Desde que se anunció en 2009 uno de los juegos más esperados ha sido este Metal Gear Rising, pues la unión de la serie Metal Gear con el talento de Plantinum Games no consiguió sino crear una gran expectación, y es que no todos los días se tiene la oportunidad ver cómo un estudio con un estilo tan personal le da su propio toque a una saga tan querida. En Metal Gear Rising nos encontramos con que los chicos de Platinum han sabido darle un enfoque diferente a la saga Metal Gear (nos encontramos ante un hack and slash), pero conservando muchas de las señas de identidad de la serie.
Cuando quedan poco más de dos meses para su lanzamiento hemos tenido la oportunidad de jugar hasta el tercer capítulo del juego, lo que se traduce en varias horas de dar espadazos, y hemos de decir que si en anteriores demos el juego nos gustó mucho, ahora que hemos podido probarlo en profundidad, nuestra opinión no ha hecho sino mejorar, y sin duda nos hemos quedado con ganas de seguir jugando y acabar con todos los ciborgs del mundo.
Afila tu katana
Nuestra partida comenzó desde el principio, con un selector de dificultad con tres niveles posibles (nosotros escogimos el normal). Después se nos daba la opción de un pequeño tutorial en el que se nos enseña, en un entorno virtual, los fundamentos del juego. A la hora de movernos, lo podremos hacer normalmente o usando lo que el juego llama la carrera ninja (pulsando R1), un modo que nos permitirá ir a más velocidad y salvar ciertos obstáculos, como salientes o paredes por las que trepar. Además, podremos aprovechar esta velocidad para hacer ataques rápidos de dos tipos, que, pese a no ser muy potentes, serán ideales para asestar unos cuantos golpes a los enemigos y escapar antes de que nos respondan.
Si combatimos normalmente de nuevo tenemos varias opciones. Si optamos por un combate más tradicional, nos bastará con combinar dos botones de ataque para poder realizar distintos combos. Pero la gran novedad de este Metal Gear Rising es el modo katana, que nos permitirá asestar golpes más preciosos y cortar casi cualquier cosa. Al principio del juego, este modo katana está simplificado, y sólo nos permitía dar golpes normales (verticales u horizontales si lo hacemos con los botones y con el ángulo que nosotros queramos si usamos la palanca de control derecha). Para entrar en este modo debíamos pulsar el L1, algo que hacía que se acercase la cámara y pudiésemos asestar golpes más potentes e incluso cortar ciertos elementos del escenario.
Superado el prólogo del juego este modo katana mejoraba enormemente, pudiendo entrar en un modo en el que se ralentizaba el tiempo, pudiendo escoger mejor donde asestar nuestros golpes. Además, según vamos debilitando a los enemigos con golpes normales, veremos cómo ciertas partes de su cuerpo se vuelven grises, señal de que pueden ser cercenadas. Este es sin duda uno de los puntos fuertes del juego, y es que más allá del lado morboso que tiene la posibilidad de dejar a un enemigo sin brazos ni piernas pero todavía vivo, está el componente estratégico que tiene inutilizar lo más rápido posible a los rivales, sobre todo si tenemos en cuenta que según avancemos nos veremos rodeados por cada vez más enemigos.
No todo es usar la espada
Siguiendo con la estrategia, también será importante decidir cuándo utilizar este modo katana potenciado, ya que al hacerlo se gastará una barra azul y cuando esta se vacíe del todo, sólo podremos entrar en el modo katana normal, mucho más limitado y menos mortífero. Para volver a llenar esta barra bastará con encadenar golpes a enemigos o usar ítems que permitirán recuperarla. Respecto a los ítems, debemos comentar que tendremos la posibilidad de asignarlos de forma que cuando los necesitemos, se consuman automáticamente, por ejemplo, recuperando vida cuando hayamos llegado a cero, aunque si conseguimos, estando en el modo katana potenciado, arrancarle el módulo de energía a los enemigos nuestra vida también se recuperará (además de llenarse la barra azul que nos permite entrar en este modo).
Aparte de la katana tendremos otras armas secundarias que iremos recogiendo por el escenario, como lanzagranadas o granadas de distintos tipos. Es cierto que al principio nos chocó su uso, pues corta un poco el ritmo de las luchas con katana, pero según avanza el juego y nos encontramos con enemigos cada vez más duros, es recomendable usar estas armas secundarias para ayudarnos, y al final sí nos ha gustado su integración, usándolas con relativa frecuencia.
