Se suele decir que a la tercera va la vencida, y eso es justamente lo que tienen que pensar en Piranha Bytes mientras desarrollan Risen 3: Titan Lords, la nueva entrega de una saga de rol que ha tenido sus más y sus menos con una primera parte bastante decente, aunque plagada de errores de programación, y una secuela que dejó mucho que desear a pesar de su interesante ambientación pirata.
Ahora con Risen 3, el estudio se ha propuesto a recuperar esa sensación de libertad, aventura y progresión que les llevó a la fama con su saga Gothic, mientras intentan mantener lo mejor de los dos Risen anteriores. Tras haber podido probar una versión beta del juego, podemos confirmar que hay muy buenas intenciones con esta tercera parte, aunque sigue sufriendo ciertos problemas que si no se solucionan de cara a su lanzamiento pueden acabar por pasarle mucha factura.
La demo que hemos podido jugar nos situaba en la isla de Taranis, en la cual podremos encontrar el asentamiento de los magos. Eso sí, solo nos han dejado acceder a su región central, por lo que no hemos tenido demasiado terreno para explorar y perdernos en aventuras de todo tipo.
Lo primero que nos ha llamado la atención es comprobar cómo los chicos de Piranha Bytes siguen siendo incapaces de hacer que las conversaciones con el resto de personajes resulten mínimamente interesantes, con unas escenas totalmente inexpresivas (las animaciones faciales no existen en este juego), mal animadas y en ocasiones hasta ridículas. Si a esto le sumamos lo mal escritas que están, los detalles tan poco interesantes que nos cuentan y las horribles interpretaciones de los actores de doblaje (en inglés), ya de entrada empezamos mal.
Como siempre, nos permitirán escoger entre varias opciones de diálogo en algunos momentos, las cuales nos permitirán escoger el camino que queremos seguir, aceptar misiones, conseguir nueva información, etcétera. Nada especialmente original ni significativo. Del argumento hemos podido ver muy poco y es muy pronto para juzgarlo, pero de entrada no nos ha resultado especialmente original: un héroe sin nombre, maldito y forzado a luchar contra unas entidades superiores que amenazan con destruir el mundo.
Es en el momento en el que salimos del puerto inicial cuando las cosas comienzan a mejorar y a ponerse realmente interesantes. Por un lado tenemos la opción de hablar con uno de los guardias para que nos enseñe el camino hacia nuestro próximo destino, aunque si lo preferimos también podremos pasar de él y ponernos a explorar libremente, que fue exactamente lo que hicimos.
Gracias a esto pudimos jugar a nuestro ritmo, adentrándonos en peligrosas cuevas para ver qué secretos esconden, descubriendo nuevos lugares, tesoros y un buen puñado de misiones. Es esta sensación de libertad desde el primer minuto lo que más nos ha gustado sin duda de la demo que hemos jugado. Además, aquí no hay flechas guías ni nada por el estilo que nos vaya llevando de la mano, por lo que tendremos que consultar numerosas veces el mapa para orientarnos y llegar a los sitios que nos vayan indicando. En definitiva: aventura.
De hecho, ahora nuestras opciones de exploración son mayor que nunca, ya que podremos nadar y escalar, lo que nos permitirá llegar a sitios que en los juegos anteriores hubiesen sido el equivalente de una pared invisible, algo que esperemos se aproveche de verdad en la versión final para que no se sienta como un simple añadido anecdótico y puesto solo para cumplir.
El sistema de combate también ha recibido ciertas mejoras para hacer que los enfrentamientos contra los enemigos y monstruos sean mínimamente interesantes. Para ello, tendremos que realizar combos con nuestra espada mientras esquivamos o hacemos paradas y contraataques. Las contras y paradas solo son efectivas contra las criaturas humanoides, por lo que contra bestias salvajes solo podremos recurrir a la esquiva para evitar daño. Para aumentar nuestro número de opciones de combate, también podremos usar armas como cuchillos arrojadizos, magias, trucos sucios, etcétera.
Todo esto lo iremos consiguiendo y mejorando a medida que subamos de nivel y obtengamos puntos de habilidad, o pagando una considerable suma de dinero a los maestros que encontremos de cada disciplina para que nos enseñen sus mejores movimientos. En general, combatir es mucho más divertido que en Risen 2: Dark Waters (algo que por otro lado tampoco era muy difícil de conseguir), aunque las batallas siguen pareciéndonos demasiado rígidas, muy poco vistosas y algo limitadas. No nos han desagradado especialmente, pero tampoco nos han entusiasmado.
En lo que respecta a su apartado gráfico, tenemos varias cosas buenas que decir y un buen puñado de malas noticias. Antes ya hemos mencionado que las escenas de vídeo y los diálogos están muy mal animados, pero esto es algo que se aplica a absolutamente todo el juego, por lo que preparaos para sufrir unas animaciones algo mejores que en su segunda parte (nuevamente, esto no es que sea precisamente un logro), que no podemos calificar más que como espantosas. Con este mismo adjetivo también podríamos calificar el modelado de los personajes, especialmente el de los humanos (protagonista incluido), los cuales parecen provenir de la generación anterior.
En la parte positiva, decir que los escenarios lucen bastante bien y están repletos de detalles y elementos que los hacen muy vistosos. Además, la distancia de dibujado es bastante buena, por lo que básicamente veréis todo lo que vuestra vista llegue a alcanzar. Hay ciertas texturas muy mejorables, sombras que no se comportan como deberían y varios bugs, pero todo esto es normal considerando que se trata de una beta, por lo que es de esperar que la versión final luzca mejor.
Finalmente, en lo que respecta a su apartado sonoro, el título nos regala un tema principal muy bueno y pegadizo que evoca perfectamente ese sentimiento de aventura épica que quiere crear el juego, aunque el resto de la banda sonora no consigue mantener este nivel y acaba pasando muy desapercibido. Los efectos de sonido se limitan a cumplir y el doblaje deja muchísimo que desear, con unos actores que se limitan a leer como robots sus líneas de diálogo y a sobreactuar en muchos casos.
Risen 3: Titan Lords no va a ser ni mucho menos la panacea de los juegos de rol y aventuras, pero sí que apunta al menos a ofrecernos una alternativa lo suficientemente disfrutable y entretenida como para considerar su compra. Todavía nos quedan muchas cosas por ver de él, por lo que tendremos que esperar al próximo mes de agosto, más concretamente al día 15, para salir de dudas y comprobar hasta dónde es capaz de llegar.