Espadas, sake y geishas
La saga Yakuza, nombre occidental de Ryo ga Gotoku (literalmente Como un Dragón), ha creado una legión de seguidores tras su paso por PlayStation 2 en dos intensos títulos ambientados en la actualidad con Kazuma Kiryu como protagonista, un miembro de la yakuza (mafia japonesa) encarcelado por un crimen del que es inocente. Toda una serie de aventuras en una trama adulta, cruda y violenta que supuso una de las mayores superproducciones hasta la fecha con un coste de más de 15 millones de euros. Aunque diferentes en concepto, en más de una ocasión Yakuza ha sido relacionado con Shenmue, la aventura que Sega creó inicialmente para Saturn pero llevada finalmente a Dreamcast con éxito de crítica en dos entregas, pero gran fracaso económico. La suerte de Yakuza, sin embargo, promete continuidad ahora en PlayStation 3.
Su creador, Toshihiro Nagoshi, ha dado un giro inesperado con esta entrega prevista para principios de año en Japón haciendo protagonista de la trama a Mushashi Miyamoto, personaje real que vivió durante la época Edo a principios del siglo XVII, famoso por escribir "El libro de los cinco anillos". La historia de este personaje resulta enormemente interesante y explica en buena medida el motivo de Nagoshi por ofrecernos este juego, así como algunos de los sucesos más importantes que descubriremos a lo largo del título, relatados también en el manga Vagabond inspirado en las novelas de Eiji Yoshikawa sobre su vida. Desde pequeño, el huérfano Mushashi fue educado en el arte de la guerra, derrotando a enemigos mucho mayores que él cuando contaba con tan solo 13 años, como al experto samurái Arima Kigei de un golpe en la cabeza.
Poco después iniciaría su periodo de peregrinaje y vagabundeo, que está repleto de constantes duelos y batallas multitudinarias en busca de la perfección y nuevos movimientos, lo que le llevó a desarrollar un estilo basado en dos espadas, una larga y otra corta, el denominado Niten Ichi Ryu, que además incorpora katanas de madera sin filo cortante (bokutos), según cuenta la leyenda, usadas por Mushashi ya que su destreza le permitía ser mortal y defenderse simplemente con ellas. Su presencia en la batalla de Sekigahara (escena vista en los primeros trailers del título) en el bando perdedor demostró su gran resistencia sobreviviendo incluso a la matanza de los derrotados durante los días siguientes al combate en una auténtica cacería.
Ryo ga Gotoku Kenzan! continúa la línea marcada por sus dos predecesores en cuanto al esquema de juego, aunque incorpora algunas novedades interesantes. En un primer momento, se nos ofrecerá la posibilidad de caminar por la pequeña ciudad de Gion, famosa por su comunidad de geishas, y lugar real perteneciente a la región de Kyoto, en contraposición a los lugares ficticios (pero inspirados en reales) de los títulos anteriores. Si bien en dimensiones es más pequeña que las localizaciones de títulos como la saga GTA o Assasin´s Creed, esta primera parada ya ofrece gran libertad de acción y minijuegos alternativos que son una de las particularidades de la saga Yakuza. En un mapa accesible desde el menú disponemos de señalizaciones de nuestros objetivos para continuar con la aventura, normalmente gente con la cual hablar.
En estos momentos de exploración es cuando Yakuza muestra su parte de aventura gráfica, pudiendo entrar en numerosos locales, conversar con gente secundaria y realizar una de las propuestas innovadoras del título: descubrir nuevos movimientos de lucha inspirándonos en los movimientos de animales. Esta tarea que puede resultar meramente anecdótica resume el nacimiento de muchos estilos marciales que toman ataques del mundo natural. Un toro atacando a un campesino, el ataque de una serpiente, un perro jugando o un gato cazando un ratón, son eventos que plasmados con un pincel quedarán registrados para desbloquear ataques mortales con las armas, que vienen a relevar el puesto de los movimientos "Heat" de las dos primeras entregas de Yakuza, aunque al igual que aquellos, serán una secuencia espectacular que finalizará con el enemigo. Otros serán adquiridos por las enseñanzas de nuestro maestro en la búsqueda de iluminación a través del Camino de la Espada.
