Pocas compañías pueden presumir a día de hoy de tener en su haber una serie de sagas tan queridas y reconocibles como Blizzard. Diablo, WarCraft y StarCraft son nombres que suenan con mucha fuerza y que consiguen entusiasmar a millones de jugadores con gran facilidad, tanto por el carisma que desprenden como por la calidad que atesoran todas sus entregas. No en vano, StarCraft inventó prácticamente los eSports, WarCraft tiene un MMORPG que tras una década en activo todavía no ha conseguido ser destronado y Diablo ha generado tal cantidad de imitadores intentando seguir la estela de su éxito que se puede decir que creó escuela.
Por supuesto, tantos años de buenos momentos también se han traducido en un buen número de héroes y villanos inolvidables con lo que cuesta no encariñarse, pero que por un motivo u otro nunca han llegado a interactuar entre ellos de forma oficial. Hasta ahora. Cuando en la BlizzCon 2013 tuvimos la oportunidad de probar por primera vez Heroes of the Storm, ya vimos que estábamos ante un juego muy especial, algo que confirmamos cuando comenzó su alfa técnica y que ahora, con el estreno de su beta, volvemos a reafirmar.
Por si os perdisteis nuestras anteriores impresiones, decir que el título que aquí nos ocupa es un MOBA que reúne a las mayores estrellas de Blizzard para disputar encarnizadas batallas por equipos de cinco contra cinco. Como en cualquier juego del género, nuestro objetivo será acabar con la base de nuestros rivales, aunque para ello tendremos que avanzar por distintos mapas destruyendo estructuras, subiendo de nivel y acabando con todo aquel que se nos ponga por delante.
A diferencia de la mayoría de referentes, como League of Legends, DOTA 2 o Smite, aquí no hay una tienda en la que tengamos que comprar equipo durante las partidas para construirnos una "build" (de hecho, no hay ni oro), ni mecánica de último golpe (last hit). Todo lo que se refiere a la personalización del personaje lo realizaremos subiendo de nivel y escogiendo entre una serie de talentos que modificarán nuestras habilidades para otorgarnos interesantes mejoras.
Es un sistema mucho más sencillo y directo de entender, con el que es más fácil experimentar, que ofrece muchas posibilidades y que permite que la acción se desarrolle con mayor fluidez. Algo parecido ocurre con los niveles de los personajes, ya que aquí todo el equipo sube de forma conjunta, por lo que toda la experiencia que consigamos ayudará a rellenar una barra global que al completarse hará que todo el grupo suba de nivel, consiguiendo por una parte que nunca haya nadie que destaque sobre el resto (lo que nos obligará a tener que jugar en equipo sí o sí) y que todos tengamos que colaborar para no quedarnos atrás respecto a los contrarios y, si es posible, tomarles la delantera.
Otro elemento diferenciador importante lo tenemos en el diseño de las "calles" por las que nos tocará avanzar. En vez de estar defendidas por unas simples torres, aquí nos encontraremos con auténticas fortalezas, con sus murallas, puertas, pozos de sanación y torretas de munición limitada (presionad mucho y las dejaréis desprotegidas en cuanto se les acaben las balas, ya que estas tardan en recargarse).
Pero la auténtica salsa de Heroes of the Storm y lo que más le diferencia del resto son sus mapas. Actualmente hemos podido batallar en seis distintos: Jardín del Terror, Bahía de Almanegra, Cuenca Maldita, Condado del Dragón, Minas Encantadas y el recientemente estrenado Templo Celeste. Cada uno de ellos nos propone cumplir una serie de objetivos durante la partida para conseguir diversas ventajas con las que machacar y arrasar a nuestros enemigos.
Estas mecánicas tienen poco de opcionales, ya que saber aprovecharlas nos resultará clave para alzarnos con la victoria. Por ejemplo, en Jardín del Terror se irá haciendo de noche de forma periódica, momento en el que la "jungla" (todo el espacio que hay entre "calles") se llena de diabólicas plantas que podremos matar para conseguir sus semillas.
