Haze es uno de los títulos exclusivos de PlayStation 3 que más expectativas han generado en los últimos meses y su retraso, pues inicialmente estaba previsto para noviembre del año pasado, ha permitido a Free Radical Design dedicar más tiempo a la finalización de este juego de acción en primera persona ambientado en un mundo futuro en el que una corporación privada, Mantel, lleva a cabo una guerra contra una dictadura sudamericana, haciendo uso de una droga potenciadora llamada Nectar. En los últimos meses se ha hablado mucho de este título de los creadores de TimeSplitters (y algunos de los de Goldeneye), y finalmente hemos podido probar una versión preliminar del juego, pudiendo contaros algunas cosas de los pocos niveles de los que nos está permitido hablar por el momento.
En primer lugar, y antes de hablar de la jugabilidad en concreto, Haze es un juego que va a generar polémica. En varias entrevistas, incluida la nuestra, se ha preguntado a Free Radical Design si pensaban que el uso de una droga potenciadora en el juego, por más que luego se demuestre su "maldad" y el protagonista se pase al lado rebelde, iba a generar polémica y alarma social. Por lo que hemos podido probar, en términos futbolísticos el Nectar es un pase al área pequeña, a puerta vacía, para aquellos que quieran crear alarma social sobre los videojuegos.
En el nivel en el que jugamos en el bando de Mantel, podemos comprobar cómo el Nectar potencia nuestras habilidades de combate. Nos inyectamos la droga pulsando el gatillo L2, mostrando la pantalla un efecto de "subidón", y enseguida vemos a los enemigos, que se ocultan fácilmente en medio de la selva, resaltados con una luz blanquecina para que sea más fácil hacer blanco. Además, con el Nectar es más fácil apuntar y tenemos más zoom para disparar desde lejos, aparte de que corremos más rápido, recibimos menos daños, nos recuperamos antes de éstos y, en general, el apartado gráfico cambia y el juego se mueve como más rápido y más bruscamente (no hablamos de ralentizaciones en el motor, sino de cómo gira la vista en primera persona), como si estuviésemos consumidos por la ira. Además de eso, cada vez que matamos a un enemigo en este estado… sube nuestro nivel de Nectar en sangre, perpetuando más el efecto. Que este efecto de la droga sea precisamente la columna vertebral de la historia del juego, se muestre negativamente y haga que finalmente el jugador se rebele contra sus antiguos jefes, probablemente pase desapercibido para aquellos que quieran aprovecharse de la coyuntura; aunque esto, claro, solo son quimeras.
Este elemento jugable es un arma de doble filo, como ya se ha comentado. Una vez nos pasamos al bando de la resistencia y luchamos contra las agresivísimas tropas de Mantel, podemos usar su dependencia de esta droga para volverlos locos. Causando una sobredosis de Nectar haremos que se vuelvan locos. Antes de jugar con el bando rebelde, ya pudimos probar nosotros mismos la sobredosis en nuestras carnes (inyectándonos de más) y ver cómo afecta a nuestros compañeros. Cuando les disparamos a la espalda, en el suministrador de Nectar, las partes amarillas de su armadura se vuelven rojas, y nuestros aliados empiezan a hacer cosas raras.

Comienzan a disparar a todas las direcciones, a moverse frenéticamente y a pedir ayuda a gritos, como perdiendo el control de la situación. Pueden tirar granadas al azar o volverse contra nosotros y dispararnos. Al final, otro compañero "sano" acababa matando al soldado que se había vuelto loco, si es que no lo acabábamos haciendo nosotros. En cuanto a nosotros mismos, cuando recibimos una inyección excesiva de Nectar, la pantalla se tiñe de color rojo y perdemos el control de nuestros actos. Solamente podemos girar y movernos, pero el juego comienza a hacernos disparar, o lanzar granadas, solos, y vemos que es imposible distinguir los amigos de los enemigos, al estar todos cubiertos de una capa negra (aparte, todos nos disparan).