PS4 y Xbox One no lo puedan mover con soltura.
Uno de los juegos más prometedores de 2016
Ahora que lo hemos podido probar, se nos va a hacer dura la espera hasta agosto de 2016, cuando se lanzará Deus Ex: Mankind Divided en PC, Xbox One y PlayStation 4. Habiendo jugado un par de horas ya nos atrevemos a decir que estaremos ante un juego sobresaliente, que va a complacer sobradamente a los amantes de esta saga. Sin demasiadas novedades de peso, es una secuela que tiene muy claros los puntos fuertes y débiles del anterior capítulo, y se han dedicado a mejorar todo lo que ofrecieron en el juego de 2011, creando una aventura de sigilo que va a ser un auténtico imprescindible para los amantes de este género.
Hemos visitado las oficinas de Square Enix en Londres para poder jugar a Deus Ex: Mankind Divided y ofreceros estas impresiones.