Si reunimos 100 nos permitirán invocar a un Terror del Jardín, una criatura que cualquiera de los jugadores podrá controlar y que es extremadamente poderosa, capaz de atravesar las defensas enemigas con gran facilidad, por lo que luchar para hacernos con todas las semillas que podamos será una de nuestras prioridades, tanto para ganar ventaja ofensiva como para evitar que los contrarios puedan beneficiarse de un Terror.
En cambio, en Bahía de Almanegra nos tocará conseguir monedas de oro de los campamentos de mercenarios y de los cofres del tesoro que irán apareciendo por el mapa. Estas las podremos usar para pagar al pirata fantasma Almanegra y así sobornarle para que lance un devastador ataque de cañones sobre el equipo rival, algo que suele traducirse en varios edificios menos de un plumazo sin que puedan hacer nada para impedirlo.
Eso sí, para entregar monedas tendremos que estar quietos durante unos segundos junto al pirata sin que nadie nos interrumpa, y si nos matan todo el oro que llevemos se caerá al suelo, permitiendo que algún jugador enemigo nos las robe, por lo que tendremos que planear muy bien tanto nuestra recolección como nuestro pago.
Minas Encantadas es parecida a Jardín del Terror, con la diferencia de que aquí el mapa tiene dos niveles, uno superior y otro subterráneo. Cada cierto tiempo aparecerán nomuertos en las minas y nos tocará bajar para matarlos y recolectar sus calaveras. En total hay 100 y cuando todas hayan sido reunidas, un gólem se alzará para ayudar a cada equipo. Lo interesante es que la fuerza y resistencia de nuestra criatura dependerá del número de calaveras que consigamos, por lo que si nos hacemos con 75 y los rivales solo con 25 (por ejemplo), el nuestro será mucho más difícil de detener y cometerá mayores destrozos. Y ya os avisamos de que no querréis tener un gólem de 100 calaveras en vuestra contra.
Cuenca Maldita tiene una mecánica más simple, pero igualmente importante. En este mapa nuestro objetivo será hacernos con los tributos que vayan apareciendo en puntos aleatorios del mapa. Para ello, tendremos que estar un rato junto a él y sin que nadie nos interrumpa mientras lo tocamos, por lo que ya os podéis hacer una idea de las batallas campales que se llegan a dar junto a ellos.
Si conseguimos reunir tres tributos, lanzaremos una poderosa maldición contra el equipo contrario que dejará sus estructuras indefensas y a sus esbirros con solo un punto de salud, por lo que no tendrán fuerzas ni para defenderse ni para atacar durante todo un minuto, que en el caso de que seamos nosotros quienes lo suframos puede llegar a hacerse eterno.
Condado del Dragón es un mapa bastante tenso, ya que cada cierto tiempo se activaran dos santuarios, uno situado en la parte superior del mapa y otro en la inferior. Como podréis suponer, tendremos que luchar para hacernos con el control de ambos. Si conseguimos mantener los dos a la vez, en la "calle" del centro podremos acudir a una estatua que nos convertirá en el Caballero Dragón, un poderoso ser que destroza estructuras como si fueran mantequilla.
El último mapa, Templo Celeste, se añadió esta misma semana con el lanzamiento de la beta, y es uno de los que más nos han gustado. Aquí combatiremos en un escenario de ambientación egipcia con tres templos diferentes. Estos se irán activando de forma periódica y tendremos que luchar para hacernos con su control, algo más fácil de decir que de hacer, ya que no solo tendremos que preocuparnos de que nuestros enemigos no nos maten, sino también por los guardianes que irán cobrando vidas para expulsarnos del templo.
