Los 30 minutos que jugamos a Remnant 2 en Summer Game Fest - Play Days fueron los más intensos de todo el evento. La secuela de Remnant: From the Ashes, el shooter en tercera persona que salió de la nada en 2019 y tan buen de boca dejó, es una de manual, de esas que pretenden mejorar, expandir y ampliar todo lo que cuajó bien del anterior título de Gunfire Games. Para quien no lo conociera, no pasa nada. Aquí no hay que preocuparse de historias ni de tener experiencia previa para disfrutar de una mezcla muy curiosa: disparos que recuerdan a Gears of War pero sin coberturas, una ambientación y una dificultad inspirada en Dark Souls, un bucle jugable infinito y procedimental que rememoran a Diablo, y por supuesto, con opción para el cooperativo en línea.
La humanidad contra terrores de otros mundos
La premisa no podía ser más sencilla, y funcional para el tipo de juego que nos ocupa: los pocos supervivientes de la humanidad tienen que enfrentarse a criaturas de distintos mundos para, bueno, evitar que no sean los últimos de la raza.
Nuestro personaje, que elegimos entre cuatro clases (en el primero había tres), es prácticamente silente, sin personalidad, un avatar al fin y al cabo. Todos parecen sacado de un western futurista o de un universo posapocalíptico, un diseño que crea un contraste muy llamativo con los entornos.
¡Y qué entornos! Solo hemos visto uno de los varios mundos que habrá. Son entornos oscuros, misteriosos, inquietantes y más amplios de lo que parece en un primer momento. Un bosque repleto de hojas rojas, ramas que se extienden como tentáculos infinitos. No tardamos en llegar a una mazmorra, una especie de templo corrupto inacabable. Ambos son lugares laberínticos, incluso con el minimapa en la pantalla, que motiva a recorrer cada camino para encontrar a veces recursos, a veces más enemigos todavía.
Tanto la zona como la mazmorra son, como decíamos, inacabables: aquí los escenarios se generan procedimentalmente. Los puntos de control, los bichos, los recursos, etc., nunca aparecen en el mismo sitio, y el sitio nunca es el mismo. Son zonas a las que volver una y otra vez para progresar, para evolucionar nuestro personaje, cada vez con mejores potenciadores y botín, y cumpliendo misiones por el camino. Misiones que también nos han recordado a los Souls: hay personajes que hablan crípticamente y que nos piden objetos para continuar o cumplir el encargo.
Disparos satisfactorios y enemigos por doquier
Aunque la exploración es importante, aquí el peso lo tiene la acción, el shooter. Estamos más tiempo pulsando el gatillo que sin hacerlo, algo genial porque el gunplay es fantástico: no llega a su nivel, pero la rotundidad y el peso de cada disparo se acercan a las sensaciones que consigue Gears of War. La diferencia está, claro, en la cantidad y la calidad de los enemigos. Aquí hay más Diablo que GoW: los adversarios llegan, casi siempre, por decenas.
En la demo que jugamos eran bichos tentaculares de distinto tipo, pero el tráiler más reciente deja claro que habrá variedad: por haber, hay hasta robots futuristas. No son solo diferencias estéticas: ya en este primer contacto vimos enemigos que nos disparaban, otros que nos lanzaban proyectiles lentos desde lejos, otros cuerpo a cuerpo que se teletransportan, y los que se acercan para explotar, los insectos gigantes que te pueden enganchar… Muchos tipos y mucha cantidad para crear situaciones tensas, caóticas incluso, en las que uno acaba exhalando y deseando que el checkpoint, que también nos restaura las limitadas curas, esté cerca.
Hay situaciones que de vez en cuando aligeran un ritmo basado en ir hacia delante y disparar a todo lo que se mueva (excepto a los compañeros, que hay fuego amigo), como descender por una escalera de caracol donde hay que romper cristales mientras nos siguen enemigos infinitos. Y claro, no faltan los jefes. Remnant 2 es difícil, morimos muchas veces y nos tuvieron que levantar del suelo otras tantas; al boss ni llegamos a matarlo a pesar de haberlo intentado varias veces. Es una de esas criaturas enormes y enigmáticas que tanto gustan de la estética FromSoftware, que nos obligaba a parapetarnos tras los pilares del escenario para protegernos de un ataque que nos enloquecía, y también a esquivar enormes rayos que hacían muy difícil encontrar hueco para disparar..
Las clases: tanque, sanador... ¡y adiestrador de perros!
Probablemente las derrotas continuadas se debieran al manqueo de los tres que estábamos en la partida, o quizá a que el cooperativo aún requiere unos retoques de cara al lanzamiento, pues al adentrarnos en las mazmorras con otros dos jugadores los enemigos son mucho más abundantes y duros. La cooperación es fundamental, y en eso son clave las cuatro clases diferentes. Hay un arquetipo de tanque, con armas contundentes y cercanas, y con un cuerpo a cuerpo consistente en un espadazo tremendo; hay un francotirador y un sanador, que cuenta con una ametralladora cuyo disparo secundario lanza una granada de humo que cura y su habilidad principal consiste en un área curativa.
Nosotros, por supuesto, elegimos al Adiestrador (Handler). Teníamos cajas de munición, que habitualmente se consigue de los enemigos caídos, un fusil automático y un revólver muy satisfactorio. Pero lo que nos hizo elegirlo es que va acompañado de un pastor alemán que nos ayuda en la batalla y que podemos dar órdenes con tan solo apuntar y pulsar un botón: si señalamos a un enemigo, le ataca, y si lo hacemos a un aliado, le seguirá y le apoyará. El mejor amigo del hombre. El progreso y la repetición se basa en ir mejorando estos arquetipos, consiguiendo puntos de ventaja al explorar los escenarios y evolucionando sus rasgos exclusivos y sus habilidades.
Llegará el 25 de julio en exclusiva para la next-gen
Al contrario que su predecesor, que en 2021 tuvo una revisión para PS5 y Xbox Series (este año, por cierto, llegó a Switch), Remnant 2 solo saldrá en las consolas de la actual generación y en PC. Hay un evidente salto técnico, no tanto por la calidad gráfica, donde lo único next gen son algunos reflejos y la densidad de los escenarios, sino por cómo consigue colocar decenas y decenas de enemigos con diseños y animaciones complejos en pantalla.
Como veis, Remnant 2 viene el próximo 25 de julio para potenciar todo lo que tanto gustó de su predecesor, y además de ser un shooter divertidísimo, tenso, con un cooperativo a prueba de bombas y con una estética muy peculiar en este género, promete tenernos enganchados semanas y meses con un bucle jugable basado en elementos procedimentales que, al menos por nuestra experiencia con este primer contacto, generan entornos geniales y encuentros que llegan a ser caóticos. Uno de los títulos del verano que apuntar en el calendario.
Hemos realizado estas impresiones tras probar una versión preliminar para PC en Summer Game Fest - Play Days.