Pronto llegaremos al punto clave que da inicio a la aventura; la joven muchacha Haruka se presenta ante Kazumanosuke Kiryu, guardaespaldas y matón que realiza cualquier trabajo cuando es bien pagado, para pedir que acabe con Musashi Miyamoto. La cuestión es que Musashi es realmente Kiryu, una tapadera para cubrir su turbio pasado. Una emocionante trama de corte adulto (más incluso que anteriores entregas) que nos llevará a conocer personajes históricos como su gran rival Sasaki Kojiro y muchos duelos a muerte, además de una ambientación única de las poblaciones de aquella época, incluyendo sus pasatiempos en los más de 100 minijuegos y sub-quest que Sega promete, entre los que encontraremos apuestas de todo tipo, entrenamientos con tiro de arco y juegos poco conocidos fuera de las fronteras de Japón como el shogi, además de intensas sesiones de meditación bajo una cascada pulsando una sucesión de botones como si de un juego musical se tratase, a la vez que "la tentación" nos invita a desconcentrarnos, con animaciones de señoritas bailando de fondo.
Los momentos de cortejo regresarán una vez más con la presencia de las geishas, para lo cual será necesario elegir nuestros diálogos sabiamente y agasajar a la dama con sus postres y bebidas preferidas si no deseamos terminar la conversación antes de tiempo. En definitiva, muchas horas que añadir a la trama principal y gran variedad de propuestas de todo tipo.
La parte de combates no puede dejarse en el olvido, y aunque en nuestros primeros pasos haremos uso de los puños, más tarde necesitaremos armas más efectivas, lo que da un total de cuatro estilos de lucha: sin armas, una sola espada, dos espadas, y una espada a dos manos. La tónica de estas pelas es similar a lo visto anteriormente, con unos botones para ataque y agarres, un control sencillo y accesible que no requiere ser un experto del género de la lucha. La vistosidad está garantizada con los brutales movimientos finales, donde la cámara optará por enfocar la acción de manera espectacular, a lo que hay que añadir los ya famosos eventos dramáticos que popularizara Shenmue hace años con sus "quick timer events" que exigen pulsar un botón determinado, como por ejemplo, en un duelo contra un guerrero con armadura que no duda en lanzarnos objetos que debemos esquivar.
Durante la primera toma de contacto hemos podido comprobar algunos combates en el transcurso de la historia, consistentes simplemente en defender a algunos inocentes, que exigen explorar cada callejón del mapa, pues no todas las injusticias están a la vista. La vitalidad podrá ser recuperada de los daños producidos en los enfrentamientos entrando en los restaurantes y pagando alguno de los típicos platos que se nos ofrezcan. Más adelante estos combates irán subiendo de dificultad y peso narrativo, hasta encontrarnos con nuestros rivales y personajes clave, como el monje Inshun del templo Hozoin, experto en el dominio de la lanza, y uno de los pocos guerreros que derrotaron al protagonista.
Sega está ultimando esta aventura acompañándola de un gran doblaje (al menos en su versión japonesa) integrada por famosos actores que prestan su voz a los personajes, así como un apartado técnico que si bien es cierto no sobresale en ningún aspecto, tampoco defrauda y ofrece un framerate estable y un colorido atractivo, una explosión visual en los preciosos parajes urbanos del Japón feudal. A destacar los ciclos de día y noche y cambios de estaciones que harán variar los lugares visitados dando un toque único en cada momento, lo cual además invita a pensar que el juego cubrirá un gran periodo de la vida del héroe.
Toshihiro Nagoshi presentó Ryo ga Gotoku Kenzan! como su proyecto más ambicioso, y las primeras impresiones son de lo más positivas. Aún es pronto para saber si la tercera entrega de la saga superará el éxito de críticas que han cosechado sus antecesores (en especial la segunda), pero las aventuras de Mushashi prometen dar lugar a una de las primeras superproducciones japonesas del año para PlayStation 3.