Mientras el templo esté en nuestro poder, unas torretas irán disparando unos devastadores rayos contra las estructuras del enemigo. Para darle algo más de emoción al asunto, nunca sabremos qué santuario se va a activar, y a veces se encenderán incluso dos a la vez, lo que añade todavía más estrategia a la partida para decidir cómo dividir nuestras fuerzas y cuándo atacar (por ejemplo, puede ser una buena idea dejar que el enemigo se haga al principio con el control de un santuario, y justo cuando los guardianes les empiezan a pegar aparecer nosotros para aprovecharnos de su desventaja).
Si a todas estas mecánicas le sumamos el constante control que nos tocará tener sobre los campamentos de mercenarios que hay entre líneas (si los derrotamos podremos reclutarles para que avancen por las "calles" y arrasen con todo lo que se encuentren por el camino), que cada héroe es un mundo completamente distinto (cada personaje está genialmente recreado y representado, y los hay que son extremadamente originales dentro del género, como Abathur), os podréis hacer una buena idea del frenético y divertido desarrollo que tiene cada partida.
Aquí estaremos todo el rato moviéndonos por el mapa, planificando y desarrollando estrategias al vuelo junto a nuestros compañeros, intentando aprovecharnos de las mecánicas de cada mapa, enfrentándonos constantemente contra el equipo contrario, etcétera. Lo nuevo de Blizzard no deja ni un solo momento de descanso, consiguiendo que se trate de un juego con mucho ritmo, ágil y muy fluido.
Además, es tan diferente y va tan a contracorriente de sus competidores que invalida casi cualquier comparación. Si queréis farmear oro, una tienda en la que comprar objetos, subir de nivel de forma individual, mapas estáticos y dominar el arte del Último Golpe, lo mejor será que miréis para otro lado, ya que tenéis otros juegos que os darán eso. Heroes of the Storm no busca ser League of Legends ni DOTA, y por lo que hemos podido jugar, tampoco lo necesita, ya que profundidad no le falta precisamente y, a pesar de ser más accesible, nos llevará bastante tiempo dominarlo, por lo que al final preferir uno u otro dependerá de los gustos personales de cada uno y de lo que busque en un MOBA.
Con la llegada de la beta, además de las partidas cooperativas (contra bots), rápidas (contra humanos) y personalizadas, se ha añadido la Liga de Héroes, un modo al que solo podremos acceder si tenemos a 10 personajes y nuestro nivel de cuenta es 30. Estas son puntuadas, registran nuestro número de victorias y derrotas, y nos permitirán tanto subir como bajar de rango, por lo que aquí será donde más tiempo pasarán los jugadores más competitivos. Además, en ellas se utiliza el sistema de preselección de héroes, por lo que ambos equipos escogeremos a nuestros personajes por turnos y sin posibilidad de repetir.
Gráficamente el juego luce cada vez mejor, con héroes mejor modelados, unos buenos efectos gráficos y un apartado artístico realmente bueno. Además, cada mapa está repleto de elementos y pequeños detalles que los hacen tremendamente atractivos a la vista. Del sonido tampoco podemos decir nada malo, ya que el juego cuenta con una banda sonora sobresaliente que incluye tanto temas míticos de la compañía como otros nuevos. Además, está totalmente doblado al español y con un nivel bastante bueno, manteniendo incluso los actores de doblaje habituales de cada personaje. Eso sí, en nuestra opinión las voces inglesas son mejores, y si las preferís, Blizzard nos da la opción de escoger el doblaje que queramos manteniendo los textos en nuestra lengua.
Todavía quedan muchos meses de desarrollo para que el juego alcance su versión final y, por tanto, muchos aspectos del juego que preferimos esperar a ver cómo evolucionan antes de hablar de ellos en profundidad, como su sistema de micropagos y de progresión de la cuenta, pero actualmente os podemos asegurar que todas y cada una de las partidas que hemos jugado (que no han sido precisamente pocas) nos han divertido enormemente, consiguiendo que dijéramos múltiples veces esa famosa frase de "una partida más y lo dejo por hoy" antes de cerrar el programa, por lo que os recomendamos no perderle la pista, tanto si sois fans del género como si no.