Durante años la saga de juegos de Tony Hawk ha disfrutado de una relativa tranquilidad, pero desde hace un tiempo Electronic Arts ha decidido meterse en su terreno con la saga Skate, y Ubisoft va camino de hacer lo mismo tirando de otro nombre: el de Shaun White.
Aunque a White lo hemos conocido en su faceta de deslizarse a toda velocidad sobre la nieve, resulta que las ruedas y el asfalto tampoco se le dan mal, al menos mientras hay una tabla en juego, y no es de extrañar que Ubisoft haya decidido apostar por su nombre para su saga de monopatines.
Shan White Skateboarding parece buscar ser, ante todo, un título asequible capaz de captar a todo un sector del público que quizás no ha estado hasta ahora demasiado interesado en este subgénero deportivo, o que quizás lo ha estado pero no ha conseguido verle el atractivo a las otras sagas establecidas.
Esto se traduce en un sistema de piruetas que es sorprendentemente sencillo a la hora de realizar los movimientos base, y un buen tutorial que nos instruirá en el noble arte de no caerse de la tabla. De la misma manera, el modo para un jugador se desvelará ante nosotros como una historia bastante bien llevada para lo que es el género.
No nos vamos a engañar: no nos ha parecido, hasta donde hemos podido jugarlo, que sea una historia que realmente vaya a pasar a los anales, pero desde luego logra su cometido de ofrecer un incentivo adicional. La historia promete unas quince horas de duración, y hasta donde hemos visto parece que va a cumplir con eso, y nos pone en una ciudad gris, mortecina, a la que iremos inyectando vida animando a la gente con nuestras piruetas casi imposibles. Así, el color va volviendo a la ciudad, y las personas que hay por las calles se animan y se vuelven felices.
Es bastante simplista, sí, pero lo cierto es que es una premisa que muestra unos objetivos claros y el toque fantasioso está razonablemente bien medido, y sirve para pautar una ruta de progreso que sin duda incentivará a los jugadores que necesiten ese toque adicional.
Volviendo al sistema de control, éste nos recordará con su uso de las dos palancas analógicas a la saga de Electronic Arts, que ha demostrado ser una de las mejores opciones posibles, pues cuando la palanca analógica derecha se emplea en combinación con los botones las opciones se multiplican. Debemos destacar, además, que los más inexpertos pueden optar por un sistema que reduce las pulsaciones la mínimo, siendo semiautomático, por lo que pulsando únicamente un botón fijo en el mando realizaremos la pirueta apropiada.
Lo que hemos podido ver es que este sistema es bastante absurdo para el jugador normal en una situación normal, claro, pero resulta la mar de interesante para ver espectáculo sin complicaciones, e incluso para los más pequeños de la casa. Tendremos que ver todavía si hay una lógica en su funcionamiento, y realmente puede aportar algo a la experiencia, pero creemos que su concepción y funcionamiento lo orientan a un público muy específico, que va más allá incluso del novato total.
Además del modo para un jugador, Shaun White Skateboarding ofrece cuatro opciones multijugador que parten en su base del mismo concepto de un mundo sin color que debemos restaurar. Ministry vs. Rising nos ha mostrado una modalidad por equipos en el que una banda de patinadores compite contra "el gobierno" por controlar zonas a las que deben restituir el color (el otro bando, claro, se lo quita). Go With the Flow permite ser jugado tanto en individual como en equipos mientras sumamos puntos, sin condicionantes determinados.
Free Skate, por su parte, es el modo libre en línea para hasta ocho jugadores, sin objetivos, sin competición, por lo que se trata sólo de lucirse, de pasarlo bien sin más con los amigos que disfruten también de este juego. Por último, Shaping Battle nos permite crear obstáculos con nuestro propio movimiento, algo que sólo se consigue bajo determinadas circunstancias, ganando el que más ha creado.
Los modos multijugador contarán con poderes especiales que encontraremos repartidos por los escenarios, tanto dándonos ventajas específicas para nosotros (como un equilibrio perfecto) como para ser usados contra rivales, por lo que no sólo se introducen las mecánicas de piruetas y color del juego principal, sino que los ítems se convierten en otra pieza clave de las propuestas multijugador.
Visualmente, los usuarios que dispongan del material apropiado podrán disfrutar de imagen tridimensional, y puesto que ésta luce más que bien en juegos de velocidad y similares, su ejecución en Shaun White Skateboarding parece acertada. El título debuta a finales de mes, momento en el que veremos si confirma sus bondades, y qué puede ofrecer en un mercado que ya tiene representantes de renombre en el género.