El ritmo del juego es frenético y debemos decir que es realmente divertido jugarlo, con un sistema de combate muy bien llevado a cabo. El cambio entre los ataques normales y el modo katana es realmente fluido, y salvo algún que otro problemilla con la cámara cuando esta se acerca a Raiden, nos ha gustado muchísimo. Además, el juego no es todo aporrear los botones de ataque, ya que los distintos tipos de enemigos (muy variados, por cierto, cada uno con sus ataques) obligan a adoptar ciertas estrategias y, como no, a cubrirnos, algo que debemos hacer con nuestra espada. Comentar que el juego es durillo, no es que sea imposible, pero jugando en normal nos mataron alguna que otra vez, sobre todo en algunos jefes, aunque también hay que decir que el juego, sobre todo en estos enfrentamientos especiales, es bastante benigno y suele dar ítems de recuperación de vida. Otro detalle a comentar es que tras superar ciertas zonas dentro de un capítulo se nos dará una puntuación en base al tiempo empleado y el número de cortes realizado.
El sigilo es tu aliado
A la hora de avanzar no siempre el enfrentamiento directo será la mejor opción, ya que pronto nos encontraremos con enemigos muy fuertes que nos pondrán las cosas difíciles, sobre todo cuando se juntan con otros tipos de ciborgs. Es en estas situaciones es cuando viene bien usar el sigilo, y es que si nos acercamos lo suficiente a los enemigos sin que nos vean, podremos acabar con ellos de un golpe. A esto ayudan ciertos ítems, como las famosas cajas o barriles, que nos ayudarán a pasar desapercibidos. Como en otros Metal Gear, cuando un enemigo nos vea entrará en estado de alerta, avisando a los demás, por lo que tendremos que escondernos durante un rato para que deje de buscarnos. No es que sea obligatorio avanzar con sigilo en el juego pero sí ayuda y además, no hemos sentido que rompa el ritmo del juego, sino todo lo contrario, acabamos jugando con cuidado para asaltar a los enemigos por sorpresa y al menos llevarnos a uno o dos por delante antes de comenzase la batalla campal.
En cuanto a los enfrentamientos contra los jefes, estos son duros y espectaculares, debiendo poner toda la carne en el asador para vencerles. Aunque no en todos los enfrentamientos ocurre, en la mayoría tendremos quick time events o momentos en los que deberemos entrar en modo katana para asestar un golpe más mortífero al enemigo. Estos combates son realmente épicos, aunque quizás resultan un poco largos debido a la gran cantidad de vida que suelen tener estos grandes oponentes.
No queremos desvelaros nada de la historia, aunque sí os adelantamos que, pese a empezar de una forma bastante convencional, pronto comienza a mejorar, con reflexiones acerca de lo que es un ciborg y otros temas interesantes. En cuanto a la narrativa, tiene bastante peso en el juego, con cinemáticas en cada capítulo (aunque sin abusar) y la posibilidad de conversar por el códec con nuestros compañeros siempre que queramos, aunque lo cierto es que centrados en jugar como estábamos no usamos mucho esta posibilidad.
Gráficamente el juego luce muy bien y se mueve todo tremendamente suave pese a la cantidad de enemigos que hay en pantalla. Esto tiene especial mérito si hablamos de los jefes finales, los cuales suelen venir acompañados de grandes explosiones, destrucción del escenario y hasta cambios de zona, todo ello sin que se resienta en absoluto. Respecto a la dirección artística se nota que han puesto mucho esfuerzo en este apartado y nos encontramos ante situaciones realmente espectaculares y bien llevadas a cabo.
Buenas vibraciones confirmadas
Si ya nos había dado buenas vibraciones en anteriores pruebas, sin duda hemos podido confirmar esas sensaciones, y es que después de varias horas jugando (cada capítulo es bastante largo) lo que nos quedan son las ganas de seguir con él. Al menos hasta donde hemos llegado el ritmo es muy bueno, el juego presenta variedad de situaciones, tanto por los toques de sigilo como por los distintos tipos de enemigos, que podrán a prueba nuestra habilidad y el sistema de combate nos ha parecido realmente fluido y muy divertido. A la espera de probar el juego final y ver si este ritmo se mantiene durante todo el juego, nos quedamos con ganas de seguir jugando con nuestra katana.
